Ante la devastación producida por los incendios forestales en la zona centro sur de Chile, como Núcleo Milenio del Centro para el Impacto Socioeconómico de las Políticas Ambientales (CESIEP) queremos aportar al análisis de la reconstrucción de los sectores afectados, incentivando una mirada más amplia a la hora de proponer políticas públicas para las zonas afectadas. Compartimos nuestras reflexiones y quedamos abiertos al diálogo con instituciones y parlamentarios.

1. Los daños al medioambiente causados por los recientes incendios forestales, en términos de pérdida de flora y fauna, provisión de servicios ecosistémicos (incluidos servicios de regulación hídrica, ciclaje de nutrientes, regulación micro-­climática, entre muchos otros más), de degradación y pérdidas de productividad de suelos tendrán un impacto no solo en términos ecológicos, sino también en términos sociales y económicos (sobre todo en los sectores agrícola, forestal y turístico).

Brigada de Conaf combatiendo las llamas. ©Leonardo Araya
Brigada de Conaf combatiendo las llamas. ©Leonardo Araya

2. Entendiendo el paisaje, como el lugar de encuentro entre personas y naturaleza, es necesario cuantificar el impacto provocado por los incendios en varias dimensiones asociadas a ellos: aumento de pobreza rural, cambios en patrones de migración campo‐ciudad, disrupción de medios de vida que se sustentaban en el acceso a recursos naturales y pérdidas de valores culturales, deberán también ser cuidadosamente evaluados.

3. En la medida que entendamos esta tragedia como una tragedia social-­ambiental, las propuestas de reconstrucción en términos ambientales, sociales y económicos deberán incorporar estas múltiples dimensiones. Creemos que las futuras propuestas de política pública deberán estar a la altura de la tremenda complejidad que va a implicar restaurar estos paisajes, sin repetir errores pasados y mirando hacia un futuro donde ser humano y naturaleza puedan vivir en armonía.

4. Buena parte del mundo rural afectado por los recientes incendios forestales basan su bienestar social y económico de los medios de vida que han podido construir sobre la base del acceso a recursos naturales (forestales y agrícolas). Sin embargo, la creación de paisajes más resilientes, exige incorporar la mirada social-­ambiental, una gestión adaptativa que también incorpore escenarios con mayor incertidumbre dado el fenómeno de cambio climático.

©Claudio Aguilera
©Claudio Aguilera

5. Esta verdadera tragedia también nos entrega una tremenda oportunidad para proponer y promover nuevos modelos de gobernanza más policéntricos, que den espacios a actores diversos a la hora de proponer soluciones, yendo desde el más alto nivel político hasta el nivel más local. Esto también permitirá repensar estos procesos de reconstrucción, generando paisajes más resilientes donde todos tengamos el espacio para poder aportar al tipo de ordenamiento territorial que como sociedad queremos instaurar en estos sitios devastados.

6. En todo este proceso de reconstrucción, nosotros como científicos debemos también estar a la altura de estos desafíos. La investigación científica de excelencia aún aporta muy poco al diseño y evaluación de políticas públicas ambientalmente relevantes. Nosotros como Núcleo Milenio, estamos listos para responder a la tarea, aportando con evidencia científica rigurosa que guíe el accionar de hacedores de política. Todo esto en el entendido que el conocimiento científico debe también combinarse con el conocimiento ancestral que las comunidades locales han ido acumulando durante generaciones en su convivir con el entorno natural que las rodea.


El Centro para el Impacto Socioeconómico de las Políticas Ambientales, CESIEP, evalúa la sustentabilidad ambiental, social y económica de las políticas públicas, a través de la comprensión y medición de los links causales entre las Políticas Ambientalmente Relevantes (PAR) y sus impactos socioeconómicos.

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