Los petreles son aves marinas que están presentes en todo el mundo, ya que pueden recorrer largas distancias para alimentarse y regresar a tierra sólo para reproducirse. Además, están dentro de las especies de aves más amenazadas del planeta por varios factores, entre ellos, la depredación por especies invasoras, las capturas no deseadas en las pesquerías, cambio climático, la pérdida de su hábitat, falta de alimento y también la contaminación, ya que es muy frecuente que ingieran y retengan plástico en su aparato digestivo, lo que puede ser muy dañino para ellas y provocarles la muerte.

Petrel gigante antártico (Macronectes giganteus). Créditos: ©INACH
Petrel gigante antártico (Macronectes giganteus). Créditos: ©INACH

Un artículo publicado recientemente en la revista Nature Communications registró los movimientos de 7.137 individuos de 77 especies diferentes correspondientes a 148 poblaciones en 27 países y también en Antártica. Fue un gran esfuerzo colectivo que involucró a más de un centenar de investigadoras e investigadores, liderado por Birdlife International, una organización internacional responsable por el estudio y conservación de aves en todo el mundo y que ostenta el mayor repositorio de datos de rastreo de aves marinas donde las y los usuarios pueden depositar los datos que han recolectado. 

Uno de los investigadores que fue invitado a participar de este estudio es el Dr. Lucas Kruger, especialista en aves antárticas del Departamento Científico del Instituto Antártico Chileno (INACH) y del Instituto Milenio Biodiversidad de Ecosistemas Antárticos y Subantárticos (BASE), quien valoró la magnitud de esta investigación que trata sobre una de las amenazas que tienen estas especies en la actualidad: “Los petreles están entre las aves marinas que más plásticos ingieren y por su capacidad de moverse por largas distancias -incluso cruzando zonas marítimas de diferentes países y aguas internacionales- pueden exponerse al riesgo en zonas que están alejadas de sus áreas de reproducción. Por lo que este nuevo estudio es un llamado a combatir la contaminación por plástico de manera transversal y en todos los países”, expresa. 

Pichón de petrel. Créditos: ©INACH
Pichón de petrel. Créditos: ©INACH

¿Por qué llegan a ingerir plástico? se le preguntó al investigador INACH, a lo que respondió: “Los petreles son aves marinas con una capacidad olfativa muy desarrollada, incluso más desarrollada que la de los perros. Las partículas plásticas que flotan en el océano con el tiempo son cubiertas por una biopelícula de algas y bacterias. Esa biopelícula libera partículas que son similares a señales químicas que los petreles identifican con el olfato como fuente de alimento. Así no sólo los petreles utilizan zonas donde hay riesgo de exposición a partículas plásticas, pero también pueden activamente buscar el plástico por confundirlos con alimento”, dijo. 

¿Y con los petreles antárticos?

El estudio identificó algunas zonas claves en las que estas aves corren mayor riesgo de exposición a los plásticos marinos. El Mar Mediterráneo y el Mar Negro son lugares muy contaminados y representan más de la mitad del riesgo global, mientras que otras zonas de peligro se sitúan al noreste del Pacífico, al sur del Atlántico y al suroeste del océano Índico. Otra parte importante se produce en aguas internacionales, fuera de las jurisdicciones nacionales. ¿Pero, qué ocurre en la Antártica?

Petrel plateado (Fulmarus glacialoides). Créditos: ©INACH
Petrel plateado (Fulmarus glacialoides). Créditos: ©INACH

El Dr. Kruger explica que de las 77 especies contempladas en el desarrollo del estudio, cuatro se reproducen en Antártica: el petrel de las nieves Pagodroma nivea, el petrel damero Daption capense, el petrel Antártico Thalassoica antarctica y el petrel plateado Fulmarus glacialoides. Además, otras cuatro se reproducen en islas subantárticas, pero utilizan aguas al sur de los 60º latitud sur como el petrel de mentón blanco Procellaria aequinoctialis, la pardela gris Ardenna grisea, el petrel-paloma antártico Pachyptila desolata y el petrel azulado Halobaena caerulea. 

Respecto al riesgo de exposición a plástico de estas especies en la Antártica afirma que es bajo. “No obstante, en el artículo resaltamos que el riesgo de exposición no necesariamente implica la baja ingestión de plástico ya que, por ejemplo, existen registros de ingestión de plástico en petreles de las nieves, que es la especie de petrel con distribución más cercana al Polo. Eso tiene sentido, ya que pueden oler el plástico como si fuera alimento y buscarlo activamente incluso en zonas donde hay baja contaminación”, expresa.

Petrel gigante antártico (Macronectes giganteus). Créditos: ©INACH
Petrel gigante antártico (Macronectes giganteus). Créditos: ©INACH

Aunque ninguna de las cuatro especies de petreles evaluadas – y que se reproducen en la Antártica – está amenazada, a nivel global la familia de los petreles (Procellariidae) figura entre las aves marinas con mayor proporción de especies amenazadas, con más del 40 % de sus especies en riesgo. Un total de 32 especies en el estudio están amenazadas y otras nueve casi amenazadas. “El estudio encontró que muchas de las especies amenazadas tienen un riesgo desproporcionado, utilizando zonas que tienen concentraciones de plástico arriba del promedio”, finalizó. 

El INACH es un organismo técnico del Ministerio de Relaciones Exteriores con plena autonomía en todo lo relacionado con asuntos antárticos de carácter científico, tecnológico y de difusión. El INACH cumple con la Política Antártica Nacional incentivando el desarrollo de la investigación de excelencia, participando efectivamente en el Sistema del Tratado Antártico y foros relacionados, fortaleciendo a Magallanes como puerta de entrada al Continente Blanco y realizando acciones de divulgación del conocimiento antártico en la ciudadanía. El INACH organiza el Programa Nacional de Ciencia Antártica (PROCIEN).

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