La cultura y el sabor se unen para potenciar la comuna de Arauco
En nuestro caso #EmprendedorBalloonLatamLS de la semana, presentamos las historias de dos emprendedores de la comuna de Arauco, en la región del Biobío, que han apostado por promover la identidad de su región a través de la gastronomía. Ellos son los dueños de los restaurantes Jardín Marino y Alicura, quienes participaron del programa Balloon Internacional que acaba de culminar.
La calle Prat es la alfombra roja que finaliza a orillas del mar. Atraviesa toda la comuna de Arauco recolectando todo tipo de comercios. Uno de ellos es el café restaurante Alicura, el lugar donde todo comienza y que llama inmediatamente la atención por su cálida y perfecta decoración, que rescata plenamente la identidad local.
Un comensal prueba el primer bocado de un elaborado plato de carne sellada al vacío, acompañada de salsa de café de trigo, con puré de maqui y algodón de merkén. De pronto es interrumpido por el chef, quien en breves palabras, le explica en qué consiste su plato, qué es lo que está comiendo, los orígenes de los productos y por qué ese plato representa a la cultura local.
“A Arauco aún le falta mucho turismo, entonces queremos aportar con nuestro granito de arena para que crezca y sea beneficioso para todos, porque la verdad es que tenemos un potencial muy grande. Si recorres la costa te das cuenta de que hay dunas, ríos, humedales y lagos. Y nosotros como cocineros, encontramos productos maravillosos y aún desconocidos en esos lugares”, dice Claudia Fuentealba, chef y dueña de Alicura.
Su pareja, Guillermo Alarcón, también chef y dueño, agrega que “aquí vas a encontrar la identidad de Arauco, tanto en sus productos como en la decoración. Queremos trabajar al 100% con productos locales, hoy lo hacemos con el 70% que ya es harto. No queremos tener intermediarios. No queremos depender de las ciudades para poder traer nuestros productos, por eso, éstos son recolectados de huertos o productores locales, que conocemos perfectamente”.
Alicura significa “lugar de encuentro” en mapudungun, pero además es también una invitación a aprender de la gastronomía y cultura local; a conocer a sus dueños y disfrutar de una cocina delicada y dedicada.
La calle Prat culmina en la playa principal de Arauco, de 10 kilómetros de ancho, donde la brisa y el sol invitan a sentarse sobre la arena y contemplar un mar calmo y colorido.
Justo en el medio, y con una vista privilegiada, se encuentra Jardín Marino, que como su nombre lo dice, es una propuesta imperdible para degustar y maravillarse con los mejores sabores del mar. Esta vez, la cultura local también se cuenta a través de la historia.
Gustavo Quezada es su administrador, un hombre que inicia su rutina diaria alrededor de las 6:00 am. Se despierta, medita, se pone traje de baño y se da un baño en el mar. ¿En invierno y con temperaturas bajo cero? Sí. Todos los días. Eso le da la fuerza y energía para comenzar cada jornada.
Pese a haber vivido largos años en España, Gustavo, oriundo de Lota, volvió porque sabe que tanto la comuna como la provincia, tienen mucho que ofrecer y aportar al desarrollo turístico nacional.
Frente a una variada ensalada de frutos del mar, cuyos productos no recorrieron más de unos cuantos minutos para llegar al plato y un surtido de empanadas inigualables, Gustavo Quezada se sienta junto a los comensales para compartir y conversar. Su energía positiva se siente y su compañía se agradece.
Han sido 25 años de historia, donde los desastres naturales han golpeado a Jardín Marino, pero le ha dado la fuerza para levantarse y ser la mejor alternativa para quienes se quedan en la playa.
“El incendio y el terremoto nos destruyó físicamente, pero sabíamos que teníamos que enfrentar una condición adversa. Y por eso tenemos tantas fotos del tsunami en el restaurante, porque de alguna forma marcó un punto de inflexión. Una tragedia que tomamos como una oportunidad para rearmarnos y convertirnos en lo que somos hoy: un lugar privilegiado, con una vista privilegiada”.
Jardín Marino está hecho para derribar adversidades y mitos. Eso Gustavo lo tiene claro. “Nosotros apostamos por romper ciertas cosas en Arauco. Arauco no es solo campesino, tampoco es de latifundistas ni únicamente zona de rodeos. Arauco además tiene una playa hermosa y una comunidad amable que aún falta por descubrir, y eso es responsabilidad de todos quienes trabajamos aquí. Si a mi vecino le va bien, a mí también. Esa es la mentalidad”.