¿La conoces? Descubre la guía «Atlas Nativa», para reconocer la gran diversidad de árboles de Chile
Atlas Nativa emerge como una herramienta esencial para conocer la diversidad de árboles nativos de la zona centro, sur y austral de Chile. Creada por Miquel Moya, esta guía facilita la identificación de especies y fomenta la apreciación del patrimonio natural del país. Disponible en su sitio web y en la librería Libro Verde, el proyecto también cuenta con una activa presencia en Instagram, y se expande con nuevas publicaciones, incluyendo una próxima guía del bosque caducifolio.
En el vasto territorio de Chile, se esconde un tesoro natural que a veces pasa inadvertido: la rica variedad de árboles nativos que llenan el país. Desde las araucarias que abundan en la zona sur, hasta el quillay que crece en la zona centro, cada especie tiene su propia historia y características únicas.
Pero ¿te has preguntado alguna vez qué tipo de árbol crece orgulloso en el parque cercano a tu casa? ¿O cómo se llama esa alta especie que se alza en las costas del sur de Chile?
Para satisfacer esa curiosidad y conectar con la naturaleza que nos rodea, surge en 2024 la guía de identificación Atlas Nativa, un proyecto para explorar y reconocer la gran diversidad de árboles que habitan en Chile. Con esta guía, es posible descubrir el nombre, las características y la ubicación de las especies de la zona central, sur y austral del país, profundizando en el conocimiento y apreciación de nuestro patrimonio natural.
Atlas Nativa: los bosques a través de fotografía
Miquel Moya, diseñador gráfico y creador de Atlas Nativa, viajó en 2017 al Santuario de la Naturaleza Cajón del río Achibueno en la Región del Maule. Ahí tuvo una revelación que lo motivó a iniciar un proyecto. “Pude comprender lo biodiverso que es el bosque nativo de la zona central, algo que no suele ser reconocido y que me impactó”, cuenta Miquel. Al retornar a su hogar, decidió digitalizar la flora chilena, comenzando por las hojas de los árboles nativos.
Estas fotografías simples, según Miquel, facilitan el aprendizaje y, para los interesados en el tema, es una excelente manera de adentrarse en el estudio de los ecosistemas nativos. “Quise hacer esto a través del diseño porque soy diseñador gráfico de profesión y es la herramienta que tengo para ayudar a divulgar sobre lo maravilloso que es el bosque nativo, pero también sobre sus amenazas”, comenta.
El diseñador enfocó la guía en la zona centro, sur y austral. La decisión se debió, por un lado, a lo complejo de abarcar todo el largo territorio chileno en una sola publicación. “Lo segundo es que la zona centro, sur y austral corresponde al reino floral Antártico junto con países de Oceanía. El norte de Chile es parte del reino floral Neotropical, entonces esta separación también tiene una explicación relacionada a la historia del paisaje y las fronteras naturales”, explica Miquel.
El trabajo en Atlas Nativa es cuidadoso y da cuenta de lo que más cautiva al creador de la obra: la fascinante historia de los árboles chilenos que han sido capaces de adaptarse a distintas adversidades, como el cambio climático, refugiándose en diversos microclimas para sobrevivir. “Por ejemplo, el peumo, cuyo género Cryptocarya es de orígen tropical, sugiere que en algún momento Chile central tuvo climas tropicales, y este árbol logró adaptarse a las nuevas condiciones en el nicho de las quebradas donde hay más humedad”.
Otros casos destacables son el queule, el único representante de su familia Gomortegaceae, lo que dice que es el último superviviente de su linaje ya que sus parientes se extinguieron. A su vez, los Nothofagus, migrantes de la Antártica hace millones de años, sugieren que los bosques caducifolios de nuestro país son muy similares a los bosques antiguos que existieron en la Antártica y en el sur de Gondwana.
Una motivación para la divulgación del patrimonio natural
Atlas Nativa está disponible en su sitio web y en la librería Libro Verde. Para el autor, el recibimiento de los lectores ha sido bastante bueno. “Esta es una aproximación no convencional a lo que es una guía de campo, en ese sentido fue una apuesta también, pero felizmente a la gente le ha encantado y nos entusiasma aportar con un granito de arena a la divulgación de nuestro patrimonio natural”, dice.
Tan solo recolectar y digitalizar las hojas demoró tres años. La parte más compleja fue seleccionar las muestras precisas que fueran representativas de las especies. “Fue clave la ayuda de la botánica Lucía Abello, quien tiene bastante experiencia en terreno y conoce detalles de especies que muchos pasan por alto”, recalca Miquel, añadiendo que fue difícil ordenar lógica y estéticamente las hojas para que sea sencillo buscar cada especie.
Esta guía no es la única que hará Miquel. El proyecto Atlas Nativa también tiene su cuenta de Instagram donde suben material gráfico complementario. Además, el diseñador adelanta una guía del bosque caducifolio con las hojas otoñadas de los Nothofagus como grandes protagonistas. “Nuestra misión es continuar incansablemente con la tarea de digitalizar y poner en valor nuestro patrimonio natural, para que más gente pueda reconocerlo, valorarlo y protegerlo”, concluye.