Humedales en Puerto Montt: ecosistemas bajo amenaza
Con la creciente demanda de viviendas y la búsqueda de suelos inmediatos, varias zonas de humedales en Puerto Montt han sido arrasadas por inmobiliarias sin considerar su importancia en los ecosistemas locales. Una realidad que demuestra la poca protección que contemplan estos terrenos en todo Chile.
Año tras año la Región de Los Lagos se ha convertido en uno de los lugares más atractivos de Chile para vivir por su gran calidad de vida y su entorno natural. Su capital, Puerto Montt, ha sido una de las ciudades en donde mayor crecimiento y expansión urbana ha habido.
En esta ciudad, en el barrio Valle de Volcanes, se encuentra la laguna Mansa, la cual es visitada por muchas familias que pasean por sus caminos peatonales para ver a los animales que se encuentran a su alrededor. Pero lo que pocos saben es que esta laguna, antes de su intervención por un proyecto inmobiliario, era un humedal en el que habitaban diferentes especies propias de ese entorno, como la rana chilena que se encuentra en peligro de extinción.
Este y muchos otros casos no han pasado desapercibidos para miembros de juntas de vecinos y organizaciones medioambientales, quienes se han percatado que varios proyectos inmobiliarios están arrasando con zonas significativas de humedales, donde además de destruir flora y fauna importante, construyen viviendas en terrenos no aptos para la edificación.
De acuerdo al vocero de la Red Nacional de Humedales, Tomás Pizarro, el crecimiento por la necesidad inmobiliaria y la presión de capital hacia suelos inmediatos dentro de los cascos urbanos, fue la causa que originó el sacrificio de estas zonas de humedales.
En el caso de la Laguna Mansa, de acuerdo a lo especificado por Pizarro, la empresa constructora propietaria del sector intervino de tal manera que no se dejó ninguna superficie a nivel de micro reserva, es decir, carencia total de amortiguadores de impacto antrópico. “Por ejemplo, las aves acuáticas perdieron sus nidales, las ranas se marcharon y hay desequilibrios en la cadena trófica. No hay ranas que se coman los insectos, por lo que abundan, y tampoco hay aves que coman eso, por lo tanto hay proliferación de especies sin su respectivo controlador biológico. En cuanto a la flora, sólo hay abundante Ulex europensis o Chacay, lo que es una plaga en el sur de Chile. Los roedores tampoco tienen biocontroladores, por ejemplo para las cinco especies de roedores que portan el Virus Hanta, no hay ni lechuzas ni zorros”.
Otro Caso -el más reciente-, que contaba con el stock de suelos más importantes para las inmobiliarias, es el humedal Llantén. Esta zona contaba para el año 2015 con 22 hectáreas de cuerpos de agua, sin embargo en la actualidad ha sido reducido considerablemente dejando tan sólo media hectárea.
Dentro del humedal se realizaron canalizaciones y drenajes para secar el lugar. Esta situación comenzó a afectar a miembros de las comunidades vecinas, ya que las especies que habitaban en este lugar comenzaron a huir.
Las cunas de la diversidad biológica
Recalquemos que los humedales son considerados como la cuna de la diversidad biológica, son zonas que permanecen en condiciones de inundación durante largos periodos de tiempo y en donde el agua juega un rol indispensable para que ciertas especies puedan subsistir, tales como peces, aves migratorias, anfibios, reptiles y muchas otras más.
También cumplen funciones importantes dentro de la vida del hombre, puesto que son grandes absorbentes de agua en periodos de lluvias, evitando inundaciones. De igual forma son una barrera útil en caso de amenazas naturales.
“En un humedal viven distintas especies, entre las cuales se encuentran principalmente anfibios, como la ranita chilena, la cual podemos encontrar en diversos tamaños dejando en evidencia que estos lugares son sitios de reproducción para la fauna chilena. Asimismo las aves los ocupan como sitios de anidación, por lo tanto con la tala de árboles estos animales no tienen dónde anidar”, informa la doctora veterinaria Carola Valencia, quien además agrega que las intervenciones dentro de estos sitios alteran todo el ecosistema.
Sin embargo, la flora y fauna no ha sido la única perjudicada en este escenario. Las constructoras al destruir el humedal, tienden a rellenarlo y, al construir en este tipo de superficies, las viviendas tienen mayores probabilidades de absorber la humedad del suelo o que presenten inundaciones en caso de lluvias.
Estos escenarios fueron vividos por Margarette González quien junto a su marido se compraron una vivienda en Valle de Volcanes sin conocer el historial del terreno en el que fue construido. A sólo unos meses de haberse instalado, la casa comenzó a presentar problemas. “La pintura de las paredes comenzó a agrietarse o levantarse, la mayoría de mi ropa estaba húmeda y lo mismo ocurría con mis víveres. Cuando quisimos instalar papel en las habitaciones este se despegaba. No es justo que tú pagues el valor de una casa en la que vas a estar todo el tiempo invirtiendo dinero para arreglarla”, aseguró la afectada, quien además agrega que debido a las condiciones del aire sufre de problemas respiratorios que requieren ser tratados constantemente.
A su vez, Tomás Pizarro declaró que en la zona de Valle Volcanes no se hizo ningún tipo de estudio que evaluara el ambiente del lugar: “Las concentraciones de vivienda siempre se hacen por debajo de la medida, es decir, si la norma dice que por sobre 1.500 viviendas se deben hacer estudios de impacto, se desarrollan proyectos fraccionados por debajo de las 300 viviendas o 500 y así se evitan hacer estudios. Por ejemplo, en Valle Volcanes, la empresa debió haber hecho un estudio básico llamado Plan de Manejo de Obras Civiles porque se iban a afectar especies nativas que están protegidas por ley, y ellos se omitieron de hacer ese informe. Y lo mismo pasa con la Dirección General de Aguas, la empresa nunca informó que iba a sacar el sustrato de los cuerpos de agua, del musgo y rellenarlos con otros áridos. Tampoco aseguró que iban a hacer modificaciones de cauce y por otro lado no hay fiscalizaciones”, agrega.
Por su parte David Hinostroza, representante de la Agrupación Cultural por los humedales y Entornos Naturales de Puerto Montt, declara: “Estos lugares, como otros, son suelos considerados pobres, que las inmobiliarias han utilizado para transformarlos en zonas habitacionales. Por supuesto estas lagunas no están contempladas dentro del Plan Regulador ni mucho menos declarados por las propias inmobiliarias cuando presentaron los permisos de construcción”.
Resultados en conjunto
Gracias a los esfuerzos realizados por las organizaciones que trabajaron por la protección del humedal Llantén, este obtuvo reconocimiento por parte de las autoridades de su relevancia, en donde se revisaron los permisos de construcción y se constató la irresponsabilidad de las inmobiliarias al efectuar obras en el sector sin considerar la importancia medioambiental que requería. La Corte Suprema acogió el recurso de protección presentado por los vecinos de la localidad en contra de las inmobiliarias, luego de que éstas drenaran y evacuaran las aguas del humedal para efectuar los proyectos de viviendas.
Dicho esto, el máximo tribunal ordenó a la empresa responsable a desplegar todas las medidas necesarias para la protección del humedal. En tanto, el Servicio de Vivienda y Urbanización de Los Lagos deberá planificar, estudiar y fiscalizar el correcto funcionamiento de la zona de retención de aguas construida sobre el terreno de la inmobiliaria, la misma que se deberá hacer cargo de su mantención.
Metas por lograr
Por ahora, distintos movimientos -alrededor de 25- están trabajando en conjunto con vecinos por la protección de una zona de humedales que se encuentran en Valle Volcanes, mayormente conocido como 5 lagunas, en donde ya se están elaborando obras de construcción que han destruido sectores importantes de bosque nativo, entre ellos, de alerces.
“Dentro del sector, la Conaf registró oficialmente 178 ejemplares de alerces. No quedó indicio de esta especie en la remoción de renovales de bosque nativo, lamentablemente. No estamos de acuerdo con Conaf, porque han sido renuentes a fiscalizar, prácticamente nosotros los presionamos con media docena de solicitudes y documentos físicos”, recalca Pizarro.
Que los humedales puedan incorporarse dentro del nuevo Plan Regulador de Puerto Montt es uno de los objetivos que se quieren lograr dentro del municipio y entre las distintas organizaciones que han estado trabajando por su protección.
Además, de acuerdo a lo notificado por David Hinostroza, las agrupaciones están exigiendo que se cumpla el resguardo de este tipo de lugares, que sean considerados como reservas ecológicas y no como suelos para futuros planes inmobiliarios que modifican los entornos. “En el Plan Regulador hace falta mayor información sobre los humedales y sus beneficios para saber por qué deben ser protegidos. El Plan de Desarrollo Comunal está totalmente desactualizado y se debe reformular. Fiscalización Ciudadana propondrá un plan de contratación de Inspectores de Medio Ambiente con financiamiento municipal en el corto plazo. Asimismo realizaremos una serie de charlas con el propósito de generar conocimiento del tema”, asegura, y agrega que actualmente están a la espera de que se acoja la solicitud de la detención de obras en Valle Volcanes.
Por su parte, según especificó el encargado del Departamento del Medio Ambiente del municipio, Pablo Triviño, dentro del nuevo Plan Regulador la zona de los humedales está catalogada como parques urbanos, sin embargo, aún están a la espera de su aprobación. “El proceso del plan se encuentra en la tercera etapa y ya a finales del año se sabrá una respuesta concreta y una vez que se sepa, se podrán efectuar medidas”, dice y agrega que “este tipo de zonas no cuentan con suficiente protección por lo que en materia legal se hace difícil su protección. Mientras no se modifiquen las leyes, estamos con las manos atadas”.