Fabián Jaksic: «Toda actividad humana tiene un impacto sobre el ambiente, el asunto es qué es lo aceptable”
El reciente ganador del Premio Nacional de Ciencias Naturales 2018 y director del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad CAPES UC, compartió con Ladera Sur la importancia de la ecología para Chile y sus impresiones luego de recibir el premio más importante de ciencias naturales en nuestro país.
Fabián Jacksic (66) está sentado en su oficina en el Centro de Ecología y Sustentabilidad de la Universidad Católica (CAPES UC). Ha pasado menos de una semana desde que recibió el Premio Nacional de Ciencias Naturales 2018 y no ha parado de recibir felicitaciones por su logro. Pese a su intensa semana, luce tranquilo y dice estar satisfecho de pertenecer al selecto grupo nacional en obtener este mérito: “Me siento muy contento y muy responsable, eso sí, de dar una buena imagen de lo que es nuestra disciplina (la ecología) recientemente legitimada”.
Ya son 26 años desde que se entrega este premio bianualmente, y ésta es la primera vez que un ecólogo lo recibe. Sin embargo, recalca el profesional, aquellos que se dedican a esta labor en nuestro país son pocos. De hecho, el Colegio de Ecólogos de Chile no supera los 140 miembros, un número bastante reducido si se toma en cuenta que sólo en Chile hay más de 6 mil científicos reconocidos. Para Jaksic, esta cifra no representa el gran aporte que entrega la especialidad desde el punto de vista del patrimonio.
“Es bueno saber qué tiene uno y qué utilidad tienen estos, entre comillas, recursos. Digo entre comillas porque esa es la manera de un economista de visualizar la naturaleza. Pero para nosotros es más que un recurso que uno puede usar, aprovechar, desperdiciar. Es patrimonio, es lo nuestro, es lo que tenemos que tratar de mantener, cosa que, para la siguiente generación, ellos reciban un medio ambiente por lo menos, igual y no peor del que recibimos nosotros de nuestros ancestros”, dice.
Sólo unos pocos
Según explica Jaksic, el estudio de los ecólogos se enfoca en los recursos naturales renovables, entre los que están la flora, la fauna y todos los ecosistemas «desde los microorganismos en el suelo a las águilas en el cielo». Esta tarea, considera, es importante para conocer la biodiversidad del país y tratar de protegerla e incentivarla. «Seremos seres humanos muy evolucionados, pero hasta hoy seguimos dependiendo de algunos pescados, de algún tipo de ganado y vegetales, entre otros. Lo que tenemos que asegurar es que seamos capaces de mantener todos estos recursos, pero sin dañar el medio ambiente. ¿Y cómo lo puede dañar uno? Cosechando demasiados peces del mar por ejemplo», explica Jaksic. “Toda actividad humana tiene un impacto sobre el ambiente, el asunto es qué es lo que es aceptable y qué es lo que no es aceptable”.
Apenas Jaksic empieza a hablar de los inicios de la ecología en Chile, se da vuelta y muestra un retrato con una foto. En ella hay cinco personas, todas con un look de universitario setentero. Falta uno. En esa época, esos seis estudiantes de Licenciatura en Biología de la Universidad de Chile sólo tenían la ambición de ser profesores universitarios y escribir papers. Hoy, dice Jaksic, todos son próceres de la ecología en Chile.
“Nosotros éramos unos bichos bastante raros en la época y nos miraban en menos. No me canso de repetir que nos decían los guardabosques porque, según nuestros colegas biólogos, éramos gente que andaba abrazando árboles. Ahora… eran bromas, de hecho, yo estoy aquí en estos momentos con un premio nacional. Eran bromas, pero eso demuestra la poca sensibilidad que había en la época respecto a la ecología”, dice el ecólogo.
El camino para ellos no fue fácil. En ese entonces, no había cursos de ecología en Chile. El primero fue cerca de los 70′ y recién el primer doctorado en esta disciplina se hizo en 1983. “Lo que tuvimos que hacer es ir a estudiar ecología afuera de Chile. Nadie de nosotros tiene un doctorado en Chile porque nadie podía enseñarlo”, asegura.
¿Crees que los jóvenes de ahora están más interesados en las materias que abarcas tú?
Más interesados y con un asunto que antiguamente no existía. Actualmente los jóvenes donan mucho tiempo a campañas ecologistas, a reducir la cantidad de basura que bota la gente, a hacer jardines sustentables, a hacer compost… A lo que voy, es una tremenda cantidad de emprendimiento que nosotros no teníamos.
Es gente que está muy educada, tienen un conocimiento científico de lo que es la naturaleza y eso les permite entregar ese conocimiento de una manera más digerida a gente que ha tenido otro tipo de formación. En eso, hay una gran diferencia. Esos emprendimientos en nuestros tiempos no existían.
¿Qué impacto crees que tiene este nombramiento en la disciplina de la ecología?
Yo insisto en que me gusta mucho este premio porque le da validez a la disciplina que cultivamos. Le da validez a nivel de ciencia. Hay gente que tiende a confundirse en que hay mucha gente que habla de ecología, mucha gente que habla de temas ambientales, pero muchos de ellos no están formados en la ciencia de la ecología.
Un aporte para las políticas públicas
El galardonado como Premio Nacional de Ciencias Naturales de este año ha participado como asesor de algunos proyectos legislativos, como sus tareas de revisión y análisis de la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente y la ley 20.417 que creó el Ministerio de Medio Ambiente, el Servicio de Evaluación Ambiental y el Ministerio del Medio Ambiente. También fue asesor en el proceso de creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas.
Has participado como asesor de varios proyectos medioambientales en Chile. ¿Por qué crees que es tan importante que en Chile se implementen estas iniciativas desde el ejecutivo?
Aquí somos muy respetuosos de las leyes, por tanto, las cosas importantes pasan a ser legisladas. Nadie puede cometer un crimen que no esté definido. Un crimen contra el medio ambiente hasta el año 94 (año en que se creó la Ley de Bases del Medio Ambiente) no existía. Ahora existe. Por lo tanto, desde esa ley del 94 uno puede decir: aquí hay daño ambiental, hay que reparar, hay que mitigar. Eso nos lleva a pensar que los ecólogos cada vez nos hemos dedicado más a las políticas públicas dándole nuestra visión a los legisladores. Y, por supuesto, hemos tenido peleas larguísimas, la Ley de Bosques, la Ley de Pesca…
También estuvimos en el proceso del proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y de Áreas Protegidas. Nosotros los científicos pensamos que eso va a ser realmente un hito, una vez que logremos tener este servicio que se preocupe de la diversidad no sólo en las áreas protegidas, sino que en el resto de las áreas.
El proyecto de Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas ha sido muy criticado por no dar iniciativas o propuestas concretas, sino que dar ideas más bien amplias. ¿Cuál es tu opinión sobre esto?
Prefiero algo que funcione a que sea perfecto. Yo diría, seamos realistas ¿qué podemos hacer con lo que tenemos? La Ley de Bases de Medio Ambiente cuando salió tenía montones de deficiencias, al punto que hubo que mejorar esa ley mediante otra, la 20.417 que crea el Ministerio del Medio Ambiente, el Servicio de Evaluación Ambiental, la Superintendencia del Medio Ambiente, los Tribunales Ambientales, pero se partió de una base. En el camino se van viendo los baches o los defectos.
¿Qué crees que sería necesario agregar al Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas?
Nosotros, los ecólogos que hemos visto esto, consideramos que el proyecto de ley está muy mejorado, pero si nos quedamos en el detalle vamos a seguir viendo lo que falta y no vamos a tener lo que necesitamos: la famosa creación del servicio. Eso es lo que falta. Una vez que lo tengamos, ahí vemos qué es lo que se hace.
Un panorama actual
Cuando Jaksic empieza a hablar sobre cómo cree que se están abarcando los temas de ecología y sustentabilidad en Chile, su respuesta es categórica: “Para mí, que soy un pionero antiguo en esto, es una alegría ver la tremenda consciencia que hay actualmente. Actualmente todo el mundo habla de biodiversidad. Ese término yo no lo vine a conocer hasta los años 80. Ahora es parte del vocabulario de todo el mundo. Todo el mundo se preocupa de ver si es cierto que los plásticos van a dar al mar, de si es cierto que la isla que tenemos en el pacífico está flotando allí, yo creo que todo el mundo se da cuenta de eso, y eso es un tremendo avance”.
¿Cuáles crees que son los principales desafíos de las ciencias naturales en nuestro país?
Yo diría que uno muy simple, lograr el desarrollo sustentable. Eso se aplica a todos los ámbitos de la naturaleza. Un desarrollo no sustentable es ridículo, es pan para hoy, hambre para mañana. Es quemar los bosques para quemar las praderas, poner vacas y una vez que se acaban las pasturas, vamos a quemar otros bosques a otros lados. Ese tipo de agricultura ya pasó de moda. Ahora lo que nos interesa es mantener los sistemas andando y lo que nos interesa es, por ejemplo, que toda nuestra producción de alimentos no nos envenene.