Sin duda, este es un gran logro para Julio Soto, Alejandro Calvo y todo el equipo que los acompañó, así como para Chile y el montañismo a nivel mundial. Con este objetivo alcanzado, Julio Soto se convierte en el primer andinista en llegar a la cumbre del Aconcagua, en Argentina, recorriendo todo el trayecto completamente a pie, sin prótesis, con dos bastones adaptados y en un plazo de tan solo ocho días, desde la entrada hasta la cima.

Julio Soto en la cumbre del monte Aconcagua. Créditos: Alejandro Calvo.
Julio Soto en la cumbre del monte Aconcagua. Créditos: Alejandro Calvo.

“Entiendo que soy el primer amputado en subir el ‘Coloso de América’ en este formato: sin prótesis, con dos bastones, caminado el 100% de la ruta y en un plazo de solo ocho días, desde la entrada al parque hasta su cumbre.” comenta Julio, a lo que agrega: “Esta información nos la confirmaron en la administración del Aconcagua, como también diferentes guías que han operado por años en este parque y agencias de turismo que prestan diferentes servicios logísticos”, declara.

El hito se alcanzó el jueves 16 de enero a las 14:30 horas, completando así el proyecto «Montaña sin Límites: Al Aconcagua en 3 huellas». Esta aventura comenzó en el Volcán Osorno, continuó por el Volcán Lonquimay, el Llaima, el Cerro Pintor, el Cerro El Plomo y el Volcán Ojos del Salado en diciembre de 2024, culminando con la cumbre más alta de América: el Aconcagua.

Para compartir la gran noticia con sus familias, su compañero de aventura, Alejandro Calvo, consiguió cargar su equipo satelital utilizando parte de la batería de su celular al descender al campamento más cercano, ya que el dispositivo se había descargado debido al frío extremo de -30°C.

Julio Soto, de 35 años, pasó su cumpleaños en el Campamento Plaza de Mulas el 9 de enero, es claro y enfático al explicar el propósito de su travesía:

«Mi misión no es solo decirles a las personas que la actividad física y el deporte son buenos, sino inspirarlos. Mi mensaje es, si yo, que tengo una sola pierna, puedo imaginarme conquistar una montaña sin límites, ustedes también pueden imaginarse su propia montaña, y con esfuerzo y perseverancia todos lo pueden lograr. Hay que darle la vuelta a la vida», dice.

Todas las cumbres que alcanzó Julio Soto acompañado por Alejandro Calvo, fueron registradas en formado video y se transformarán en un documental que será dirigido por el director Vicente Fernández.

Julio Soto en la cumbre del monte Aconcagua. Créditos: Alejandro Calvo.
Julio Soto en la cumbre del monte Aconcagua. Créditos: Alejandro Calvo.

Julio Soto: una historia de resiliencia.


Julio, a causa de un cáncer en la rodilla izquierda, fue sometido a quimioterapias y a la amputación de su extremidad inferior izquierda cuando tenía tan solo nueve años. En su vida diaria utiliza una prótesis para caminar, aunque prefiere practicar deportes con una sola pierna.

«Me siento más cómodo y libre practicando deporte de esta forma. De hecho, fue en Teletón Puerto Montt, a través de su programa de rehabilitación, donde me introdujeron al esquí en tres huellas, es decir, utilizando un solo esquí y dos bastones». Julio continuó practicando este deporte con la Fundación Niño y Cáncer hasta que, en 2015, se unió al equipo paralímpico de esquí adaptado de Chile, logrando representar al país en los Juegos Paralímpicos de Invierno de Corea del Sur en 2018, realizados en la ciudad de Pyeongchang.

Actualmente es médico traumatólogo en la ciudad de Puerto Montt, dónde reside junto a su familia.

El inicio de la aventura

Esta aventura comenzó en noviembre de 2023, cuando Alejandro Calvo, fundador de la Corporación América 6000 y colaborador de la Fundación Niño y Cáncer, le propuso a Julio emprender la odisea de alcanzar la cumbre del Aconcagua. «Fueron meses de preparación física integral: entrenamiento para desarrollar la capacidad aeróbica, combinado con entrenamiento en terreno, subiendo diferentes cerros y volcanes de Chile, de distintas altitudes y niveles de dificultad, con el objetivo final de llegar al Aconcagua con la mejor aclimatación, desarrollo aeróbico y fortaleza muscular», explicó.

Aconcagua. Créditos: Guilherme Provenzano
Aconcagua. Créditos: Guilherme Provenzano

Una odisea de alto riesgo

El Aconcagua es considerado la montaña con el índice de mortalidad más alto en Sudamérica, con un promedio de tres fallecimientos por año. Esto se debe a que, al ser técnicamente posible alcanzar la cumbre con relativa sencillez, muchas personas sin la preparación adecuada intentan el ascenso. Sin embargo, esta montaña, que forma parte de las Seven Summits del montañismo mundial, representa un desafío formidable. Los montañistas enfrentan graves dificultades, como el mal de altura y los cambios climáticos extremos, incluidos fuertes vientos ocasionados por la proximidad de la montaña al Océano Pacífico.

En las cercanías del Puente del Inca se encuentra el llamado Cementerio de los Andinistas. Este lugar comenzó a recibir los cuerpos de trabajadores fallecidos durante la construcción del Ferrocarril Trasandino Los Andes-Mendoza. Más tarde, a partir de 1928, también comenzaron a enterrarse allí los andinistas que perdieron la vida intentando el ascenso al Monte Aconcagua. Entre los nombres destacados se encuentran Juan Stepanek, Albert Kniel, Adriana Bance (primera mujer en alcanzar la cumbre), Juan Jorge Link, Nicolás Plantamura y Walter Schiller, entre otros.

Desde que se comenzaron a registrar datos en 1926, más de cien personas han perdido la vida en el Aconcagua. Entre 2001 y 2012, de las 42,731 personas que intentaron alcanzar la cumbre, 33 fallecieron, lo que representa una tasa de mortalidad de 0,77 por cada 1.000 individuos.

El proyecto «Montaña sin Límites: Al Aconcagua en Tres Huellas» se posiciona como uno de los hitos más relevantes en la historia del montañismo mundial. Su impacto trasciende las estadísticas, ya que servirá como inspiración para que personas con condiciones físicas similares a las de Julio Soto vean la vida desde una nueva perspectiva: una vida llena de oportunidades, en la que, con esfuerzo y determinación, todo es posible.


Montaña sin Límites: Al Aconcagua en Tres Huellas» se consolida como un hito del montañismo mundial, demostrando que, con esfuerzo y perseverancia, no existen límites para alcanzar grandes metas.

Comenta esta nota
·