Un nuevo estudio realizado en conjunto por investigadores de Argentina y Brasil reveló una alta frecuencia de ingesta de plásticos en numerosas especies de aves marinas en el Océano Atlántico frente a las costas de Argentina y Brasil. Los hallazgos, publicados en la revista Marine Pollution Bulletin, destacan la creciente amenaza de la contaminación por plásticos en el mar.

El equipo de investigación examinó los tractos digestivos de 192 aves marinas, abarcando 17 especies de albatros, petreles y pardelas. Las aves fueron recolectadas por una red de colaboradores que incluyó observaciones a bordo de buques pesqueros, estudios en colonias, monitoreos de playas y centros de rehabilitación. Para su colecta y análisis se realizaron capacitaciones y se aplicaron protocolos estandarizados recomendados por el Acuerdo sobre la Conservación de Albatros y Petreles (ACAP). 

Los resultados mostraron que el 30,2% de las aves examinadas habían ingerido plástico de forma incidental. Los petreles y las pardelas consumieron más plásticos que los albatros. Las aves jóvenes consumieron mayor cantidad de ítems y la mayor masa total de plástico, lo que sugiere una mayor vulnerabilidad en etapas tempranas de la vida.

Los tipos de plástico más comúnmente ingeridos fueron los llamados “plásticos de un solo uso”, incluidos fragmentos duros, flexibles (como envoltorios de alimentos o bolsas) y “telgopor”.

Albatros real del Sur - © Leo Tamini
Albatros real del Sur. Créditos: Leo Tamini

En este estudio colaborativo participaron investigadores de diversas organizaciones e  instituciones de Argentina y Brasil, incluyendo el Laboratorio de Ecología de Predadores Tope Marinos del Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR-CONICET), el Programa de Investigación y Conservación desarrollado por la Fundación Mundo Marino, el Equipo Costero de Observadores de Fauna y Ambiente Marinos (ECOFAM), el Programa Marino de Aves Argentinas/BirdLife International, el Proyecto Albatroz, el Instituto de Pesquisa e Reabilitação de Animais Marinhos (IPRAM), la Associação R3 Animal, y la Universidad de California, Davis. Además, contó con la colaboración del Parque Interjurisdiccional Patagonia Austral y el Proyecto de Monitoramento de Praias das Bacias de Campos e Espírito Santo (PMP-BC/ES), entre otros. Este estudio fue financiado por AAZV, American Association of Zoo Veterinarians y Houston Zoo.

«Nuestros hallazgos demuestran que la ingesta de plástico es un problema generalizado para las aves marinas en el Atlántico Sudoccidental, con implicaciones potenciales para su salud y supervivencia», dijo Leandro Tamini, Coordinador del Programa Marino de Aves Argentinas. «Es fundamental implementar medidas para reducir la contaminación plástica en esta región, tales como la gestión adecuada de residuos en tierra y la supresión o vuelta a tierra de los desechos plásticos provenientes de los buques pesqueros».

Por otro lado, Luciana Gallo, investigadora del Laboratorio de Ecología de Predadores Tope Marinos (IBIOMAR-CONICET) y líder de este trabajo enunció que “la contaminación de los océanos con plástico representa un grave problema ambiental y tiene impactos en la salud a escala planetaria y en toda la cadena trófica, incluyendo los seres humanos. Requiere intervenciones urgentes, globales y en todos los niveles: gobierno, industria y ciudadanía. La reciente adopción de la resolución 5/14 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sienta las bases para un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre la contaminación plástica, incluido el medio marino, para corregir el ciclo de vida completo de los plásticos sobre una base científica sólida. Al mismo tiempo, cada uno de nosotros puede aportar significativamente al cambio, modificando sus hábitos de consumo, eligiendo opciones más responsables con el ambiente”.

Pareja albatros cabeza gris - ©RSPB
Albatros de nariz amarilla del Atlántico. Créditos: RSPB

Este estudio proporciona información de referencia esencial para futuras investigaciones y esfuerzos de conservación, ya que servirá de base para medir la efectividad de las medidas de mitigación que se implementen. Fundamentalmente, este trabajo destaca la importancia de la colaboración regional y la necesidad de programas de monitoreo a largo plazo para comprender mejor el impacto de la ingesta  de plástico en las aves y  los ecosistemas marinos. 

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