Escombros no retirados amenazan al caracol de Paposo, una pequeña especie única de Antofagasta
El caracol de Paposo es una pequeña especie que habita en un humedal de Antofagasta en el norte de Chile, en solo cerca de 50 metros cuadrados. Es pequeño; no mide más de 12 milímetros y pesa menos de un gramo. «Es como un náufrago sobreviviendo en una isla de agua dulce rodeada por uno de los desiertos más áridos del mundo», sostiene el Doctor en Zoología, Claudio Valdovinos. Actualmente la especie está en riesgo, debido a que su hábitat se ve amenazado por los desechos y restos de vehículos que han caído en la quebrada de Paposo. Los escombros no han sido retirados, pese a la presión de una carta firmada por comunidades y organizaciones medioambientales.
El caracol de Paposo es un particular caso de microendemismo: su única población conocida en el mundo se encuentra en un humedal de agua dulce ubicado en la quebrada de Paposo en Antofagasta. En dicha zona, han ocurrido múltiples choques de autos, buses y camiones, cuyos escombros, fierros y chatarras aún no han sido retirados. Esto estaría afectando y comprometiendo el hábitat de esta especie, la que ocupa apenas 50 metros cuadrados del lugar.
Esta problemática fue descubierta por el guía naturalista Juan Contreras en una de sus caminatas de avistamiento. “Salgo siempre a recorrer el desierto, ya sea la costa, la pampa o el altiplano, y participo en un proyecto de ciencia ciudadana llamado @inaturalistcl (…). Soy curador y observador de la página, subo registros”, cuenta.
Juan se contactó con Claudio Valdovinos, Doctor en Ciencias con mención en Zoología —quien ha estudiado a este pequeño molusco—, y juntos enviaron una carta a la ministra de Obras Públicas, Jessica López, solicitando «de manera urgente la limpieza y el mantenimiento del canal, asegurando el flujo normal de las aguas y evitando daños irreparables al ecosistema y a las especies pertinentes».
Además, pidieron que el sitio sea declarado como Humedal Santuario de la Naturaleza Quebrada de Paposo para que exista un cuidado en su conservación. El guía naturalista enfatiza la importancia de que la limpieza se realice de manera rigurosa y “científica”, es decir, con atención y meticulosidad para no dañar a las especies.
Por su lado, Valdovinos asegura que «si se mantiene el humedal en buenas condiciones, se debiera revertir su baja densidad poblacional».
Esta especie tiene hábitos anfibios, prefiere habitar ambientes de aguas ligeras y corrientes. Se alimenta principalmente de diatomeas (algas unicelulares) y en ciertas ocasiones de clorofitas filamentosas (algas verdes relacionadas con las plantas terrestres). Durante la mayor parte del año están aislados entre sí, pero se unen durante períodos de mayor humedad.
Las respuestas
La Dirección de Vialidad de Antofagasta respondió la carta y sostuvo que ya se realizó una limpieza, pero que para hacer el retiro de escombros de vehículos se necesitan mayores gestiones y autorizaciones de pagos de maquinarias. Sin embargo, no se indica ninguna fecha para que esto ocurra.
“Llevamos como cinco meses haciendo las gestiones y no han hecho nada (…). Voy a enviar otra carta con Claudio para tener una respuesta y limpiar este lugar”, añade Juan.
La carta también fue firmada por diversas organizaciones, científicos y grupos comprometidos con la causa. Entre ellas, @peuquitaschile, @taltal.sustentable, @raicesendemicas, @fundacionkennedy_humedales, Comunidad Indígena Changa Ely Morales, Agrupación Mujeres Trabajadoras de Paposo y la Comunidad Indígena Changa Pabla Almendares.
“En septiembre u octubre vamos a salir (a Antofagasta) de nuevo con el Doctor y vamos a buscar otros hábitats en donde el caracol se pueda reproducir o incluso encontrar otra población, eso sería interesante”, dice Juan con entusiasmo.