Entrevista a Ramón Navarro a su regreso de Hawaii: «Hay que motivar a las nuevas generaciones a que se dediquen mucho para destacar porque el nivel está subiendo»

Ciertos días del año levantan alertas mundiales para la protección de nuestros ecosistemas. En el marco del día mundial del mar, que se celebró el pasado 17 de marzo, conversamos con Ramón Navarro, surfista profesional, mundialmente reconocido por sus logros deportivos, pero también por su incansable lucha para proteger el mar, las olas, los océanos y su rol como activista ambiental.

Tras pasar un par de meses de la temporada de olas grandes en tierras de aguas esmeraldas, junto a su hijo Inti, Ramón Navarro trajo consigo modelos y experiencias deportivas como de conservación.

¿Cómo fueron estos dos meses en Hawái?

Esta temporada fue diferente, un año de corriente del niño donde se esperaba que hubiera olas muy grandes, pero no fue así. Claramente fue una temporada de olas constantes, pero no tuvimos las marejadas grandes que esperábamos. Sin embargo, fueron meses de compartir harto con amigos, probar la nueva generación de trajes de surf de Patagonia, realizados con caucho natural, y disfrutar siempre de Hawái. Para mi es uno de los lugares más ricos y con más nivel del surf que hay en el mundo.

¿Qué te trajiste de aprendizaje para lo que viene en tu carrera para este 2024?

En temas medioambientales, todo proyecto de Jack Johnson a través de la Fundación Kokua y sus huertas comunitarias, es muy gratificante y enriquecedor ver que con voluntad se pueden tomar acciones importantes para la conservación. Y por otro lado, también destacar a Hawai’i Land Trust, quienes enfocan su protección en la tierra y el borde costero de la isla, también con un propósito educativo en las generaciones que vienen. En esta área, ambas iniciativas son grandes aprendizajes que traigo conmigo y que buscaré incorporar en el trabajo que realizamos en el Parque Punta de Lobos. 

Con respecto a lo deportivo, el nivel del surf está creciendo. Mi hijo está surfeando y qué mejor que podemos apoyarlo y llevarlo a conocer dónde está el techo de este deporte. Hay que motivar a las nuevas generaciones con este mensaje: hay que entrenar mucho, hay que dedicarse mucho para destacar, porque el nivel está subiendo constantemente. Y agregar también que las mujeres han aumentado notoriamente su participación, y debemos empujar más en Chile a que las surfistas también corran a olas grandes. 

Estamos en un mes fundamental para el medio ambiente, es el día del agua, viene el día mundial del mar. En tu rol de activista, ¿cuáles consideras que son los desafíos que tenemos como sociedad?

Creo que en Chile tenemos un desafío enorme en el cuidado de nuestro océano. Dentro de los temas más importantes están para mi una ley de pesca, acuicultura, contaminación por temas salmoneros, sobreexplotación de la pesca industrial, desechos químicos y limpieza de playas. 

Este año viene la corriente de la niña, que según los expertos producirá grandes sequías, entonces se torna fundamental el cuidado y la reutilización de las aguas. Es un desafío que debemos enfrentar y a la brevedad.

Ley de rompientes para Chile, ¿cómo has visto que funciona en otros países y cuál es tu ideal de que funcione aquí

Sobre la Ley de Rompientes, el gran ejemplo es Perú. La manera en que ellos han protegido varias olas, y sigue inscribiéndose. En EEUU y Australia funciona diferente, la gente tiene más conciencia o tiene un trabajo distinto con la comunidad, por lo tanto, la protección se da de manera más natural. Acá en Chile la manera sólida de hacerlo es a través de una ley. Ha sido muy lento este proceso, si bien avanza, cuesta hacerle entender a los políticos y al mundo empresarial que Chile necesita una ley de protección de rompientes para la práctica deportiva, porque la comuna entera, el lugar y sus habitantes se ven beneficiados. Sabemos que es una lucha larga y esperamos que algún día lo podamos lograr. Cada una de estas olas protegidas, son atractivos turísticos y económicos para la comuna. El ejemplo vivo es Punta de Lobos, donde nosotros ya lo hemos probado y demostrado, al proteger la Punta se genera un motor económico y de turismo que beneficia a toda la comunidad.

Fuiste parte de la realización del documental Corazón Salado, y cómo la industria del salmón afecta a lugares prístinos como lo es la Patagonia. ¿Cuál es tu visión de esta industria en zonas protegidas y cuál sería tu ideal pensando en el futuro?

El documental es ver cómo la industria del salmón sigue llegando hasta el sur, hasta lugares protegidos, prístinos y puros. Es muy fuerte ver cómo estos lugares se ven afectados por la industria, si bien ellos aseguran hacer grandes cambios para minimizar la contaminación, estamos muy lejos de eso y lo pude comprobar con mis propios ojos en cada uno de estos lugares. Estuve en lugares mágicos, donde la contaminación por la industria es super potente. Para mi, aunque sea reserva o parque debe ser protegido de industrias gigantes como es la del salmón. Hay lugares únicos en el planeta, y que el día de mañana no podremos recuperar, el acceso es difícil, el clima es complejo. Cada lugar que se contamina en la Patagonia permanecerá así para siempre y la industria del salmón se ha encargado de hacer eso. Es super triste, y ojalá que las nuevas generaciones no tengan que ver y no tengan que quedarse con ese legado que como chilenos le estamos dejando, y es responsabilidad de todos porque también lo permitimos

En el ámbito deportivo, viene “Lobos por siempre”, sabemos que eres parte de la comisión a cargo de esta competencia. Explícanos el foco de este año, y ¿cómo ves la realización de este evento? ¿Cuáles son las expectativas?

Lobos por siempre es un evento deportivo con propósito, y es parte de la estrategia de sostenibilidad del Parque Punta de Lobos. Esta celebración deportiva tiene como misión recalcar el trabajo que hacemos en la Corporación Punta de Lobos y la preservación de la Punta. Si bien es una fiesta deportiva donde se premia a quién agarre las mejores olas ese día, también es una vitrina para explicarle a la comunidad del surf y al país que somos la única rompiente protegida por iniciativa privada y abierta al público. Queremos que ese anfiteatro natural siga siendo así para siempre, y lo hacemos a través de una celebración de nuestro deporte, de lo que significa para nosotros como comunidad del surf y queremos que más iniciativas como estas se puedan lograr para el futuro. Que más olas estén protegidas y tengan un modelo de conservación o protección, da lo mismo el que sea pero que se proteja un atractivo turístico, un anfiteatro natural y que las nuevas generaciones puedan así recibirlo.