Canal Kirke, en la región de Magallanes y la Antártica. Crédito: © Álex Muñoz.
Canal Kirke, en la región de Magallanes y la Antártica. Crédito: © Álex Muñoz.

Hasta que llegó el momento de pasar por el canal Kirke. Este paso marítimo ubicado a 50 kilómetros al sur de Puerto Natales inspira un profundo respeto entre los navegantes. Su estrechez —50 metros navegables en su parte más angosta— un fondo rocoso somero y la presencia de pequeñas islas que crean corrientes irregulares obligan a extremar los cuidados. 

Salimos expectantes con nuestras cámaras a grabar el paso del Hanse Explorer, nuestra embarcación de 46 metros de eslora (largo). El nerviosismo comenzó a dar paso a la admiración. Cada trecho que avanzábamos nos deslumbraba con más y más belleza. Rodeados de verdes e imponentes islas, de aves que salieron a acompañarnos y una suave lluvia daban un toque mágico. El Kirke nos permitió pasar con mar calma.

Este fue un momento inolvidable de la expedición a la reserva nacional Kawésqar de National Geographic Pristine Seas junto a las Comunidades Kawésqar por la Defensa del Mar y la Comunidad Yagán de la Bahía Mejillones.  

Este icónico lugar está en riesgo de desaparecer.  Un proyecto pretende ampliar este paso a un ancho de 150 metros y una profundidad mínima de 15 metros. Según el mismo proyecto presentado a evaluación ambiental “se removerán 90.493 m³ de rocas mediante su fractura, y posterior dragado (obras sumergidas) y generación de talud (obras terrestres), en dos sectores del canal Kirke, denominados Punta Restinga y Punta Pasaje. El material proveniente de estas actividades será vertido en el mismo canal”.

El “Proyecto Kirke” fue incluido el 2015 por el gobierno de turno en el Plan de Zonas Extremas. El 29 de junio de 2021, el Servicio de Evaluación Ambiental de Magallanes aprobó el proyecto «Ensanchamiento Canal Kirke, Última Esperanza», cuyo titular es el Gobierno Regional de Magallanes y Antártica Chilena.

Este proyecto no es necesario. Por el canal Kirke hoy pueden pasar barcos de hasta 150 metros de eslora. Para la seguridad de la navegación, un correntómetro instalado en la Isla Merino por la Armada de Chile transmite en voz, con salida VHF, y en tiempo real, información fundamental para la navegación, como datos meteorológicos y de corrientes con al menos 20 kilómetros de antelación. Además, se han instalado varias balizas y enfilaciones.

Una embarcación navega en el Canal Kirke, amenazado por un proyecto de ensanche que afectará los ecosistemas de esta área natural. Crédito: © Álex Muñoz
Una embarcación navega en el Canal Kirke, amenazado por un proyecto de ensanche que afectará los ecosistemas de esta área natural. Crédito: © Álex Muñoz

 Pero para los promotores del proyecto esto no es suficiente. Su idea, que nació hace cincuenta años, es que puedan pasar cruceros y barcos de carga de hasta 240 metros. Así se permitirá el progreso de Puerto Natales, dicen, permitiendo a miles de turistas llegar al Parque Nacional Torres del Paine por vía marítima. También está contemplada la llegada de grandes barcos de carga a Natales, tal como hoy ocurre en Punta Arenas. 

No es cierto que si se ensancha el Kirke se podrá llegar siempre a Puerto Natales. El propio puerto se cierra con regularidad por efecto de temporales, densas neblinas, nieve o vientos fuertes. Una gran cantidad de días al año no se permite el zarpe de las embarcaciones. 

El proyecto tampoco es legal. El canal Kirke está en una zona triplemente protegida, donde las diversas figuras de conservación que convergen en este emblemático canal deben garantizar el resguardo efectivo de sus riquezas naturales. El ensanche afectará la tierra dentro del parque nacional Kawésqar y el mar dentro de la reserva nacional Kawésqar. Estas áreas protegidas fueron creadas después de presentado el proyecto, lo que fue hecho ver por CONAF dentro del proceso de evaluación. El Gobierno Regional se limitó a responder que las obras “no afectarán significativamente” los objetos de conservación, a pesar de que se trata de un hábitat de especies emblemáticas de la región como el delfín austral, ballenas, lobos marinos, aves marinas, centollas y bancos naturales de recursos bentónicos.  Tampoco se repara en que se trata de una zona sujeta a una petición de ECMPO (Espacios Costero Marino de Pueblos Originarios) por parte de comunidades Kawésqar, lo que les otorga preferencia sobre concesiones marítimas, acuícolas, entre otras. 

Este canal ha sido navegado por el pueblo Kawésqar desde hace aproximadamente unos 6 mil años. Su fuerte vínculo con esta porción del territorio ha sido acreditado y respaldado por decenas de investigaciones. Sin embargo, no se realizó la consulta indígena en cumplimiento con lo dispuesto en el Convenio 169 de la OIT del que Chile es parte. Otra ilegalidad más.

El proyecto tampoco tendría los beneficios económicos esperados. Antes de la pandemia, el PN Torres del Paine ya estaba saturado. No es posible ni deseable atraer miles de turistas más. No se requiere más sino mejor turismo. Uno que deje más beneficios económicos y sociales, no que exceda su capacidad de carga. De lo contrario se pone en riesgo la propia conservación del lugar. El crecimiento infinito no existe.

Chile ha ganado varias veces el premio al “Mejor Destino Sudamericano de Naturaleza”, de los World Travel Awards. El turismo representa cerca del 10% del PIB de la región de Magallanes. Los turistas llegan a Magallanes principalmente a experimentar la majestuosidad de su naturaleza indómita, no intervenida, lejos de los centros urbanos. Entre más obras de gran escala, aumento del tráfico marítimo de enormes embarcaciones y más estructuras invasivas como las salmoneras es indudable que se afectará el prestigio de este destino que atrae a viajeros de todo el mundo.

Pero quizás lo más preocupante es la visión que hay detrás del proyecto de ensanche del Kirke. Existe una enorme soberbia al creer que los humanos no somos parte de la naturaleza, sino que estamos sobre ella. Revelan inseguridad quienes pretenden dominarla y controlarlo todo para reducir ilusamente la incertidumbre que es parte de la vida. Y muestran incapacidad quienes no ven que la naturaleza salvaje del Kirke no es un defecto sino su mayor virtud y atractivo.

Recientemente se publicó en la prestigiosa revista científica PLOS ONE los resultados de nuestra expedición. Esta publicación describe cómo el área de la Reserva Nacional Kawésqar es un área de máxima prioridad para la conservación debido a su alto grado de endemismo, fiordos vírgenes, glaciares, bosques lluviosos templados, hábitats oceánicos y el campo de hielo más grande fuera de las regiones polares. Está fuertemente amenazada a corto plazo por el cultivo de salmón y el cambio climático. El estudio también destaca cuán diversos son los hábitats existentes, desde las aguas protegidas alimentadas por extensos sistemas de glaciares hasta las áreas más expuestas del Océano Pacífico. El conocimiento tradicional del pueblo indígena Kawésqar, incluida la importancia de la conexión tierra-mar en la estructuración de las comunidades marinas, está fuertemente respaldado por los hallazgos científicos.

Este es un sistema natural perfecto que ha tomado miles de años en formarse y que durante varios milenios ha sido navegado por el pueblo Kawésqar.  En tiempos en que estamos discutiendo nuestras nuevas reglas de convivencia en la Convención Constitucional, no se debe seguir adelante con este proyecto que, con toda seguridad, no tendrá cabida en el país respetuoso con la naturaleza y con los pueblos originarios que queremos construir.

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