Encuentran subespecie de orca prácticamente desconocida para la ciencia en costas chilenas  

En noviembre de 2022 nueve orcas vararon en Bahía Posesión, en el Estrecho de Magallanes. Los ejemplares fueron identificados como orcas tipo D, una subespecie de la orca común (Orcinus orca) hasta ahora casi desconocida por los científicos. Esta es la segunda vez que ocurre un evento de este tipo en el mundo. La última vez fue en 1955, cuando 17 orcas ecotipo D vararon en la costa de Paraparaumu en Nueva Zelanda.  

El hallazgo permitió generar nuevos conocimientos sobre esta especie, los que fueron plasmados en un estudio realizado por las científicas Daniela Haro y Olivia Blank y publicado en la revista Polar Biology. Participaron también en el trabajo el Centro Bahía Lomas de la Universidad Santo Tomás, el Centro de Rehabilitación de Aves Leñadura y el Museo de Historia Natural Río Seco. 

“Este evento permitió reportar por primera vez medidas corporales de los individuos, tamaño y número de dientes”, asegura Olivia Blank, médico veterinario del Centro de Rehabilitación de Aves Leñadura. “A través de los restos de los especímenes muertos, podemos también describir mejor este grupo, mediante el registro de su tamaño, de sus características físicas y también esqueléticas”, agrega.  

La Dra. Daniela Haro, investigadora del Centro Bahía Lomas de la Universidad Santo Tomás, explica que a pesar de que se reconoce solo una especie de orca (Orcinus orca), existen distintos ecotipos que “difieren en sus rasgos morfológicos, preferencias de presa, estructura social y comportamiento acústico”. 

“Las orcas tipo D se caracterizan por presentar un parche blanco postocular extremadamente pequeño en comparación con los otros ecotipos de orca”, asegura Haro. Además, “poseen una cabeza redondeada, notablemente bulbosa, semejante a la cabeza de los calderones o ballenas piloto (Globicephala sp) y una aleta dorsal estrecha y falcada”, agrega.  

Producto de este varamiento, las científicas pudieron estudiar en profundidad a esta especie y establecer diferencias con otros ecotipos. “Entre las conclusiones del trabajo sugerimos que la longitud total de las orcas tipo D sería menor a los ecotipos A y B1, y que el tamaño de los dientes del Tipo D sería menor a lo reportado en los otros ecotipos de orcas”, explica Daniela Haro.  

Este tipo de orca fue descrita por científicos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) recién en el año 2000, y según Haro, son una especie muy difícil de observar, por lo que recién en 2003 comienzan a registrarse avistamientos. 

Aunque las orcas en general son mamíferos muy cosmopolitas, Daniela Haro explica que “este ecotipo de orca se distribuye principalmente en aguas subantárticas, existiendo registros de avistamientos en aguas cercanas a isla Campbell al sur de Nueva Zelanda, en islas Crozet, en islas Georgias del sur, en Cabo de Hornos, paso Drake y en la Península Antártica. En Chile, desde el año 2012 hay registros de interacción entre orcas tipo D y la pesquería de bacalao de profundidad (Dissostichus eleginoides) en el archipiélago de Diego Ramírez”.  

Para Olivia Blank, con este descubrimiento “se amplía su distribución (del ecotipo D) porque existe evidencia de su existencia dentro del estrecho de Magallanes”. Respecto a la investigación asegura que: “Estamos haciendo un estudio exhaustivo de su genética, con la finalidad de contribuir a la ciencia y poder describir de mejor manera este grupo de orcas”. 

Por ahora, la muerte de este grupo de orcas sigue siendo una interrogante, y Olivia Blank asegura que es difícil determinar sus causas. “Los varamientos pueden ocurrir en forma natural, por enfermedad o por accidente, como también por causas antrópicas o humanas como es el enmalle, la ingesta de basura (…), la colisión o heridas ocasionadas por hélices de las embarcaciones, o la intoxicación aguda o crónica del agua en la que viven, entre otras”, explica.  

Una de las teorías que baraja tiene que ver con las características geográficas del Estrecho de Magallanes, donde el cambio abrupto de mareas genera espacios de baja profundidad que se pueden convertir en trampas mortales para estos grandes cetáceos. Las orcas son animales muy gregarios, explica, por lo que es común ver varamientos grupales.  

La investigadora asegura que “se están haciendo estudios de laboratorio de sus tejidos para determinar la causa de muerte y describir sus órganos y sus tejidos, como también de su morfometría esquelética y la determinación de edad a través de su dentadura”.  

“El espécimen que nosotros estudiamos, le hicimos una necropsia y externamente no parecía un animal enfermo, estamos a la espera de los resultados de laboratorio”, afirma Olivia Blank, y agrega que “en este caso en particular no encontramos a primera vista ningún hallazgo que nos haga pensar en una causa antrópica, por lo tanto, la razón de su varamiento es un enigma”.  

Los restos de las orcas se guardarán en el Museo de Historia Natural Río Seco, donde estarán disponibles para realizar investigaciones posteriores y también para realizar exhibiciones.