Encuentran restos de 60 mamuts en construcción de aeropuerto en México
En medio de las excavaciones previas a la construcción del nuevo aeropuerto internacional Felipe Ángeles, a 45 kilómetros de la capital Ciudad de México, fueron halladas osamentas de al menos 60 ejemplares de mamuts colombinos que habitaron la zona hace aproximadamente 12.000 años de antigüedad; y junto a estos, también fueron identificados antiguos entierros humanos, acompañados de vasijas y obsidiana. Según indican los investigadores, el estudio de estos restos permitirá recabar mayor información respecto de la dieta que tuvieron estos animales, sus patologías y también sus migraciones.
En el mismo lugar donde se emplaza la construcción del nuevo aeropuerto internacional Felipe Ángeles de Ciudad de México, se han encontrado recientemente los restos de alrededor de 60 ejemplares de los extintos mamuts colombinos, los cuales tienen una datación de 15.000 años. El coordinador nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Pedro Francisco Sánchez Nava, señaló que los primeros vestigios han comenzado a aparecer en las obras del aeropuerto desde octubre de 2019 hasta la fecha. En diciembre se identificaron piezas pertenecientes a dos ejemplares, uno en lo que sería una pista de aterrizaje, y el segundo, bajo los cimientos de la futura torre de control. Tras cinco meses de estos hallazgos, la enorme cantidad de osamentas ha sorprendido a la comunidad científica, y ha convertido a este emplazamiento en el sitio con más ejemplares de mamut colombino en México.
Según indicó el INAH, hasta el momento se han abierto 23 frentes de exploración en los terrenos de la construcción del aeropuerto, sin que se hayan suspendido las obras. El equipo a cargo de este descubrimiento consta de treinta arqueólogos, quienes han recibido a su vez el apoyo de 3 restauradores, estos últimos para garantizar la idoneidad de la extracción de los restos, y su posterior estudio. Se espera que de la investigación que resulte de estas valiosas piezas se pueda determinar con claridad su temporalidad, y a la vez averiguar la dieta que consumían así como las patologías que aquejaban a los mamuts colombinos.
Una de las áreas en donde las osamentas se encuentran más integradas es en lo que fue la orilla del lago de Xaltocan, el cual fue parte de un sistema de lagos de México central, junto al conocido lago Texcoco. Se cree que la integridad de estos restos podría deberse a que estos animales podrían haberse quedado atrapados luego de una sequía en el lago, tras lo cual el terreno se volvía fangoso.
Por otro lado, el resto de los elementos hallados se encuentran dispersos en otras dos áreas, ubicadas en lo que correspondería a partes más profundas de lo que fue el lago. Nava precisa que, si bien se conoce el número de ejemplares de mamut encontrados, aún se concluye el proceso de documentación y análisis, por lo que no se puede entregar una cifra oficial respecto del número de huesos encontrados, ni de cuántas osamentas podrían estar completas.
Respecto de los entierros humanos, fueron encontrados 15, y según han indicado preliminarmente los arqueólogos, corresponden a agricultores que fueron inhumados domésticamente, debido a que algunos estaban acompañados de ollas, cajetes y figurillas de barro, como la de un perro. A pesar de la gran cantidad de vestigios encontrados, las autoridades mexicanas no han considerado necesario el cierre de las obras del aeropuerto, cuya finalización en su primera etapa está prevista para el próximo año y es uno de los grandes proyectos impulsados por la actual administración del Presidente Manuel López Obrador.
“Hasta el momento, en los terrenos no se han registrado hallazgos que lleven al replanteamiento de la obra en construcción, ni total ni parcialmente. Más bien, los trabajos han permitido al INAH una coyuntura de investigación en un espacio donde, si bien se sabía de la existencia de vestigios óseos, no se había tenido la oportunidad de localizarlos, recuperarlos y estudiarlos”, declaró Salvador Pulido Méndez, director de Salvamento Arqueológico del INAH.
El Mammuthus columbi
El mamut colombino (Mammuthus columbi) es un paquidermo extinto que evolucionó del mamut ancestral (Mammuthus meridionalis), el cual migró desde África a Eurasia, y luego a América. Se estima que su origen se remonta aproximadamente hace un millón de años. De enorme envergadura, podía alcanzar los cuatro metros de altura y llegar a las 10 toneladas de peso entre los machos más grandes de su especie. A diferencia del mamut lanudo, el colombino no contaba con la característica capa de pelos que recubrió al primero.
Se estima que fue una de las últimas especies de megafauna americana en desaparecer, hace menos de 8.000 años. Este animal fue nativo de América, y particularmente en México habitó pastizales y zonas de matorral, aunque también frecuentaba bosques de coníferas, bosques tropicales de hoja caduca y zonas con vegetación acuática. “El Mammuhtus columbi fue muy abundante en América del Norte. En algunos sitios arqueológicos de Estados Unidos se han encontrado restos asociados al consumo humano. Sin embargo, los registros más al sur serían unos hallazgos en Costa Rica. Hasta donde sabemos, nunca habrían llegado a América del Sur”, indicó a Ladera Sur Natalia Villavicencio, paleoecóloga e investigadora de la Universidad Católica, del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y del Núcleo de investigación de Tagua Tagua.
Respecto a la presencia de restos humanos, aún no se ha confirmado que se deba a que fueron cazadores de mamuts: “No se han visto huellas de corte en los huesos por ejemplo y, el hecho de que hayan tantos depositados, esqueletos completos, indican más que es como una trampa natural. Sin embargo, no se puede descartar que en algún caso los humanos hayan llegado a aprovechar estos animales entrampados”, agregó Villavicencio.
Otros descubrimientos de mamuts en México
Los descubrimientos paleontológicos en medio de construcciones no son algo nuevo en México. En el año 2019, mientras se construía un relleno sanitario en el municipio de Tultepec, se encontraron 824 huesos de 14 mamuts, lo que para ese entonces convirtió a esa localidad en la capital del mamut en México. Se cree que en ese lugar se podrían encontrar restos de hasta 40 nuevos ejemplares de mamuts. La gran cantidad encontrada allí ha conducido a la hipótesis que las trampas donde cayeron estos animales podrían incluso haber sido hechas por los humanos.
“Una vez hechas las trampas, los cazadores arreaban a los mamuts con ramas, lanzas y antorchas hasta que cayeran en los huecos y, una vez allí, los mataban”, comentó en esa oportunidad Luis Córdoba, arqueólogo encargado de la excavación en Tultepec.
Dicha investigación aún se mantiene en curso, pero de ser comprobada esa hipótesis, sería un hecho sin precedentes en el resto del mundo, ya que en otros lugares como Europa y Siberia también se han encontrado trampas pero son de origen natural.