En un increíble viaje de dispersión, un individuo juvenil de águila coronada nacido en el centro de la provincia de Santa Fe, Argentina, y equipado con un transmisor satelital GPS por investigadores del Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA), alcanzó a principios del mes de junio el vecino país de Paraguay. El viaje de dispersión le tomó sólo 25 días.

Ekilore. Créditos: Ricardo Battistino
Ekilore. Créditos: Ricardo Battistino

Nombrado como Ekilore (“Girasol” en Euskera, idioma originario del País Vasco) al momento en que los investigadores la equiparan con el emisor satelital en febrero de 2024, permaneció a partir de ese momento en su territorio natal durante más de un año. El pasado 9 de mayo, sin embargo, esta joven hembra de águila coronada inició súbitamente un recorrido de más de 700 km desde la zona cercana a la localidad de San Cristóbal (Santa Fe), viajando a través de las provincias de Chaco y Formosa hasta cruzar el río Pilcomayo e ingresar al vecino país de Paraguay el 3 de junio, completando todo el trayecto en menos de un mes.

Recorrido de Ekilore. Créditos: Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina
Recorrido de Ekilore. Créditos: Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina

El águila coronada (Buteogallus coronatus), también conocida como águila del Chaco, es una de las especies silvestres más amenazadas del sur de Sudamérica, con una población global estimada entre 800 y 2,500 individuos adultos. Se distribuye desde el centro-sur de Brasil, Paraguay y Bolivia hasta el norte de la Patagonia Argentina, habitando especialmente ambientes áridos y semiáridos. Se la considera localmente extinta en Uruguay donde no se han registrado individuos desde el último cazado en 1930. Las principales amenazas para sus poblaciones se relacionan con la actividad humana, siendo la electrocución en tendidos eléctricos uno de los factores de mortalidad más importantes para la especie.

En este sentido, el hallazgo realizado por los investigadores del CECARA sobre la gran capacidad de desplazamiento de estas aves, siendo la primera vez que ocurre un cruce transfronterizo de este tipo, abre una luz de esperanza para la conservación de la especie en Sudamérica. Dada la evidente capacidad de dispersión y de conectarse espacialmente entre poblaciones aisladas, sumadas a la aplicación de programas de conservación y medidas destinadas a reducir la mortalidad por causas antrópicas, como es el caso de la electrocución en tendidos eléctricos, es posible lograr la recolonización poblacional de áreas o regiones donde el águila coronada se encuentre localmente extinta.

El estudio, que contó con el apoyo de la Whitley Fund for Nature y la Rufford Foundation, ambas de Reino Unido, pone también de relevancia la necesidad de trabajar mancomunadamente entre los países de la región para asegurar la conservación de una de las mayores águilas amenazadas de Sudamérica y del Gran Chaco.

Ekilore volando. Créditos: Ricardo Battistino
Ekilore volando. Créditos: Ricardo Battistino
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