El misterio de las mariposas que vuelan al mar para morir
¿Alguna vez has visto hordas de mariposas negras muertas en las costas o playas? Se trata de Battus polydamas archidamas, nativa de Chile y también conocida como la mariposa collar de oro. Cada cierto tiempo, cientos de ejemplares de esta especie emprenden, para no volver, un viaje mar adentro. En esta nota te contamos su historia y su misterioso comportamiento que, hasta el día de hoy, no tiene explicación.
Su nombre completo es Battus polydamas archidamas y es el único miembro de la familia Papilionidae presente en Chile. Fue descrita por primera vez en 1758 y, desde entonces, sus comportamientos han generado más preguntas que respuestas para los entomólogos.
Esta mariposa se puede observar volando durante primavera y verano entre el Norte Chico y el desierto de Atacama. Sin embargo, producto del cambio climático y la sequía, hoy se ha convertido en una de las mariposas más comunes de Chile, pudiendo ser avistada durante todo el año desde Antofagasta hasta la zona centro sur del país.
Battus archidamas, también conocida como mariposa collar dorado por las manchas amarillas que rodean sus alas, se alimenta de flores y hojas de la planta oreja de zorro (Aristolochia chilensis y Aristolochia bridgesii). Alfredo Ugarte, entomólogo de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica, explica que esta mariposa “come néctar de las plantas, como una bebida energética que le sirve para poder seguir volando y reproducirse.”
Esta especie de hierba, sin embargo, cuenta con compuestos altamente tóxicos y cancerígenos que las mariposas incorporan a su organismo sin ningún problema, hábito que hasta el día de hoy no puede ser explicado a cabalidad.
Volar para no volver
“Las mariposas vuelan hacia el mar, no me atrevería a decir el porqué, y mueren por agotamiento al no tener donde pararse, donde descansar y ninguna fuente de energía. El mar las arrastra y después uno las encuentra por miles muertas en las orillas de las playas y roqueríos de lugares como Huasco, Sarco, Cachagua o Maitencillo. Es casi que un acto suicida, pero decir eso es una humanización de algo que nosotros no entendemos”. Así describe Alfredo Ugarte el periplo que realizan estas mariposas mar adentro.
En 2006, Luis Peña y Ugarte describieron por primera vez esta conducta en el libro Las mariposas de Chile. Así, explican los entomólogos, cada tres años ocurre un aumento en la población de esta especie y muchos vuelan mar adentro, donde mueren y son posteriormente arrastrados a las costas por las mareas.
Por su parte, el biólogo explica que este comportamiento va de la mano con otro fenómeno: el desierto florido. “Cuanto ocurre el desierto florido, la Aristoloquia, planta hospedera de la Battus archidamas, pulula por todos lados. Rondan en los cerros, las quebradas, desde el sur de Antofagasta hasta Chillán. Entonces eso produce una explosión de la mariposa Battus por miles y son dos o tres generaciones a veces las que pueden salir según el largo del desierto florido”.
María de los Ángeles Medina, arquitecta de la Universidad de Chile y fundadora del proyecto MICRA, dedicado a la difusión del conocimiento de las mariposas chilenas, explica que “no se sabe exactamente por qué, pero en una cantidad importante vuelan hacia el mar y son devueltas por las olas. Se cree que podría ser autorregulación de población según la cantidad de alimento disponible pero se sabe muy poco al respecto”.
Este año, explica Ugarte, la duración del fenómeno florido se ha extendido más que otras temporadas: “Estamos a fines de diciembre y todavía hay plantas verdes, floraciones en algunas partes del desierto y eso ha provocado que este fenómeno se vuelva a repetir”.
Así, producto de la sequía y la consecuente disminución de orejas de la planta oreja de zorro, esta situación se ha convertido en algo cada vez menos común en las costas chilenas. “Este fenómeno lo veíamos prácticamente todos los años pero ahora con los últimos 14 o 16 años de sequía ha disminuido muchísimo”, explica.
Más preguntas que respuestas
Para explicar esta conducta, en 2006 Peña y Ugarte teorizaron que este comportamiento podría ser un método de autorregulación poblacional. Al ocurrir una explosión demográfica de esta especie cada dos o tres años, los individuos adultos predicen una escasez de alimento, por lo que vuelan mar adentro para morir.
Sin embargo, casi 16 años después Ugarte explica que esta teoría no es precisa ya que “no es necesaria una autorregulación. Cuando aumentan rápidamente las poblaciones de insectos, también aumentan los depredadores. Entonces yo no creo que sea un sistema de autorregulación porque es mucho más fácil quedarse en el desierto y ser presa de los depredadores como pájaros, lagartijas o arañas”.
En esta misma línea, Medina explica que “no existen estudios sistemáticos. Por lo mismo, tampoco se sabe si este comportamiento es para regular la población. De hecho, las observaciones de este comportamiento son cada vez menos y de menos ejemplares, así que si fuera por regulación de población, es probable que ya no sea necesario, pero sigue ocurriendo”.
Así, la muerte en masa de las mariposas de collar dorado continúa siendo un misterio tanto para los observadores del fenómeno como para quienes estudian a las mariposas y, hasta el día de hoy, genera más preguntas que respuestas.