Partieron el 13 de marzo, pero al momento de esta entrevista quedaban todavía dos semanas para emprender la aventura. Benjamín Valenzuela e Ignacia Jory ya estaban listos: el 2023 sería un año de conocer, estar en la naturaleza, hacer deporte y, sobre todo, lograr completar su gran proyecto: recorrer los 42 parques nacionales de Chile, durante 1 año, en un auto eléctrico. Lo llamaron “Ruta Eléctrica: Parques Nacionales de Chile”.

Benjamín e Ignacia en Torres del Paine. Cortesía Benjamín Valenzuela
Benjamín e Ignacia en Torres del Paine. Cortesía Benjamín Valenzuela

El primer tramo será de tres meses. Empezarán desde Viña del Mar -donde ambos viven- hasta Arica; desde la tradicional calle Seis Norte al popular morro de Arica, en una semana. Desde ahí, partirán al primer gran hito llamado Parque Nacional Lauca.

Si uno se imaginara los mapas de Chile a los que se les pincha un chiche de color por cada parque nacional que visita, este será el primer color, ubicado tan al norte que es un hecho decir la frontera con Bolivia no está lejos. En un año más, el último pin se ubicará en el Parque Nacional Cabo de Hornos, en Tierra del Fuego, al otro extremo de Chile. Ahí, todo el dibujo de la increíble geografía de Chile y sus parques nacionales estará lleno de colores.

Completar ese mapa significará un sueño. Cada pin será una pisada retratada en una fotografía o registro. Cada distancia entre lugares serán kilómetros en los que no se gastará combustible, sino electricidad. Y cada nombre que se pasa en el mapa, una experiencia que jamás olvidarán. Una meta que, obviamente, tiene sus propios desafíos, inherentes de una aventura del estilo.

De la oficina a las redes sociales

Hace dos años la rutina de Benjamín Valenzuela era la de cualquier trabajo de oficina. Se despertaba temprano. Prendía su computador. Se conectaba a trabajar online hasta terminar su jornada. Así eran sus días, incluso antes de que la pandemia instaurara el concepto del trabajo remoto. Era su vida ejerciendo como ingeniero comercial con un magíster en marketing.

Benjamín e Ignacia en San Pedro de Atacama. Cortesía Benjamín Valenzuela
Benjamín e Ignacia en San Pedro de Atacama. Cortesía Benjamín Valenzuela

En sus tiempos libres, en cambio, la cosa era distinta. Aquí una palabra que podría calzar en el panorama es viajar. Las vacaciones eran de recorrer. Los fines de semana largos para escaparse, quizás. Y cada una de estas oportunidades quedaban registradas en fotografías y videos que compartía en redes sociales. Pero cuando la pandemia no le permitió ir a más terreno, fueron sus capturas las que le permitían volver a sus aventuras. Y, por cosas de la actualidad, decidió hacerse un Tik Tok. Eso fue un antes y después en su vida.

“Cuando llegó la pandemia me volví loco estando encerrado. Nosotros viajábamos mucho, y también nos gustaba la fotografía y videos. En el Tik Tok partí compartiendo las historias de mis aventuras de antes del encierro y hubo muy buena recepción. Me acuerdo de que, en dos semanas, llegué a 30 mil seguidores. Ahí me dije que podría salir algo entretenido de lo que estaba haciendo. Entonces empecé a replicar lo mismo que hacía, pero en Instagram, que en esa época estaba empezando a popularizar los Reels. Ahí partí creciendo como loco”, comenta Benjamín.

En Tik Tok y los Reels de Instagram, la idea es contar historias en menos de un minuto. Es rápido, entretenido, dinámico, interesante. Y Benjamín parecía entender la fórmula. Ganó cerca de 50 mil seguidores en dos semanas en Instagram.

Luego, la pandemia le permitió viajar. Si bien viajaban juntos con Ignacia, era Benjamín el que le tomó el gusto a las redes. Y lo hizo tanto que siguió creciendo. Eventualmente, surgieron trabajos por sus servicios fotográficos. Y cada vez, era menos compatible el trabajo de oficina con su nueva pasión. “Entonces me di cuenta de que, si le daba una buena vuelta y lo hacía bien, me podía dedicar a esto. Decidí renunciar a mi trabajo”, comenta.

El origen de una idea

Con más de 160 mil seguidores en Instagram había que hacer algún proyecto grande. Eso era lo que daba vueltas en la cabeza de Benjamín. Ahora, qué hacer. Esa era la gran duda. Había que salir de la zona de confort y, al mismo tiempo, hacer algo que aportara a la sociedad.

Benjamín e Ignacia en Torres del Paine. Cortesía Benjamín Valenzuela
Benjamín e Ignacia en Faro San Isidro. Cortesía Benjamín Valenzuela

“Soy de la idea de que me gustaría hacer de este mundo un lugar mejor, bajo mi punto de vista y entregando las cosas que yo puedo ver en la naturaleza. Siempre digo que me gusta acercar el mundo natural a las personas y mostrar lo que puede parecer ordinario en el común de la vida de la gente, de una forma que se vea extraordinario”, comenta.

En sus búsquedas y lluvias de ideas, de esas que se dan mientras uno se ducha o con la almohada, surgió la idea de conocer los 42 parques nacionales de Chile. Lograrlo en un año podría ser novedoso, pero necesitaba tener algo más.

“Me dije: ¿y si lo hacemos en un auto eléctrico? En ese minuto pensaba que no tenían mucha autonomía, además de que son caros. Investigué y me decidí por la idea. Ahí me puse a buscar información de trazos entre ciudades grandes, entre ciudades y parques, entre distancias a nivel país, los tiempos que demoraría. Todo para saber si era posible o no.  Los números mostraban que sí; la idea era posible”, explica Benjamín.

Se asesoró con varios profesionales. Armó una presentación para buscar apoyo de marcas. Mantuvo su secreto. Presentó. Le cerraron algunas puertas en la cara. Invirtió en distintos viajes en Chile para mostrar su trabajo, como Chiloé, Torres del Paine y la Región de Aysén. Persistió. Con Volvo se presentó la oportunidad de tener el auto. Y desde entonces, los obstáculos en su carretera personal desaparecieron. El proyecto era posible. Y sería junto a Ignacia.

Recorridos en conjunto

En las redes sociales de Benjamín, la naturaleza es protagonista. Vemos pudúes, zorros, aves, mamíferos y pumas. También lo son los colores: el blanco de la nieve, el verde de los bosques o el azul del mar. Entremedio está su cara y algunos relatos de sus increíbles experiencias. Y, en alguna publicación, está Ignacia, siempre sonriente.

Ella es la que ha estado desde el primer video tras bambalinas. Guarda su cara, pero hace del viaje algo posible. Ayuda en la planificación, con los equipos y las cámaras. Sabe de fotografía, disfruta de la naturaleza y es deportista por gusto. Es el apoyo de Benjamín. Y, por supuesto, parte del proyecto del minuto uno. Así lo dieron a conocer en su video de lanzamiento.

-Tú me contaste que ya renunciaste hace mucho tiempo. ¿Ignacia también lo hizo para este proyecto?

-Ella es psicóloga de profesión, se desempeña como psicóloga deportiva. Trabajaba en un colegio subvencionado y renunció recién. No iba a renunciar hasta que no saliera el proyecto. Yo dejé hace mucho de hacer lo que hacía, pero también tenía ingresos con trabajos más freelance de marketing digital y fotografía de matrimonios y eventos.

Benjamín e Ignacia en Chiloé. Cortesía Benjamín Valenzuela
Benjamín e Ignacia en Chiloé. Cortesía Benjamín Valenzuela

¿Qué es lo que más esperan con este viaje?

-Lo que más espero de este viaje es poder generar el suficiente ruido para hacer una transformación a nivel país en términos de sustentabilidad y electromovilidad.Eso es como lo que yo quiero. Quiero poder llegar a mucha gente y cambiarles la mentalidad de que hay que proteger muchas cosas, hay que conservar la naturaleza, hay que valorarla.

El itinerario

Los primeros tres meses del viaje serán por los desérticos paisajes del norte, desde los increíbles panoramas del altiplano y su particular biodiversidad, y también la especial costa. Luego, seguirán por la zona centro, hasta la quinta región. En este periodo, conocerán los parques nacionales Lauca, volcán Isluga, Llullaillaco, Morro Moreno, Pan de Azúcar, Nevado tres Cruces, Llanos del Challe, Fray Jorge y Salar de Huasco en el norte. Luego seguirán hacia el centro para conocer La Campana, Palmas de Cocalán, Radal Siete Tazas, Laguna del Laja, además de aventurarse en los más lejanos Archipiélago de Juan Fernández y Rapa Nui. Es decir, recorrerán 15 parques nacionales en tres meses. También sumarán algunos parques marinos en estos dos últimos lugares.

Benjamín e Ignacia recibiendo el auto para el proyecto.
Benjamín e Ignacia recibiendo el auto para el proyecto.

“El gran desafío del norte es que las distancias son monstruosas. Entonces hay que calcular hasta la última gotita de energía del auto para poder llegar a nuestro destino”, explica Benjamín, “Parte de nuestro proyecto es que somos como sujetos de prueba porque vamos a pavimentar un futuro para donde realmente se necesitan electrolineras, entonces sabremos dónde son los puntos que se necesitan para su construcción futura”.

¿Cómo se están preparando ahora para esta aventura?

– Bueno, nosotros dos somos súper deportistas, así que, en términos de preparación física, es lo que hacemos siempre. En realidad, practicamos deporte de 2 a 3 veces a la semana. Estuvimos haciendo trekking todo el verano, y eso no es un problema tampoco. Venimos del Parque Tantauco en Chiloé, donde recorrimos 100 kilómetros en seis días. Fue muy bonito, pero duro. En términos de equipo también nos aporta una marca chilena de ropa outdoor, se llama Hardwork wear. En términos de preparación hay lugares con ciertas exigencias, como el Parque Nacional Llullaillaco, en la Región de Antofagasta, que pide un examen de altura geográfica, aunque nosotros no subiremos el volcán Llullaillaco. (…). En términos de alojamiento, me hubiera encantado poner una carpa en el auto, pero por temas de eficiencia energética y aerodinámica el peso no podía mermar la autonomía, aunque fueran 30 kilómetros por poner eso. Aparte que necesito la corriente en algunos lugares de las casas, o sea, o el alojamiento, hostales, hoteles.

Alojamiento. Eso es uno de los puntos que todavía no se soluciona al 100%. Pero la cosa irá fluyendo. Es que a veces hay que dejar ciertos asuntos para el camino. En el Parque Nacional Nevado Tres Cruces probablemente acampen. En otros surgirán hostales en el camino. Todo también depende de cuánto están en cada lugar.

– ¿Cuánto tiempo estiman en cada parque?

-Claro, mira el tema de los senderos o la estadía en el parque va a estar determinado netamente por lo que se puede hacer. Hay parques en los que uno puede estar, uno, o máximo dos días, por las actividades que se puedan realizar. Por ejemplo, el Parque Nacional el Morro Moreno es para un día. Tiene como tres o cuatro senderos cortitos, como de 30 minutos. Y hay parques que es como para estar una semana o más. Entonces tenemos como de base, por así decirlo, un itinerario cuatro por tres; cuatro días en el parque, tres en ciudad o alojamiento para poder bajar el material, editar, presentarlo en redes sociales y todo lo que implique. Pero hay otros parques que vamos a estar dos o tres días tratando de hacer los senderos, viendo lo que se puede ver, tratando de mostrar la fauna que se nos cruce.

Flamenco. Créditos a Benjamín Valenzuela.
Flamenco. Créditos a Benjamín Valenzuela.

La idea de todo esto, además, es que sea lo más cercano a normalmente se puede realizar. Se mantendrán en los senderos establecidos habilitados para el público y viviendo las experiencias y encuentros que cualquiera podría tener la suerte de ver. “En el Parque Nacional Lauca vamos cuatro días y después tres afuera. Lo mismo con el Isluga. En Morro Moreno estaremos un día. Y en Llullaillaco tres días porque me gustaría promocionar más un parque desconocido. Río Clarillo tiene un par de senderos en ciertos horarios, por lo que siempre la idea es conocerlo en la medida que la infraestructura lo permita. Luego Rapa Nui y Juan Fernández son como 10 días o dos semanas por cada uno, por temas de logística”, comenta Benjamín.

Luego, la misión seguirá al sur, ya con condiciones que los adentrarán al invierno. Así conocerán los parques nacionales Nahuelbuta, Tolhuaca, Conguillío, Huerquehue, Villarrica, Alerce Costero, Puyehue, Vicente Pérez Rosales, Alerce Andino, Hornopirén, Corcovado, Chiloé, Queulat, Isla Guamblin, isla Magdalena, Laguna San Rafael, Cerro Castillo, Bernardo O´Higgins, Torres del Paine, Pali Aike, Alberto de Angostini, Cabo de Hornos, Yendegaia, Kawésqar, Pumalín Douglas Tompkins, Melimoyu y Patagonia.

Torres del Paine. Créditos Benjamín Valenzuela
Torres del Paine. Créditos Benjamín Valenzuela

-Para ir terminando. ¿Qué mensaje le darías a la gente para que siga tu proyecto?

 – Yo creo que el mensaje que podríamos dejar, más que para seguir el proyecto, es que si es que hay alguien ahí afuera que tiene algún objetivo y cree que por alguna razón no lo va a poder lograr, que sepa que posible si existe la determinación y la motivación necesaria. Yo sé que puede sonar un poco cliché, pero es cosa de encontrar la motivación interna necesaria para poder lograr las cosas. Y que si uno se llega a caer, debe levantarse las veces que sea necesario y trabajar por lograrlo. Entonces, el mensaje es a nunca rendirse con respecto a esas cosas que en verdad tienes un sueño y que cumplirlo no es no darse en la primera caída.

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