Cuesta imaginarse que en nuestro planeta existan lugares donde muy pocas veces ha estado un ser humano. Llegar a lagunas tan inhóspitas como la Laguna Escondida en la Región de Atacama es un privilegio. Enfrentarse a la altura, al cansancio, al frío y calor, al esfuerzo físico y a la belleza sin parangón es algo inolvidable.

Salar Las Parinas
Salar Las Parinas

Mirar sus aguas bajo el microscopio, ver que la vida se concentra en apenas una pequeña laguna de lo que fue una gran cuenca, es una maravilla. Darse cuenta de que hay especies de invertebrados que no han sido descritas, que la vida florece y que las aves habitan y se reproducen en estas lagunas casi inaccesibles para las personas. Asombrarse por los estromatolitos fósiles que hay en las orillas, escuchar que el desierto habla, que el Altiplano y majestuosidad prevalece a pesar de todo.

El día Lunes 17 de noviembre, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y Cambio Climático, aprobó por unanimidad la creación de 6 nuevas áreas protegidas de salares en el marco de la Estrategia Nacional del Litio en la región de Atacama. Este era uno de los últimos pasos para concretar la protección de los primeros 10 salares y lagunas incluidos en la Red de Salares Protegidos en el marco de la Estrategia Nacional del Litio.

Salar de Pedernales
Salar de Pedernales

Las áreas que se crearán incluyen ecosistemas únicos, poco explorados, con alta biodiversidad y con condiciones geoquímicas irrepetibles. Estas áreas serán: 1) Parque Nacional Salar de Gorbea, 2) Parque Nacional Salar de Las Parinas, 3) Reserva Nacional Salar de Pedernales, 4) Parque Nacional de Las Lagunas Bravas, 5) Reserva de Región Virgen Las Pisacas y 6) Reserva de Región Virgen Lagunas Collas. Los salares y lagunas protegidos son diez: salar de Pedernales, salar de La Laguna, salar de Gorbea, salar Las Parinas, laguna de Las Parinas y Redonda, lagunas Bravas, salar del Jilguero, laguna del Bayo, salar de Eulogio y laguna Escondida.

Es la primera vez que se crean dos reservas de Región Virgen en el país, la cual es la máxima categoría de protección en la Ley 21.600 que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Silvestres Protegidas. Estos ecosistemas están aislados geográficamente y han conservado características únicas de las lagunas y salares altoandinos, sin intervención humana. Un patrimonio natural que debemos proteger para las futuras generaciones.

Salar de La Laguna
Salar de La Laguna

Cuando llegamos al Salar de Eulogio, ya empezaba a correr el viento, porque en la puna de la región de Atacama el clima es impredecible. Sus orillas intactas, el agua brillante, las algas y cianobacterias haciendo fotosíntesis, recreando los procesos de la Tierra antigua, ahí a más de 4500 metros sobre el nivel del mar, cerca de la frontera de Argentina, donde alguien diría “donde el diablo perdió el poncho”. Sentir el viento en la cara, pero también dentro del cuerpo, levitando de alegría por haber llegado al destino. Sentirse cerca del ocaso y también de la felicidad.

Éramos especialistas de distintas áreas describiendo por primera vez ecosistemas que solo aparecían en los mapas e imágenes satelitales. Ahí estaba el herbazal altoandino, los bofedales fosforescentes, las diatomeas como protagonistas de las aguas salobres, las nobles lagartijas Liolaemus tomando sol, las parinas, el chorlo de la puna, el minero grande, el chirigue cordillerano y tantas otras especies de aves cantoras. Ahí estaban los tardígrados haciendo gala de su resistencia a toda prueba. Las elegantes vicuñas miraban a lo lejos. Todas las especies en la calma y guarida que el Altiplano otorga.

Salar de Gorbea
Salar de Gorbea

Durante el año 2024 y 2025 trabajamos intensamente para generar los informes científicos base para la creación de las áreas protegidas gracias a un convenio entre la Universidad de Antofagasta y el Ministerio del Medio Ambiente. CONAF fue clave para acceder a algunos sitios y para realizar los informes técnicos justificatorios de las nuevas áreas protegidas.

La protección de salares es un imperativo en tiempos de cambios globales y amenazas a la biodiversidad. El norte de Chile es el lugar con menor superficie de áreas protegidas del país, por lo que estas seis nuevas áreas lograrán incrementar dicho número. Es un comienzo, esperemos que prontamente se aprueben otras áreas propuestas en las regiones de Atacama y Antofagasta.

Salar de Eulogio
Salar de Eulogio

La vinculación entre las universidades y el Estado es fundamental para empujar importantes políticas públicas como la preservación de salares y lagunas altoandinas. Se genera nuevo conocimiento el cual es información pública y permite tomar mejores decisiones, pero a la vez, es la base para entender el funcionamiento de estos ecosistemas tan particulares.

Hace más de 30 años, una expedición compuesta por los investigadores Francois Risarcher, Hugo Alonso y Carlos Salazar, mandatada por la Dirección General de Aguas, logró visitar 52 salares y lagunas del Altiplano describiendo las características hidrogeológicas de estos lugares. En sus informes los autores relatan las dificultades para llegar a muchos de estos sitios, logrando describir por primera vez la composición química de sus aguas. Este trabajo ha sido pivotal para todos quienes estudiamos salares, porque la ciencia se construye de forma colectiva, donde el conocimiento se disemina y genera nuevas preguntas que permiten ampliar nuestro entendimiento y posibles efectos del cambio climático y acción humana.

Lagunas Bravas
Lagunas Bravas

El salar de Pedernales tiene estructuras microbianas en sus orillas que asemejan a conos moldeados por el viento y el agua, un espejo de la vida primitiva, un llamado de atención a preservar el paisaje que es también naturaleza. En la laguna de las Parinas, las aves se recargan de energía y alimento para seguir su viaje al sur, una parada necesaria para seguir recorriendo largas distancias. El salar de Gorbea surge como una excepción planetaria, con lagunas y sales teñidas de azufre, lo cual genera que sus aguas tengan pH ácido. Vivir en el ácido, con agua salada, con frío en la noche y calor en el día y bajo la radiación solar más alta del planeta al mismo tiempo. La vida en los salares es sorprendente y nos desafía a seguir estudiándola. 

Laguna del Bayo
Laguna del Bayo

El hito de creación de la Red de Salares Protegidos es histórico. Nunca se había realizado un esfuerzo de esta magnitud en el norte de Chile para preservar salares. Si bien es cierto, faltan varios ecosistemas de alta relevancia ecológica por incorporar a esta red, este es un buen comienzo ya que los estándares utilizados y los objetos de protección definidos se hicieron en base a la nueva Ley 21.900 e incluyen, por ejemplo, una inédita línea de base de microorganismos e invertebrados acuáticos, lo cual es una manera de proteger todas las formas de vida.

Salar de Jilguero
Salar de Jilguero

Probablemente los antiguos habitantes de la puna recorrieron estas planicies, maravillándose igual que nosotros, de la belleza y tranquilidad que otorga el aislamiento geográfico. Hay mucho que descubrir y apreciar aún. Pareciera ser que estamos recién descubriendo un nuevo universo natural para Chile donde el agua salobre invita a la vida, invita a resistir las adversidades de lo extremo, a desarrollar nuevas formas de vivir.

Ha sido una gran satisfacción para nuestro grupo de trabajo y colaboradores haber contribuido a esta hazaña que contó con un esfuerzo enorme a nivel interministerial, incluyendo la participación de las comunidades locales e indígenas. En un planeta en crisis y una sociedad basada en el consumo, proteger ecosistemas pareciera ir contra la corriente, pero es lo que hay que hacer para garantizar futuros habitables.

Laguna Escondida
Laguna Escondida

Los salares comienzan a ser valorados más allá de sus riquezas minerales, los salares son ecosistemas y laboratorios naturales que albergan especies únicas altamente adaptadas a las difíciles condiciones ambientales del Altiplano. Además, guardan la memoria de la vida andina y del legado cultural de los pueblos ancestrales. 

Las buenas noticias se comparten y la emoción por lo nuevo también.

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