Del total de la energía que se produce en el mundo, un 40% es utilizado en edificios de oficinas. De ese 40%, un 20% se utiliza en el sistema sanitario, 15% en iluminación y un 65% en climatización, ya sea aire acondicionado o calefacción.

Si consideramos que gran parte de esta energía (80%) proviene de fuentes no renovables, que causan el calentamiento global, es importante entender el efecto que generan en nuestra ciudad los edificios de vidrio y el excesivo consumo de recursos naturales que utilizan para su funcionamiento.

Edificio Génesis.
Edificio Génesis.

El uso del vidrio en la arquitectura tiene su origen en el norte de Europa y sus primeras implementaciones estuvieron relacionadas a grandes invernaderos, galerías urbanas cubiertas y estaciones de ferrocarril. En este contexto de frías temperaturas y baja radiación solar, el vidrio permite recibir la energía del sol, acumularla y mejorar el confort térmico al interior.

En Chile comenzó el boom de los edificios de fachada de vidrio durante la década de los 90′, relacionado a un tema estético exterior, pero además a lo económico y versátil que es el vidrio en este tipo de configuraciones. Hasta ahí todo bien, el problema es que el clima de Santiago es muy diferente al del norte de Europa, la radiación solar es alta incluso en invierno y las temperaturas pueden llegar a máximos de 38º C en verano.

El vidrio posee una característica muy especial en directa relación con el sol. La radiación solar impacta la fachada de vidrio del edificio, parte de la radiación es reflejada (10%), parte es absorbida por el vidrio (10%) y parte ingresa al interior del edificio (80%). Ésta al impactar con cualquier superficie, pisos, muebles, etc., se transforma en calor generando un efecto invernadero. Si a esta gran cantidad de calor que ingresa proveniente del sol, sumamos el calor generado por cientos de computadores, impresoras, iluminación y usuarios del edificio, tenemos un escenario bastante adverso en términos de confort.

La única solución posible para permitir el funcionamiento del edificio, es un complejo sistema de climatización que consume toneladas mensuales de energía en aire acondicionado y calefacción. Y esto no asegura en ningún caso el confort interior de los ocupantes del edificio. Situaciones muy distintas viven los que están cerca de las ventanas y reciben sol directo en sus escritorios, a los que están sentados cerca de la salida del aire climatizado quienes deben contabilizar más resfríos al año que los demás. El ambiente térmico tiene directa relación con el estrés laboral y la productividad de una compañía, ahí la importancia del tema.

Barrio Parque Titanium. ©El Mercurio
Barrio Parque Titanium. ©El Mercurio

Un edificio de este tipo gasta entre 45 y 90 Kwh/m2, mientras que uno que reduce la superficie vidriada y cuenta con algún sistema de control solar, puede llegar a gastar entre 15 y 30 Kwh/m2 como máximo. También existen edificios que dicen contar con vidrios especiales, los cuales reflejan un mayor porcentaje de radiación solar. Esto genera que el impacto del sol se transforme en un incómodo reflejo para algún vecino, aumentando de paso la temperatura del ambiente circundante y de la ciudad en general. Fenómeno conocido como Isla de Calor Urbano. (Urban heat island effect).

Como conclusión solo me gustaría nombrar algunos edificios que son un aporte por sus propuestas a reducir el impacto en el medioambiente a través de una reducción del consumo energético:

Primero el edificio Consorcio de Borja Huidobro y Enrique Browne, el cual a través de una celosía permite el crecimiento de una enredadera caduca, que marca las estaciones del año y controla el acceso de radiación solar al interior.

Edificio Consorcio. ©Geo Fun
Edificio Consorcio. ©Geo Fun

Segundo el edificio Simonetti de Cristián Undurraga, el cual con una piel de piedras de cuarzo, controla la temperatura sin reducir la iluminación natural interior.

Edificio Simonetti ©Undurragadeves.cl
Edificio Simonetti ©Undurragadeves.cl

Y tercero el edificio de Oficinas Pedro de Valdivia de Cruz y Browne arquitectos, el cual muestra una solución estética atractiva a edificios de oficinas de alta densidad.

EOPV ©Emplazamiento y Calce ediciones ARQ 1
EOPV ©Emplazamiento y Calce ediciones ARQ 1
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