Dos medidas que buscan proteger al picaflor de Arica de una inminente desaparición
Es el picaflor más pequeño de Chile y lamentablemente se encuentra en estado crítico de extinción: en sólo 15 años su población en el país se redujo de 1.500 ejemplares a 300. Hoy dos proyectos buscan proteger a esta singular especie protegiendo los lugares en los que habita, pero también plantando flora nativa. ¡Más detalles aquí!
Con 7 u 8 cm de largo, es el picaflor más pequeño del país y uno de los de menor tamaño en el mundo. Tanto así que cuando pasa volando, recuerda más a un insecto que a un ave. Pero si a principios del 2000 ya era una suerte de pocos encontrarse con el picaflor de Arica, hoy esta realidad se torna cada vez más difícil. En sólo 15 años la población de esta singular ave en el país ha disminuido drásticamente pasando de 1.539 ejemplares en 2002 a 300 en octubre de 2018 una situación que lo ha llevado al borde de la extinción. Algo que no deja de extrañar, sobre todo porque alguna vez alrededor de los años 30′ o 40′ ésta habría sido la especie más abundante de la región de Arica y Parinacota donde en un solo árbol podían verse alrededor de 100 ejemplares “que se veían como un verdadero enjambre de abejas alrededor del colmenar”, como describirían los ornitólogos Goodall, Johnson y Phillippi en su obra Las Aves de Chile.
Las razones de esta crítica disminución de ejemplares son variadas y se cree que van desde la pérdida y disminución de su hábitat debido al desarrollo de actividades agrícolas, hasta el uso desmedido de pesticidas e insecticidas –como los utilizados para erradicar a la mosca de la fruta– y la competencia que se ha generado con la llegada del picaflor de Cora, un ave catalogada como «agresiva y territorial». A esto se suma que el picaflor habita un territorio bastante acotado y reducido a los valles entre la frontera con Perú y la quebrada de Chaca y que cuenta con una baja capacidad de adaptación.
La buena noticia es que hoy existen dos proyectos que buscan proteger a esta ave declarada Monumento Natural de Chile en 2006. Uno de ellos es la creación de un área protegida bajo la figura de un monumento natural en el sector de la Quebrada de Chaca. La medida ya fue aprobada por unanimidad por el Consejo de Ministros por la Sustentabilidad este miércoles e incluirá 10 hectáreas aledañas a la carretera, que serán integradas al Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado, bajo la administración de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
Por otra parte, un grupo de agricultores locales de áreas como Hijos de Livilcar, La Cruz y Surire junto a la agrupación campesina Andina, se han comprometido mediante la firma de un documento oficial ante la Seremi, a colaborar en la conservación de esta carismática ave a través de la forestación con especies de flora nativa y exótica –no invasoras– para aumentar las fuentes de alimento disponible para esta ave en peligro, ejecutar un programa de educación ambiental e implementar buenas practica agrícolas. Todo esto con el apoyo del equipo del proyecto Conservación de Especies Amenazadas.
“Como agricultores siempre buscamos generar utilidades para nosotros, pero creemos que preservar al picaflor de Arica es una labor social porque sabemos que al construir invernaderos hemos destruido su hábitat y queremos recuperar ese espacio para poder devolverle algo a la tierra por todo lo que nos ha dado”, dijo al respecto Jaime Marcas, presidente de la Agrupación Campesina Andina.