Descubriendo al piquero común, el «clavadista olímpico» de la fauna sudamericana
Sin duda, es todo un espectáculo contemplar a estas aves marinas de tamaño medio y cuerpo en forma de torpedo, lanzándose en sincronía sobre la superficie marina a grandes velocidades, con una elegancia y agilidad impresionante. Hablamos del piquero común o piquero peruano (Sula variegata), una especie de ave marina de la familia Sulidae que se caracteriza por haber desarrollado uno de los métodos de pesca más espectaculares de todo el reino animal: Pescan a sus presas mediante un vuelo en picada desde alturas de 15 a 35 metros, cortando el agua a velocidades de hasta 96 km por hora. Esta peculiar ave marina habita en la costa pacífica de Sudamérica, de forma regular desde el norte de Perú hasta Chiloé, en islas guaneras cercanas a la costa, así como en cabos y acantilados continentales. Generalmente podemos verlas en grandes bandadas, volando a ras del agua en busca de alimento o descansando sobre las rocas, una al lado de la otra. Esta especie es considerada como una de las especies guaneras más importantes del Pacífico sudamericano y cumplen un rol fundamental en los ecosistemas costeros, sin embargo, no están exentos de amenazas como la extracción desmedida de guano, la sobrepesca, la destrucción de su hábitat, entre otras. ¿Quieres saber más? Aquí te contamos todos los detalles.
De seguro los has visto en más de alguna ocasión en las costas de Chile, lanzándose en picada en el mar con elegancia y agilidad, en busca de su alimento favorito: sardinas y anchovetas (Engraulis ringens).
Sin duda, es todo un espectáculo contemplar a estas aves marinas de tamaño medio y cuerpo en forma de torpedo, lanzándose en sincronía sobre la superficie marina, plegando sus alas unas décimas de segundos antes de penetrar en el agua a gran velocidad, desde alturas impresionantes.
Hablamos del piquero común o piquero peruano (Sula variegata), una especie de ave marina de la familia Sulidae que se caracteriza por haber desarrollado uno de los métodos de pesca más espectaculares de todo el reino animal: Pescan a sus presas mediante un vuelo en picada desde alturas de 15 a 35 metros, cortando el agua a velocidades de hasta 96 km por hora.
Habita en la costa pacífica de Sudamérica, de forma regular desde el norte de Perú hasta Chiloé, en islas guaneras cercanas a la costa, así como en cabos y acantilados continentales. Sin embargo, se desplaza hasta el sur de Ecuador por el norte y Aysén por el sur debido a cambios de temperatura del agua en los años que ocurre el fenómeno del Niño. Incluso, Birdlife International lo cita para Colombia y como errante hasta Panamá.
“Esta especie se va moviendo por la corriente de Humboldt dependiendo de la disponibilidad de alimento, por lo que su distribución va variando. Pero también se supone que la distribución se va ampliando debido a los efectos del cambio climático global. En Chile su reproducción ocurre principalmente en islas y acantilados, ya que en estos lugares en general no hay depredadores. Sus depredadores naturales son, por ejemplo, otras aves como aves rapaces que podrían cazar a los pollos, los zorros y roedores”, indica el biólogo Juan Carlos Torres-Mura, vicepresidente de Aves de Chile, vicepresidente de la Fundación Omora e investigador del Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC).
Se caracteriza por tener un pico robusto, largo y puntiagudo, así como patas cortas y pies palmeados, perfectamente diseñados para nadar, que le dan un aspecto torpe cuando camina. Mide aproximadamente 75 cm de largo. Tiene la cabeza, cuello, pecho y vientre de color blanco, mientras que sus alas y cola son de color marrón oscuro. Su pico es gris oscuro y sus cortas patas son de un tono gris azulado.
Es una de las seis especies de piqueros del género Sula que existen en el mundo, las cuales se distribuyen principalmente en los océanos tropicales. Así mismo, es una de las principales aves guaneras del Pacífico sudamericano, por sus números poblacionales y hábitos de anidar en colonias compactas donde acumulan el guano.
Vale decir que los piqueros, debibo a esta caracteristica de ave guanera, cumplen un rol fundamental en los ecosistemas costeros en donde habitan, ya que depositan nutrientes críticos del mar a la tierra a través de su guano, que luego se escurre hacia las aguas cercanas a la costa para sustentar los arrecifes.
Es la especie más abundante de piquero en Chile y la única que se puede encontrar de forma regular en el territorio nacional. En las islas Rapa Nui, San Félix, San Ambrosio y Salas y Gómez podemos encontrar al piquero blanco (Sula dactylatra personata), mientras que en Isla Pájaros (Coquimbo), Isla San Félix, Isla San Ambrosio y Arica existen registros ocasionales del piquero patas azules (Sula nebouxii).
El clavadista por excelencia de las costas sudamericanas
Cada mañana, una bandada de piqueros deja su lugar de descanso para dirigirse al océano en busca de alimento, y una vez que lo encuentra, comienza todo un espectáculo donde estas aves cortan el cielo y se lanzan clavados desde grandes alturas.
“Los piqueros descansan en tierra y en el día salen a volar al mar y cuando encuentran cardúmenes se tiran un piquero que les permite llegar a sus presas. En física hay algo que se llama conservación de la cantidad de movimiento. Lo que hacen ellos es tirarse el piquero desde una gran altura y mientras más alto se tiran, más profundo pueden llegar. Una vez que ganan profundidad, nadan detrás de los peces que están en un cardumen y los atrapan”, relata el biólogo.
Sin duda, la entrada al agua a velocidades que van desde 96 km por hora podría causar daños con consecuencias fatales para cualquier ave. Por ello es que el piquero común ha desarrollado increíbles adaptaciones físicas y de comportamiento, las cuales les permite lanzarse en picada a grandes velocidades y bucear, para capturar su alimento de manera eficiente sin sufrir daños corporales.
“Tirarse un piquero no es algo trivial. Te puedes quebrar un ala, te puedes quebrar el cuello, tiene que ser una caída perfecta. Entonces ellos han desarrollado un cuerpo aerodinámico perfectamente adaptado para soportar esas caídas. Tiene reforzado, por ejemplo, los huesos del cráneo, el esternón, para soportar el golpe que significa caer al agua desde 20 o 30 metros”, señala Torres-Mura.
Vale decir que los piqueros tienen una placa ósea esponjosa en la frente y alrededor del pico, que protege su cabeza durante el impacto con el agua, y tienen fuertes músculos en el cuello que le permiten mantener el cuello recto al momento del impacto.
Asimismo, estas aves poseen fosas nasales cerradas o bloqueadas, es decir, que no tienen una apertura externa, para evitar la entrada violenta de agua en el momento del impacto. Por ello es que el piquero, a diferencia de otras aves, respira por su pico, en vez de usar sus fosas nasales.
Otra característica es que estas aves han desarrollado plumas impermeables al agua, lo que les permite pasar largos periodos en el agua sin mojarse. Como señala el investigador del Centro CHIC: “A la mayoría de las aves les cuesta sumergirse por su plumaje, que tiene mucho aire, aislación. Pero los piqueros han desarrollado un plumaje impermeable al agua, que les permite cazar a su presa y nadar bajo el agua sin boyarse”.
Por último, los piqueros tienen una excelente visión. Son capaces de detectar cardúmenes de peces a grandes distancias, lo que les permite moverse rápidamente para alcanzar a sus presas. Asimismo, sus ojos tienen adaptaciones estructurales especiales para el buceo y son capaces de ver bien inmediatamente después de golpear el agua, lo que los convierte en excelentes pescadores.
Los piqueros son una especie estrechamente ligada a la corriente de Humboldt, que se alimenta casi exclusivamente de cardúmenes de anchovetas y sardinas, y que se mueve acorde al movimiento de su alimento.
Son exclusivamente marinos, asociados a las costas e islas costeras. Es muy raro encontrarlos mar adentro, ya que generalmente se mantienen cerca de sus zonas de reproducción, las cuales se componen por islotes rocosos o acantilados. La mayoría de las aves se aleja entre 2 y 10 km de la costa, con un máximo observado de hasta 39 km.
Como agrega el vicepresidente de Aves de Chile: “En caso de necesidad igual pueden volar varios kilómetros mar adentro, alimentarse y volver al nido. Hay algunas especies de piqueros que efectivamente tienen la capacidad de volar muy lejos para poder ir a alimentarse y después volver, o sea que prácticamente se demoran todo el día en ir a alimentarse. Sin embargo, no es lo común”.
Es una especie principalmente sedentaria y gregaria, que forma grandes colonias para nidificar, donde ponen sus nidos uno al lado del otro, y se alimentan en bandadas de 30-40 individuos.
Vale decir que esta especie anida entre septiembre y febrero en Perú, mientras que en Chile la postura ocurre principalmente en enero y febrero. Sus nidos generalmente son una pila de algas y guano. Coloca de uno a tres huevos, los cuales son incubados por aproximadamente 42 días.
Un dato curioso, que no se ha documentado en el piquero común, pero si en otras especies del género Sula, como en el piquero patas azules y el piquero blanco, es que por regla general sólo un pollo suele llegar a adulto, mientras que los otros tienden a ser abandonados. “Es algo que está bien estudiado y en el fondo lo que ocurre es que a los padres les conviene tener dos huevos, porque si uno falla está el otro, pero evolutivamente les conviene alimentar solo a uno”, indica Torres-Mura.
La Era del Guano
Si bien, actualmente no tiene la importancia que tuvo en antaño, lo cierto es que el guano, durante el siglo XIX, se convirtió en uno de los productos más codiciados del planeta. Esto debido a que es considerado como un valioso fertilizante natural por su alto contenido en nitrógeno, potasio y fosforo.
Durante esta época el guano se convirtió en un valioso elemento agrícola, que fue fundamental para nutrir las tierras de las primeras iniciativas agrícolas industriales. Sin embargo, es interesante destacar que el guano era utilizado desde mucho antes por las civilizaciones precolombinas de los mochicas y los incas, de cuya lengua, el quechua, proviene el nombre de wánu, que significa “abono”.
De hecho, una reciente investigación publicada en la revista Nature Plants, entregó por primera vez evidencia científica sobre el uso del llamado “guano blanco” o guano de aves marinas por parte de las civilizaciones preincaicas del Desierto de Atacama, lo cual tuvo fuertes implicaciones para la intensificación de la agricultura y el crecimiento de la población de las sociedades preincaicas. Es decir, el guano tuvo una gran relevancia en el desarrollo de las civilizaciones preincaicas, que lograron habitar un territorio bastante hostíl en una época libre de las comodidades modernas.
Fue el naturalista Alexander Van Humboldt, quien, durante su viaje por América del Sur, advirtió que las plantas fertilizadas con guano en las áreas costeras de Perú crecían de forma exuberante y gracias a ello, este producto se masifico y pasó a ser un elemento fundamental para agricultores de todo el mundo.
Fue tal la importancia económica del guano, que llegó a convertirse en la base económica de Perú a finales del siglo XIX, generando cerca del 80% de los ingresos fiscales del país. Vale decir que el guano de las costas de Perú y el norte de Chile eran el de mayor calidad en todo el mundo debido al clima desértico de la región, donde las lluvias son excepcionales y permiten la acumulación de guano, sin que este pierda nutrientes debido a la lluvia.
Con la competencia del salitre a comienzos del siglo XX y el comienzo de la producción de fertilizante nitrogenado artificial, el guano paso a un segundo plano y perdió su estatus de fertilizante estrella a nivel mundial. No obstante, aún es un producto bastante apreciado en la agricultura ecológica.
Principales amenazas
El piquero se encuentra en la categoría de Preocupación Menor (LC) por el Reglamento de Clasificación de Especies (RCE) y por la UICN, debido a su amplia distribución y abundante población. Sin embargo, eso no significa que la especie no este exenta de amenazas.
Estas aves marinas están en problemas de conservación por acciones humanas como la extracción intensiva de guano desde sus sitios de nidificación, la sobrepesca de sus principales presas (anchovetas, sardinas, entre otras), la muerte incidental en operaciones pesqueras, la destrucción y alteración de su hábitat, las especies introducidas, y el efecto sinérgico acoplado a la intensidad de fenómenos El Niño-Oscilación del Sur.
En primer lugar, es importante destacar que si bien, el guano es considerado como un fertilizante natural, muy apetecido por la agricultura ecológica, lo cierto es que su extracción desmedida generó grandes impactos para las aves guaneras, ya que esta acción involucraba directamente la intervención o destrucción de los sitios de nidificación de estas aves. Por ello es que durante el siglo XIX, las aves productoras de guano se convirtieron en un importante objetivo de conservación.
Otra de las principales amenazas es la sobrepesca de su alimento principal: la anchoveta y la sardina. Es importante recordar que estas especies de peces han estado en varias ocasiones en estado de colapso debido a la sobreexplotación industrial, pero actualmente, gracias a la aplicación del principio precautorio en la toma de decisiones de las cuotas de pesca, sus poblaciones se encuentran más recuperadas.
“Cuando colapsaron las pesquerías de anchoveta y de sardina, no solo se vieron amenazados los piqueros, que se alimentan casi exclusivamente de estos peces, sino que se vieron amenazadas de varias especies de aves marinas. Pero actualmente hay una información de la Subpesca que dice que en los últimos años la anchoveta y la sardina se han ido recuperando después del colapso”, puntualiza el biólogo.
Por otra parte, otra de las principales amenazas para esta especie es la muerte incidental en las operaciones pesqueras, ya que los piqueros se encuentran muy asociados a los cardumenes de anchovetas y sardinas, y es común que sean capturados de forma incidental mientras se encuentran alimentando cerca de los barcos pesqueros.
Por otro lado, una de las principales amenazas actuales sería la perturbación y destrucción de su hábitat, principalmente por la presión inmobiliaria, que actualmente amenaza diversas zonas de nidificación de esta ave marina costera. Un ejemplo de ello es lo que sucede en los Acantilados de Quirilluca, un sitio prioritario para la conservación ubicado en la comuna de Puchuncaví, en la Región de Valparaiso, donde se encuentra una de las colonias de nidificación más importante de esta especie en Chile continental, que actualmente se ve encuentra amenazada por las presión inmobiliaria que crece en el sector.
Asimismo, una de las grandes problematicas para esta especie es la presencia de especies introducidas, tanto en las islas como en las zonas costeras. Vale señalar que esta especie anida y se reproduce en zonas que naturalmente estan libres de grandes depredadores, por lo que la presencia de especies introducidas como perros, conejos y ratas puede generar grandes impactos en la reproducción del piquero.
Como señala Torres-Mura: “Por ejemplo, en algunas islas de Chile se han introducido ratas y son un tremendo problema porque son depredadores de pingüinos y de las aves marinas en general, y justamente algunas de las medidas de conservación que se están implementando en Chile es el sacar a las ratas. En la mayoría de los países están implementando esto de desratizar y ha sido un éxito total. Cuando sacas a estos depredadores las aves marinas florecen porque vuelven a ese estado natural, es decir, un paraíso sin depredadores”.
Por ello existen distintas iniciativas a lo largo del país, impulsadas por distintas agrupaciones, vecinos e instituciones, para lograr erradicar a las especies introducidas de las islas, para restaurar las colonias de aves marinas nativas del lugar y con ello, proteger el medio ambiente marino.