Este viernes 5 de junio se conmemora el Día del Medioambiente, una fecha que nos invita a repleantear nuestros hábitos de consumo, y pensar en soluciones para evitar la saturación de nuestro planeta de contaminación y residuos. Es por esto que hay personas a nivel mundial ya se han sumado a iniciativas como Zero Waste, un movimiento que busca reducir nuestro impacto por medio de la reutilización y la recuperación responsable de productos, envases y materiales, para evitar que lleguen al agua, al aire o la tierra.
En este artículo compartiremos algunos métodos de reutilización de residuos orgánicos que pueden estar presentes en tu hogar, y que puedes convertir en elementos nutritivos  y  beneficiosos para mejorar la salud y vigor tanto de una pequeña planta como de un huerto.

Infusión de cáscara de plátano

©Colletteyvonne
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El plátano es conocido por ser una muy buena fuente natural de potasio, de ahí que sea recomendable su consumo para evitar calambres musculares. Sin embargo, este nutriente no sólo se encuentra presente en su pulpa, ya que la cáscara también lo contiene. Pero como no acostumbramos comerlas – aunque son perfectamente comestibles  – ocuparlas para nutrir a tus cultivos domésticos es una muy buena idea para aprovecharlas al máximo, antes de arrojarlas a la compostera.

Como mencionamos, la infusión o “té” de cáscaras de plátano permite aportar una buena cantidad de potasio a las plantas, y existen algunos cultivos que se pueden ver especialmente beneficiados con este suplemento, tal como las zanahorias y las habas. En ocasiones es usado en la etapa de floración, ya que es en este momento que la planta requiere de más potasio.

¿Cómo hacerlo? Lo primero será trocear nuestras cáscaras de plátano, las cuales añadiremos a una olla con un litro de agua. Se deja calentar por 15 minutos (debe hervir). Luego, se cuela teniendo en cuenta poner un recipiente para que caiga el líquido. Las cáscaras se pueden y usar con posterioridad en la compostera. El agua de la infusión se deja enfriar y luego se mezcla con dos litros de agua fría. ¡Y listo! Ya puede usarse sobre las plantas. Este líquido puede ser aplicado en riego cada 15 días.

Cáscara de huevo molida

Foto ilustrativa, luego es necesario incorporar el polvo con la tierra. ©Verónica Droppelman
Foto ilustrativa, luego es necesario incorporar el polvo con la tierra. ©Verónica Droppelman

 

Mucho se ha hablado respecto de lo nutritivos que son los huevos – que son una fuente de proteína baja en grasa – pero poco conocemos respecto de las bondades de su cáscara, que la gran parte de las veces es desechada. La cáscara de un huevo de gallina está compuesta en un 96% de carbonato de calcio (CaCO3), elemento muy nutritivo para nuestras plantas, ya que es el elemento responsable de mantener unidas sus paredes celulares. Este mineral es muy requerido en cultivos como los tomates y pimientos. Además, su uso puede ser una buena manera de prevenir la podredumbre apical, que sufren algunos cultivos debido a la deficiencia de calcio.

¿Cómo se pueden aprovechar? Una buena manera es que, luego de vaciar el contenido del huevo, se laven y se guarden las cáscaras, procurando que sequen bien. Para el propósito que buscamos, se requiere que las cáscaras estén molidas muy finamente, así que para triturarlas se puede usar o bien un mortero o meterlas en una bolsa, y molerlas con un rodillo. La idea es que quede un polvo muy fino. Una vez obtenido el polvo, es importante incorporarlo muy bien a la tierra.

“Pasa que el calcio que contiene la cáscara de huevo no se encuentra en una forma que permita una absorción directa para las plantas. Es por esto que es necesaria la acción microbiológica que lo descomponga, que está presente en el suelo o en el sustrato donde será aplicado. Eso proceso ocurre más fácilmente cuando la cáscara está molida muy finamente”, agregó Pablo Samur, ingeniero agrónomo y gerente general de Chakrana, sociedad dedicada a la educación medioambiental, la agricultura urbana y la elaboración de bioinsumos para la agricultura orgánica.

La cáscara de huevo también puede ser utilizada como un pesticida natural, aunque para este propósito se deberá aplicar una mayor cantidad de cáscara alrededor de la planta, formando una “barrera natural” que dificultará el acceso de plagas, como gusanos, babosas y caracoles. Su uso permite ahuyentar a los animales sin matarlos.

Agua de arroz y de tallarines

©Mario_ruckh
©Mario_ruckh

 

Es importante que no se confunda con la leche de arroz, en la cual para su elaboración se utiliza el grano entero. A lo que nos referimos es a esa agua blanquecina que resulta del lavado que se hace previo a la cocción. Muchas veces lo tiramos por el lavaplatos, sin considerar la gran cantidad de hierro, potasio, zinc y magnesio que posee, entre otros nutrientes. Además, parte de los carbohidratos propios del arroz – almidones – quedan en el agua de lavado, lo cual puede ayudar a alimentar a los microorganismos presentes en la tierra, y que ayudan a descomponer la materia orgánica.

Si bien es cierto que las plantas generan su propio almidón por medio de la fotosíntesis, hay algunas que no lo producen lo suficiente y por lo mismo, se encuentran débiles. La falta de luz por estar en lugares sombríos también afecta la fotosíntesis de los cultivos. Además de los nutrientes, el agua del lavado de arroz no deja de ser agua, por lo cual permite aportar con hidratación para nuestra huerta. Al ser un líquido, es ideal utilizarlo en momentos donde el sol no sea excesivamente intenso, para evitar la evaporación.

¿Cómo obtenerla? Es muy sencillo. Se incorpora a en un recipiente una parte de arroz por dos o tres partes de agua, y se remueve por 15 a 30 segundos. Se puede aplicar sobre la planta sin necesidad de diluir, y se recomienda usar cada 15 o 20 días. Esta agua es considerada un energizante, por lo mismo, no debe ser un reemplazo al abono que se esté utilizando.

Respecto al agua que queda de la cocción de la pasta, esta también tiene presencia de almidones, por lo que también puede servir a manera de nutrir a las plantas. Eso sí, Samur comenta que hay que evitar que esa agua tenga aditivos de grasas: es por esto que lo mejor sería tan sólo hervir la pasta en agua. “El aceite a la larga funciona como un impermeabilizador, y dificulta la disponibilidad de agua para la planta”, aseguró. Una consideración muy importante es que el agua debe dejarse enfriar antes de verterla sobre la planta.

Bolsas de té

©Pasi Mämmelä
©Pasi Mämmelä

 

Según un estudio publicado el año 2018 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Chile se encuentra entre los 15 primeros países consumidores de té. De hecho, cada año, los chilenos consumimos 1.2 kilogramos de té.

Tanta cantidad de té no debería ser desperdiciada, y puede ser perfectamente agregada a nuestros cultivos. “No tiene un gran aporte en cuanto a nutrientes, pero no está demás echarlo en una maceta o al suelo para hacer un aporte de materia orgánica, que le da estructura al suelo o sustrato, y mejora la retención de agua. Además, la materia orgánica provee las condiciones idóneas para el desarrollo de la microbiología. Es como el soporte”, agregó Samur.

¿Cómo aplicarla? Luego de realizar la infusión, se deja enfriar la bolsa. Luego, se vacía el contenido – sin incluir la bolsa, la cual si puede agregarse a una compostera con lombrices – y luego se debe incorporar en los primeros dos o tres centímetros de suelo. Es crucial que en esta operación se evite dañar las raíces de las plantas.

Restos de granos de café

©ianoak
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Probablemente más de algún lector ha recurrido al café de grano, especialmente debido a las bajas temperaturas que hemos vivido los últimos días. Los restos del café de grano que se acumulan en las cafeteras – también llamados posos – son ideales para alimentar a nuestras plantas, ya que son ricos en nitrógeno, elemento que está presente en las semillas (como lo son los granos de café).

Para enriquecer la tierra, se pueden echar directamente los posos alrededor de las plantas, junto con el mantillo, tanto en macetas como en superficies más amplias. Si se quiere hacerlo líquido, se puede mezclar con agua durante una noche, para luego ser aplicado en forma de riego, aplicándolo tanto en las hojas del cultivo como en el tallo. También puede ser aplicados en la compostera, pero debes tener en cuenta que no supere el 20% del total de este abono.

Si se quiere almacenar los posos de café para utilizarlo más adelante sobre la huerta, lo ideal secarlo antes, porque el líquido puede propiciar que se descomponga con facilidad. Respecto a las cantidades, es todo cuestión de tamaño. “Si la planta es pequeña o recién germinó, le echaría una o dos cucharaditas de poso de café. Si la planta es más grande, tipo un arbusto, se le puede echar una tasa cada 15 días. Si es un árbol grande, pueden ser de dos a cuatro tazas cada 2 o 3 meses”, indicó el ingeniero agrónomo.

Excremento de algunas mascotas

©Bob Silver
©Bob Silver

Bien conocidas son las propiedades nutritivas que aportan los excrementos de vacas para abonar los cultivos. Sin embargo, este proceso puede ser replicado a una menor escala, con nuestros animales domésticos.

“Pueden ser conejos, hámster, o cualquier tipo de ave. Los excrementos de estos animales no son tan ricos en nutrientes como los de las vacas, caballos u ovejas, pero todo el guano que provenga de animales herbívoros sirve para nutrir a las plantas. Es importante tener en cuenta que mientras mayor sea la variedad de la alimentación que tiene el animal, de mejor calidad será su excremento. Eso sí, no sería igualmente recomendable ocupar de abono los excrementos de gatos y perros, sobre todo si su alimentación consta principalmente de pellet”, recalcó el gerente general de Chakrana.

Humus de lombriz

©Ladywood Road Allotment Allotment
©Ladywood Road Allotment Allotment

Es un proceso algo más complejo que los anteriores, pero igualmente efectivo si lo que se quiere es fertilizar nuestros cultivos utilizando residuos orgánicos. “El proceso consiste en criar lombrices, en su variedad roja californiana, la cual es doméstica, muy voraz y es capaz de comerse hasta el 90% de su peso en residuos al día. Se pone a su disposición residuos frescos de material orgánico, tales como frutas y verduras, e incluso papeles y servilletas. Todo lo que la lombriz come, luego lo defeca y el resultado es una buena fuente de materia orgánica simplificada, lo que significa que está mucho más disponible para que las plantas lo puedan absorber a través de la raíz”, asegura Samur.

Eso sí, el profesional precisa que es mejor evitar añadir residuos cárnicos y comidas procesadas, ya que es más problemático porque atrae más insectos, y puede generar un proceso de pudrición. Según Samur, este proceso implica una espera de al menos 6 meses para poder cosechar. “Pero el resultado es un abono de grandísima calidad, y no requiere mucho espacio, ya que se puede realizar en departamento, tan sólo es necesario contar con una vermicompostera». Si no cuentas con una, es posible realizar una de manera casera, y existen varios tutoriales en la web donde se explica cómo fabricarla.

Esperamos que estos consejos hayan sido de utilidad, tanto si tienes una pequeña plata o un jardín. En este Día del Medioambiente, recuerda que aunque no seamos capaces de reducir la totalidad de los residuos del mundo, el cambio siempre parte por casa.

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