El ulmo (Eucryphia cordifolia), roble de Chiloé o muermo, es uno de los árboles más fascinantes de la flora chilena. Se destaca tanto por su imponente presencia como por sus hermosas flores. Este árbol perenne, que se encuentra principalmente en los bosques del sur de Chile, es conocido por su majestuosidad, su rol esencial en los ecosistemas que habita, y por sus lazos con el viejo continente de Gondwana.  

«Su nombre científico es Eucryphia cordifolia y es una especie de la familia Cunoniaceae. Esta es una familia muy interesante, porque es un indicador de los bosques del hemisferio sur, de las afiliaciones austrolasianas. Le llaman biogeógrafos a las especies que proliferaron en bosques del Gondwana. Tiene una historia gondwánica», explica Ricardo Segovia, doctor en Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Chile, e investigador de las Colecciones Biológicas del Instituto de Ecología y Biodiversidad.

Ulmo (Eucryphia cordifolia). Créditos: Amelia Ortúzar F.
Ulmo (Eucryphia cordifolia). Créditos: Amelia Ortúzar F.

«La familia Cunoniaceae está en Chile, en Nueva Zelanda, en Australia, y tiene algunas introgresiones hacia los trópicos, pero no es el caso de Eucryphia cordifolia o de las Cunoniaceaes que tenemos en Chile, excepto por el género del tineo, que se expande por los Andes hasta Colombia, incluso Jamaica», agrega.

Se trata de un árbol corpulento y siempreverde que puede alcanzar hasta 40 metros de altura, con un tronco de casi 2 metros de diámetro. Su corteza es lisa, de color pardo y presenta fisuras longitudinales, lo que le otorga un aspecto distintivo. Sus hojas, de forma oblonga y con bordes aserrados en la parte inferior, brindan al árbol una apariencia de elegancia natural.

Pese a lo anterior, una de las características más destacadas del ulmo es su floración. Cada año, entre los meses de enero y febrero, el árbol se cubre de grandes flores blancas, que, debido a su tamaño y perfume, dan la impresión de estar cubiertas con nieve. Esta espectacular floración no solo tiene un valor estético, sino que también cumple una función crucial: el ulmo es un árbol melífero por excelencia.

Flores del Ulmo (Eucryphia cordifolia). Créditos: Martín del Río L.
Flores del Ulmo (Eucryphia cordifolia). Créditos: Martín del Río L.

Las abejas se sienten atraídas por el abundante néctar que producen sus flores, dando lugar a una miel de excelente calidad. Esta miel, conocida por su aroma delicado y su color dorado, es muy apreciada tanto a nivel local como internacional. Del mismo modo, se destaca por sus propiedades terapéuticas, siendo considerada una miel medicinal.

«Hemos seguido por dos décadas individuos de ulmo, y aproximadamente cada seis u ocho años uno de estos individuos deja de florecer. No sabemos bien, pero sí pareciera que cuando hay un año de mucha producción de flores, de extraordinaria producción de flores, el otro año baja la floración. Si llueve demasiado, no florece, y si llueve poco, tampoco florece. Entonces, es una cantidad óptima de precipitación lo que permite que florezca», profundiza Cecilia Smith, doctora en Ecología de la Universidad de Los Lagos, investigadora de la universidad y del Instituto de Ecología & Biodiversidad (IEB Chile).

«El ulmo no produce miel, sino que produce néctar, el cual es recogido por muchos insectos, entre ellos la abeja melífera, que es una especie exótica europea, y una vez que recogió el néctar con eso produce la miel. Es la abeja la que produce la miel, no el ulmo. También recoge polen y hace propóleo», añade.

Flor de Ulmo (Eucryphia cordifolia). Créditos: Cristian Ordenes.
Flor de Ulmo (Eucryphia cordifolia). Créditos: Cristian Ordenes.

Distribución, usos y valor cultural

El ulmo se encuentra en una franja geográfica que abarca desde la provincia de Arauco en la Región del Biobío hasta la isla de Chiloé, en la Región de los Lagos. Este árbol habita principalmente en las zonas costeras de la cordillera de la Costa y en algunos valles de la cordillera de los Andes. Su distribución se extiende hasta los 700 metros sobre el nivel del mar, en áreas boscosas y húmedas, donde el clima templado y lluvioso favorece su crecimiento.

«El ulmo es una especie endémica de Chile, aunque hay unos pocos individuos en un lugar muy particular en Argentina. Pertenece a un género que también está en Nueva Zelanda. Requiere mucha humedad, es una de las especies más típicas del bosque valdiviano, requiere de alta pluviometría y humedad», señala Smith.

Fruto del Ulmo (Eucryphia cordifolia). Créditos: Inao Vásquez .
Fruto del Ulmo (Eucryphia cordifolia). Créditos: Inao Vásquez.

«El ulmo tiene una característica que es muy importante, que es relativamente criófilo. Es de las especies del bosque templado que menos toleran el frío, entonces, su distribución no es tan sureña. Llega hasta aproximadamente los inicios de la carretera Austral, por ahí por Chaitén está su límite de distribución sur. Como especie criófila es un buen indicador de qué pasó con los bosques durante las glaciaciones, porque cuando bajaba la temperatura, Eucryphia cordifolia restringía su rango de distribución hacia el norte, hacia donde las temperaturas eran un poco más favorables para su crecimiento. Entonces, los registros de polen que permiten investigar las estaciones del cuaternario, que fueron estos períodos en que la temperatura bajó mucho, permiten traquear hasta donde llegaba el ulmo», agrega Segovia por su parte.

Asimismo, en Chile el ulmo puede encontrarse en diversos parques nacionales y áreas protegidas, como el Parque Nacional Puyehue, el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales y la isla Chiloé, entre otros. En estos lugares, el árbol sigue jugando un rol crucial en la preservación de la biodiversidad local, al ofrecer refugio y alimento a varias especies de fauna.

«Creo que la principal importancia ecológica del ulmo es ser la fuente de alimento para cientos de especies nativas a lo largo de la distribución de esta especie. Además, es una especie clave para mantener los bosques templados», cuenta Smith.

«En un solo lugar en Chiloé encontramos más de 50 distintas especies de insectos que se alimentan del néctar que produce la flor del ulmo. Solo una de esas especies es la abeja melífera. En los años en que hay abundancia de abeja melífera disminuye la abundancia de las especies nativas, porque obviamente la abeja melífera le está sacando el néctar y quedan menos recursos para los nectarios, es decir, para los insectos nativos que se alimentan del néctar del ulmo», agrega.

Además de su importancia ecológica, el ulmo tiene varios usos prácticos que lo hacen aún más valioso. La madera del ulmo es dura y pesada, lo que la convierte en un recurso ideal para la construcción, especialmente en la fabricación de durmientes de ferrocarril y otros productos de alta resistencia. A pesar de su explotación en el pasado, actualmente no se encuentra en peligro de extinción, sino que está catalogado como Casi Amenazado, principalmente gracias al hecho de que su hábitat sigue siendo adecuado para su crecimiento.

Por otro lado, la corteza del ulmo es rica en taninos, lo que la hace muy útil en la industria de los curtiembres, donde se utiliza para teñir cueros y en procesos de curtido. Su capacidad para colorear la lana de color castaño rojizo también ha sido aprovechada en diversas culturas locales.

Flor de Ulmo (Eucryphia cordifolia). Créditos: Senorcampesino.
Flor de Ulmo (Eucryphia cordifolia). Créditos: Senorcampesino.

«Para las comunidades el néctar que produce es apreciado, dado que las abejas melíferas producen miel con ese néctar, pero también es valorado por su madera. De hecho, la madera quizás sea lo más apreciado, es bien sabido que es la mejor madera de todas, y eso ha llevado a la exterminación de grandes extensiones de ulmo, a lo largo de toda su distribución. No se hace nada para protegerlo en particular, no es una especie protegida», afirma Smith.

El ulmo también se valora como un árbol ornamental, apreciado por su follaje denso y su espectacular floración. En parques y jardines de la zona sur de Chile, el ulmo embellece el paisaje, atrayendo a quienes buscan admirar su belleza natural. Su presencia en los bosques, con sus flores blancas brillando en contraste con el verde profundo de los árboles circundantes, convierte al ulmo en un espectáculo visual único que se espera con ansias cada año y que, además, se dice marca el término del «verano«.

«Se dice que marca el término del verano porque es una especie, un árbol, muy llamativo, que, al norte de su distribución puede florecer en febrero, y distintos individuos duran un mes con la flor. Entonces, para los que florecen en febrero, a finales, cuando ya no quedan flores, están terminando las vacaciones. Pero hay otras especies que siguen floreciendo, por ejemplo, el arrayán, que tiene polen disponible para los polinizadores, pero no tiene néctar», ahonda Smith.

Conservación y protección

A pesar de que el ulmo ha sido históricamente explotado debido a la calidad de su madera y su corteza, en la actualidad se encuentra relativamente resguardado en varias áreas silvestres, como el Monumento Natural Contulmo y la Reserva Costera Valdiviana. Gracias a estas áreas protegidas y a los esfuerzos que han servido para preservar su hábitat natural, el ulmo sigue siendo una especie que goza de buena salud en la naturaleza.

«El ulmo tiene una regeneración bastante tardía, no es de las especies que prosperan muy rápido, por lo tanto, requiere que el bosque esté sano, por un lado, y, por otro lado, que existan las condiciones de temperatura necesarias. Eso se verifica porque el ulmo no llega a latitudes tan altas, tan al sur, porque requiere de ciertos límites de temperatura para crecer», profundiza Segovia.

«El ulmo, actualmente, tiene todas las amenazas que tiene el bosque templado. La disminución del área forestal en todo Chile es muy dramática para el bosque templado y, por lo tanto, para el ulmo. Son estas zonas que han estado por mucho tiempo sujetas a la agricultura y a la ganadería. Cambio de uso de suelo se llama eso. Lo que era bosque templado ahora es área agrícola o ganadera. También se distribuye en las zonas costeras de la región del Biobío hacia el sur, hasta la región de Chiloé, y tiene la amenaza de que esa es una zona donde está instalada la industria forestal con mucha fuerza», añade.

Flores del Ulmo (Eucryphia cordifolia). Créditos: Martín del Río L.
Flores del Ulmo (Eucryphia cordifolia). Créditos: Martín del Río L.
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