En 2016 CONAF identificó una rara enfermedad que afecta actualmente a más de un 90% de las araucarias de la Región de la Araucanía. En ese entonces, se detectó un daño foliar que provocaba en algunos ejemplares la pérdida del color verde de sus ramas superiores y medias. ¿El problema? No se tenía claro qué podía generar esto, por lo que CONAF convocó a diferentes equipos de distintas instituciones nacionales para encontrar las causas.

En ese entonces sólo el 1% de las araucarias murió a causa de esta enfermedad. Hoy ese porcentaje asciende al 10%, según uno de los estudios desarrollado por un grupo de investigadores de Bioforest. Asimismo, estos científicos llegaron a una conclusión, anunciando que la extraña enfermedad de las araucarias se debe un hongo (Caliciopsios sp.), el cual causa lesiones que dañan el follaje del árbol.

“Identificamos varios agentes y nos concentramos en aquellos que tienen mayor frecuencia de aparición y mayor consistencia en términos de su presencia en toda la distribución del daño. Esto nos permitió focalizar y concentrar los esfuerzos en sólo algunos agentes, y luego en un par. En tanto, la confirmación del hallazgo se obtuvo a principios de 2018 e inicios de 2019, cuando pudimos demostrar –a través del postulado de Koch- que el agente aislado generaba el mismo daño que se observa en forma natural”, dijo Rodrigo Ahumada, jefe de División Fitosanitaria de Bioforest.

Los que apuntan al cambio climático

De acuerdo a la directora ejecutiva de la Fundación Fungi -organización dedicada exclusivamente al estudio, conservación y difusión del Reino Fungi en Chile-, Daniela Torres, la verdadera amenaza que aqueja a las araucarias tiene relación con el cambio climático, específicamente la sequía, y la acción humana.

“Es importante mencionar que el hongo que ha sido develado por investigadores como causal de la mortalidad de árboles es parte de la funga nativa del mismo árbol. Lo que ocurre es que las condiciones que enfrentan las araucarias han hecho que este hongo prolifere mucho más de lo que debería”, aclara Torres.

©lautaroj
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Esto fue confirmado por las investigaciones de la Universidad de la Frontera, encabezadas por el Director del Departamento de Ciencias Agronómicas y Recursos Naturales, el Dr. Ruben Carrillo. El experto señaló que las araucarias no se están muriendo por insectos o plagas, sino que exclusivamente por el cambio climático.

Giuliana Furci, micóloga y fundadora de Fundación Fungi, añade que la mortalidad de las araucarias se observa principalmente en la zona norte de su distribución, en las áreas más afectas por la sequía.

“Se suele omitir los otros factores problemáticos que aquejan esta especie, como la pérdida de su hábitat por la acción atrópica y el cambio climático, que somete a las araucarias a un fuerte estrés”, agrega.

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