Cada día la bicicleta va adquiriendo más fuerza en el país. Recientemente se aprobó la Ley de Convivencia Vial, y se estima que Santiago es la segunda ciudad en Latinoamérica con más viajes diarios en bicicleta sumando un promedio de 510.569. Además, se proyecta que a finales de 2018 estén disponibles cerca de 11 mil bicicletas públicas. Sin duda, una gran noticia para el medio ambiente.

Sin embargo el mayor número de ciclistas en las calles también ha evidenciado otro foco de atención. La ruedas de las bicicletas están hechas de caucho butilo, un material que se demora cerca de 100 años en ser degradado. ¿El problema? Un ciclista puede pinchar, en promedio, dos veces al año sus ruedas y las cámaras van directo a la basura. De hecho, en temporada alta los talleres pueden desechar cerca de 1 tonelada de este material diariamente, lo que equivale a que en toda la temporada se pueda llenar un bus de Transantiago con estos desechos.

Teniendo en cuenta esta problemática es que nació el emprendimiento Cauxo, que busca reutilizar el caucho de la bicicleta y crear nuevos productos como billeteras, monederos y estuches. Su innovadora propuesta, los llevó a ganar recientemente el concurso Green Republic de vinos Épica, que premia con 2 millones de pesos y una asesoría,  al mejor emprendimiento sustentable y amigable con el medio ambiente.

Conversamos con los creadores de Cauxo, cuatro jóvenes emprendedores que aprovecharon una oportunidad y terminaron creando un negocio que ya lleva 9 meses de funcionamiento.

¿Cuál es la historia detrás de su emprendimiento? ¿Cuándo comenzaron y por qué?

Compartíamos espacio en una casona del centro de Santiago con uno de los talleres de mecánica de bicicleta más concurridos de la ciudad y se generaba un problema de acopio de cámaras  importante que nos restaba espacio. Para nosotros, pronto esto se convirtió en una gran oportunidad que estaba ahí mismo frente a nuestros ojos; teniendo la experiencia previa relacionada a la bicicleta en nuestros distintos emprendimientos se comenzó a experimentar con dicho material y los resultados comenzaron a verse muy bien casi inmediatamente. La recepción de las personas nos impresionó y motivó a continuar por este camino e ir mejorando.

El equipo de Cauxo está conformado por cuatro jóvenes emprendedores: María Jose Abarzua (37) madre, diseñadora y costurera de oficio, que fundó Crespas, una empresa que crea alforjas para bicicletas; Gabriel Corro (40) padre, diseñador y costurero de oficio, creador de Corro; Nicole Beltramin (29) madre, comunicadora audiovisual, diseñadora y costurera de oficio y fundadora de Alforjas y Mochilas  y Sebastian Contreras (31) padre y comunicador audiovisual quien también participa en el emprendimiento junto a Nicole. Todos ellos se trasladan en bicicleta a diario y aseguran que con sus productos desarrollados por ciclistas para ciclistas, quieren llegar a todo el mundo y aportar en el cambio de mentalidad de la sociedad.

©Cauxo
©Cauxo

¿Por qué decidieron trabajar con caucho?

Partió como una necesidad de optimizar los espacios de la casona y terminó siendo nuestro proyecto regalón; nos pone una responsabilidad ética frente a lo «desechable» que no se la podemos endosar a nadie más que a nosotros mismos, es urgente hacernos cargo de esto por las futuras generaciones, cambiar la mentalidad de las personas con respecto a los residuos de un material que, a estas alturas, nos parece muy noble y que a su vez nos desafía  a seguir desarrollando sus características.

¿Por qué se consideran sustentables?

Mas allá de los productos que realizamos creemos que es el cambio de mentalidad cultural que instalan estos mismos productos en nuestra sociedad. Somos testigos de la buena impresión que generan los artículos de «cauxo» y colaboramos con la nueva mirada que debe existir con respecto a nuestro ecosistema que está siendo constantemente dañado principalmente por nosotros mismos. La cámara de bicicleta en sí es una herramienta de sustento para movernos diariamente, luego el giro de movernos por las calles a nuestras máquinas de coser y finalmente  a las vidas de nuestros clientes es un sistema que vemos como economía circular que es la base de la sustentabilidad, porque es la misma cámara que te movió la que llega de nuevo a ti con una forma distinta.

©Cauxo
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¿Cuál es la cantidad de caucho que han reciclado desde que empezaron?

Es difícil cuantificar las cámaras recicladas porque constantemente llegan más cámaras desde el taller y las personas nos ofrecen traernos… y seguimos teniendo muchas aún en la casona por reutilizar.

¿Cuáles son las principales limitaciones o dificultades que enfrentan actualmente?

 Actualmente nuestras dificultades son principalmente técnicas: contar con las herramientas para tratar el caucho, que es un material difícil de coser, así como también el espacio para acopiar y trabajar adecuadamente. Eso por un lado y por otro nuestra administración es también una dificultad porque muchas veces no tenemos el tiempo necesario para verlo con calma.

¿Qué maquinarias necesitan? 

Contamos con máquinas de coser rectas industriales, pero necesitamos algunas más técnicas aún que nos permitan optimizar el trabajo; doble o triple arrastre, enhuinchadoras y atracadoras.

Dijeron que en un futuro buscan utilizar preceptos del ecodiseño y economía circular. ¿Cómo planean hacerlo?

Es la idea, continuar por el camino del ecodiseño y replantear las formas de producción que existen actualmente no sólo nuestras, sino de todos los productores grandes medianos y pequeños. Apuntar a la economía circular es cambiar el concepto que actualmente tenemos de nuestra basura y hacer visible que comencemos a hablar de residuos abiertamente, valorizarlos e introducirlos a la cadena de producción nuevamente. Creemos que mientras más nos sumemos por esta senda es posible llegar a concretar nuestro propósito y colaborar con la tendencia mundial de Zero Waste.

©Cauxo
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En el video con el que se presentaron para el concurso de Green Republic organizado por Épica Wines, hablan que en temporada alta se puede llenar un bus de Transantiago con caucho…

La temporada alta, es básicamente cuando pasa el invierno y las personas comienzan a ocupar con más regularidad la bicicleta o derechamente deciden iniciarse en ella como medio de traslado diario, podríamos decir que desde septiembre hasta marzo o abril. Nosotros queremos invitar a toda la comunidad a dejar sus autos en casa y subirse a la bicicleta. Esto es cada vez más posible, la mentalidad de cambio gira hacia tener los medios para hacer esto realidad, no es fácil, es necesario perseverar y hacerse cargo de una serie de detalles importantes para la calidad de vida que queremos, pero con el tiempo veremos un cambio que nos permitirá una vida más tranquila, estable y consciente.

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