Clima y aire limpio: una oportunidad para avanzar en ambos frentes con la reducción del carbono negro
Uno de los eventos más importantes en materia medioambiental se aproxima aceleradamente y Chile será el anfitrión que recibirá a todos los países que formarán parte de la próxima Conferencia de las Partes (COP). En aquellas semanas, el país tendrá la oportunidad de demostrar sus avances en políticas públicas para el cuidado del medio ambiente. En esta ocasión, la abogada de AIDA, Florencia Ortúzar, y Carmen Gloria Contreras de la Oficina de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, nos hablan de los factores que conllevan este encuentro e invita a formar parte de un evento que busca generar instancias para la implementación de estas políticas.
El anuncio de que Chile será el anfitrión de la próxima Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidos sobre el Cambio Climático (CMNUCC) tiene al país en modo acelerado. Tanto el gobierno como la sociedad civil se preparan para un evento único: más de 25 mil personas, representando a los 194 países que forman parte de la Convención, vendrán a negociar y avanzar en acuerdos para enfrentar la crisis climática que vivimos.
Del 2 al 13 de diciembre, en la COP 25, Chile tendrá la oportunidad de demostrar una acción climática ambiciosa, avanzando en políticas públicas que lleven a la reducción de las emisiones que causan el calentamiento global y a la adaptación a los efectos que ya no pueden evitarse. El objetivo es impulsar a los demás países a que aumenten también su ambición.
El dióxido de carbono (CO2) es el principal gas de efecto invernadero (GEI) que está causando el calentamiento global y, por tanto, muchas veces las monopoliza las discusiones. Pero existen otros contaminantes con aportes nada despreciables al problema que, por sus características diferentes al CO2, pueden ser parte importante de la solución. Uno de estos es el carbono negro.
El carbono negro es de especial interés para nosotros los chilenos, particularmente de quienes vivimos en ciudades, pues es un componente central de la contaminación del aire que nos enferma. Esa contaminación es producto de una serie de actividades que requieren la combustión de combustibles fósiles y biomasa, principalmente de la quema de leña para calefacción, el transporte, la generación eléctrica y las plantas de celulosa. Las partículas finas que resultan de dicha combustión contienen carbono negro, un contaminante “no-CO2”.
El carbono negro que a diferencia del CO2 no es un GEI, contribuye al calentamiento global con un potencial hasta 1.500 veces mayor que el CO2. Sus partículas oscuras absorben luz calentando la atmósfera o se depositan sobre el hielo y la nieve, acelerando su derretimiento.
Este contaminante afecta además la salud humana, siendo parte importante del material particulado fino que entra en los pulmones aumentando el riesgo de mortalidad y de enfermedades respiratorias y cardiacas. A nivel global, la Organización Mundial de la Salud indica que millones de muertes prematuras se atribuyen cada año a la contaminación del aire. Solo en Chile, 10 millones de personas viven en zonas declaradas saturadas por material particulado fino. El carbono negro también daña el rendimiento de los cultivos por lo que su control se relaciona directamente con la seguridad alimentaria.
Una característica relevante del carbono negro es que es un contaminante climático de vida corta, lo que significa que permanece muy poco tiempo en la atmósfera: apenas unos días o semanas, a diferencia del CO2, que puede permanecer en el aire por más de 100 años. Esto significa que el CO2, que ya es parte de la atmósfera, seguirá calentándola por muchísimo tiempo más, incluso si todas sus fuentes antropogénicas de emisión se detienen. En cambio, como el carbono negro permanece poco tiempo en la atmósfera, si disminuimos sus emisiones podremos sentir los beneficios en el corto plazo. Además, por su elevado potencial de calentamiento, sus reducciones pueden ser muy beneficiosas para el clima, para descontaminar las ciudades y para mejorar la salud y la seguridad alimentaria.
El último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (grupo científico internacional de expertos y expertas en el tema), señala que para enfrentar el problema debemos incorporar la mitigación de contaminantes no-CO2, con mención particular al carbono negro. En el informe se asegura que su reducción traerá mejoras en la calidad del aire, lo que proporciona beneficios directos e inmediatos para la salud de la población.
Chile lleva camino avanzado pues se entiende que una ruta de políticas públicas que generen sinergias entre clima y aire limpio es deseable. En nuestra primera Contribución Nacional Determinada (NDC), que se presentó en el marco del Acuerdo de París en 2015, se incluyó la mitigación del carbono negro. Ahora, en vísperas de la COP25 y ante la inminente actualización de las NDC el 2020, existe la oportunidad de aumentar el compromiso con una meta cuantificable y mucho más ambiciosa para reducir el carbono negro, que marque la pauta a países con economías y realidades similares a las de Chile, particularmente a los que también sufren por la contaminación del aire.
La mitigación del carbono negro, con políticas sinérgicas que apunten al clima y a un aire limpio, es una gran y esperanzadora oportunidad para países como Chile. Lamentablemente, muchas veces la información se pierde en tecnicismos que la alejan del consciente colectivo de los ciudadanos y autoridades políticas interesados en la salud atmosférica y el clima global. Pero se trata de una oportunidad que no se puede dejar pasar.
Por eso, el próximo martes 28 de mayo, la iniciativa Supporting National Planning and Action on SLCPs (SNAP) de la Coalición del Clima y Aire Limpio (CCAC), el Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC), la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) y la Oficina de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente de Chile (MMA), patrocinados por Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) de la Pontificia Universidad Católica de Chile, ofrecerán un evento de discusión donde se expondrá, a través de diferentes voces, la oportunidad de aumentar el compromiso internacional de Chile a través de una meta cuantificada para mitigar el carbono negro en la actualización de las NDC al 2020.
El objetivo es generar una instancia de diálogo y reflexión sobre la integración de políticas climáticas y de aire limpio, con el fin de sensibilizar y movilizar a los tomadores de decisión a que aumenten el compromiso de Chile ante la COP25, a través de una meta ambiciosa de mitigación de carbono negro. También se busca informar al público interesado sobre vías de mitigación que complementan la necesaria reducción del CO2 y que pueden traer múltiples beneficios sociales y ambientales, cumpliendo así con la justicia climática.
Inscríbete aquí para participar, el próximo 28 de mayo, de un evento en el que se hablará de cambio climático, aire limpio y de la posibilidad de avanzar simultáneamente en ambos frentes.
¿Cuándo?
El evento reunirá a renombrados representantes de la academia, sector público y privado y sociedad civil. Tendrá lugar el martes 28 de mayo, entre las 8:30 y las 13:00 horas, en el Auditorio Fernando Castillo Velasco (4° piso) de la Escuela de Arquitectura – Campus Lo Contador UC. El Comendador 1936, Providencia. Metro Pedro de Valdivia.