Ciudades sensibles al agua: el valor de aprovechar al máximo el agua urbana
La gestión sostenible del agua solo se logrará a través de enfoques distintos a los acostumbrados. Es por eso que, en el Día Mundial de los Humedales, desde Patagua y la Fundación Legado Chile nos comparten sobre un proyecto nacional que busca trabajar con la naturaleza para aprovechar la abundancia de beneficios que el agua puede entregar a las ciudades.
Es sabido que los humedales prestan una serie de servicios ecosistémicos, como proveer hábitat para una gran variedad de animales y plantas, limpiar las aguas, controlar inundaciones, entre otros. Ahora bien, ¿qué pasaría si el agua estuviese en el centro de la planificación y diseño de la ciudad? Esa fue la premisa de Yu Kongjian, uno de los pensadores de diseño urbano más destacados de China y el hombre detrás del concepto de Ciudad Esponja: solución basada en la naturaleza, que utiliza el paisaje para retener el agua en su fuente, ralentizar su flujo y limpiarla durante todo el proceso.
Este modelo revolucionario de diseñar y habitar la ciudad nace en 2014, y ya se ha difundido por todo el mundo. No obstante, en Chile no contábamos con la contextualización local de este nuevo paradigma –pese a que somos un país marcado por los desastres naturales y una profunda crisis hídrica— hasta la creación de ‘Ciudades sensibles al agua: guía de drenaje urbano sostenible para la macrozona sur de Chile’, liderada por la empresa B Patagua, Fundación Legado Chile y la Universidad Católica de Chile, con el apoyo de Serviu Los Lagos y Corfo.
Este nuevo conocimiento es una herramienta concreta y didáctica para cambiar la mirada sobre la gestión de aguas lluvias en zonas urbanas, tomando la ciudad de Llanquihue como caso piloto. “Esta guía nace como una invitación a transitar del gris al verde en la planificación urbana”, dice Camila Teutsch, directora ejecutiva de Patagua, “resignificando los espacios del agua para generar ciudades mejor adaptadas al cambio climático, con más acceso a la naturaleza y más agradables para vivir.”
¿Qué es la infraestructura verde y cómo se vincula al drenaje urbano sostenible?
Los sistemas convencionales de drenaje basados en la infraestructura gris (ductos, canales, etc.) se han diseñado tradicionalmente con el único objetivo de evacuar las aguas lluvias lo más rápido posible, contribuyendo a perpetuar un modelo de desarrollo urbano basado en la impermeabilización del suelo y la pérdida de valiosos espacios de naturaleza. La alteración del ciclo hidrológico producto de la reducción de la capacidad de infiltración y evapotranspiración en entornos urbanos, se traduce en un aumento de la escorrentía que acrecienta el riesgo de inundación, erosión y contaminación.
En cambio, nos referimos a “elementos de infraestructura verde” como aquellos componentes del paisaje urbano capaces de cumplir funciones hidrológicas y prestar servicios ecosistémicos relevantes en la red de drenaje, especialmente de centros urbanos. Estos elementos pueden ser naturales, como humedales, quebradas, ríos y esteros, o bien ser parte de la matriz construida, como parques urbanos, plazas, rotondas, calles, jardines privados, entre otros.
En este contexto, los sistemas de drenaje urbano sostenible -basados predominantemente en infraestructura verde- aparecen como una solución natural y eficiente para gestionar las aguas lluvias y contribuir, simultáneamente, al cuidado y recuperación de espacios de naturaleza urbana. Jorge Gironás, investigador principal de CEDEUS, profundiza: “El Drenaje Urbano Sostenible no es alternativo, es esencial. Este paradigma plantea una oportunidad de avanzar hacia un enfoque más sostenible y multifuncional, que pueda resolver problemas y, a la vez, aprovechar la abundancia de beneficios que el agua puede entregar a las zonas urbanas”.
¿Sabías que una plaza también puede ser una esponja?
La guía de drenaje urbano sostenible para la macrozona sur de Chile entrega propuestas de soluciones basadas en la naturaleza para dos puntos críticos de inundación en la ciudad de Llanquihue.
Caso aplicado en Llanquihue
“En el invierno nosotros no podemos trabajar, por el agua, andamos a medias, la gente a pie no puede pasar”, alerta Luis Alberto Arce, habitante de Llanquihue que ha visto cómo el crecimiento de la ciudad ha ido alterando el ciclo natural del agua y generando problemas cuando llueve. En este escenario, para el paradigma de drenaje urbano sostenible es crucial partir de la pregunta: ¿Cómo evitamos que el agua llegue aquí? En otras palabras, es necesario observar y entender la ruta del agua para proponer soluciones descentralizadas que permitan replicar lo más cercanamente posible el sistema natural de drenaje.
En este caso, la solución se basa en el rediseño de una plaza, aprovechando las pendientes naturales del entorno para acumular en ella de forma temporal las aguas lluvias, evitando la inundación de un área residencial aledaña de alta densidad. La propuesta considera diversos componentes, como un estanque de detención que luego descarga las aguas hacia el humedal Teodosio Sarao, jardines de lluvia, pavimentos permeables y canales vegetados.
«Las áreas verdes tienen un gran potencial para la gestión de aguas lluvias, ya sea almacenándolas, conduciéndolas o infiltrándolas”, explica Andrés Riveros, encargado de planificación y diseño del paisaje de Fundación Legado Chile. “Esto último es clave para contribuir a la recarga de napas subterráneas». Dicho de otra manera, el concepto de Ciudad Esponja no es sólo una solución natural para mantener a raya las inundaciones, sino también para aprovechar cada gota de agua y hacer frente a la sequía histórica que estamos viviendo a nivel nacional.
Sobre la guía
Esta guía busca acercar el concepto de drenaje urbano sostenible y ofrecer herramientas para orientar su implementación, para lo cual se estructura en tres volúmenes correlativos que abordan los siguientes temas: marco conceptual, propuesta metodológica y caso aplicado. Todo este conocimiento está orientado a organismos públicos, municipalidades, desarrolladores privados, consultores y modeladores, así como también a personas y organizaciones con interés en la planificación urbana.
Además, durante el primer semestre de 2021 las organizaciones que lideran este proyecto dictaron un curso para transferir estas herramientas a más de 60 profesionales del sector público, privado, academia y la sociedad civil. Por otro lado, la Dirección de Obras Hidráulicas de la región de Los Lagos comenzó a incorporar esta guía en sus licitaciones y proyectos, instaurando un nuevo paradigma para gestionar aguas urbanas, apoyándose en soluciones basadas en la naturaleza.
Necesitamos con urgencia entender que la naturaleza es nuestra mejor aliada, una de las formas más eficaces para combatir el cambio climático, adaptarnos a sus efectos y, en definitiva, avanzar hacia la consolidación de ciudades más verdes, justas y resilientes.