Chile Lagos Limpios: el desafío de estudiar y proteger lagos del sur de Chile
Chile Lagos Limpios es una fundación que busca preservar los lagos norpatagónicos, previniendo su contaminación, garantizando la salud y disponibilidad de estos cuerpos de agua. Se enfocan en 23 lagos, realizando trabajos de monitoreo, educación ambiental y comunicación. Todo este trabajo lo hacen bajo una colaboración pública-privada, basándose en la experiencia de descontaminación del lago Tahoe, en California, Estados Unidos. ¿Por qué es importante proteger los lagos? ¿Cuáles son sus amenazas? ¿En qué se parece el lago Tahoe con los lagos nor-patagónicos? ¡Entérate de todo sobre esta iniciativa aquí!
Siempre imponentes, algunos prístinos y de colores azules intensos, los lagos del sur de Chile son una parte característica del paisaje de esta zona. El Llanquihue, Villarrica, Colico, Ranco, Calafquén y Panguipulli son sólo algunos de los que se pueden mencionar, y que probablemente para muchos son los destinos imperdibles al visitar algunas ciudades o parques nacionales.
Sin embargo, el agua no está limpia en todos estos lagos. Por ejemplo, en 2017 la cuenca del lago Villarrica fue declarada como “zona saturada” -lo que fue publicado en el Diario Oficial en 2019-, por los altos niveles de contaminantes encontrados en el lago, detectados por las mediciones de la Dirección General de Aguas (DGA). Fue la primera zona lacustre en recibir esta denominación, y actualmente, junto con el Llanquihue, son los únicos que cuentan con una Norma Secundaria de Calidad Ambiental.
Este caso pudo ser identificado, pero hay lagos que no forman parte de la Red de Control de Calidad de Agua y Lagunas de la DGA, el que considera 20 cuerpos de agua de las macrozonas Centro y Sur, monitoreados por su condición de trofía (es decir, la clasificación de los recursos hídricos realizada mediante la concentración de nutrientes). Esto, según se explica en el “Atlas del Agua”, desarrollado por el Ministerio de Obras Públicas y la DGA, se establece a partir de la medición de los niveles de fósforo, nitrógeno y clorofila.
Para enfrentar este problema, que vincula contaminación, conflictos vinculados al desarrollo humano y a los efectos del cambio climático en los lagos, en enero se creó la Fundación Chile Lagos Limpios. En Ladera Sur conversamos con Fernando Coz, su director ejecutivo, y con Ángela Delorenzo, su directora de estrategia.
“La Fundación se creó para cambiar la forma en la que las personas nos relacionamos con la naturaleza, específicamente con los lagos y los ecosistemas sostenidos por estos. Con el objetivo principal de garantizar la salud y disponibilidad de esta fuente de vida, recurso socioeconómico y plataforma cultural única, de los llamados lagos patagónicos, que representan el 90% del espejo de agua nacional”, explican Delorenzo.
El origen: el caso del lago Tahoe
En California, Estados Unidos, está el segundo lago más profundo de ese país (501 metros), y también uno de los más famosos por sus aguas cristalinas. Se trata del lago Tahoe, el cual, sin la protección que ha tenido por organizaciones sociales y gubernamentales, no se mantendría como lo está ahora.
Fueron décadas de rápido crecimiento en su territorio, que contemplaban grandes autopistas que cruzaban el lago, y una degradación ambiental que provocó aguas cada vez menos transparentes. Así, en 1969, luego de la insistencia de actores públicos, privados y pueblos originarios, entre otros, se creó la Agencia de Planificación Regional de Tahoe, que tiene como función supervisar el desarrollo de la cuenca.
Estos 60 años de historia han sido un aprendizaje para alcanzar un equilibrio entre el desarrollo económico y conservación del lago, sus comunidades y ecosistemas; un modelo de desarrollo sustentable para tomar como ejemplo.
En 2018 la historia de este caso llegó a Chile en un seminario. En esa ocasión tres expertos, representantes del Centro de Investigación Ambiental de la Universidad de California Davis; la ONG Keep Tahoe Blue y la Agencia de Planificación Regional de Tahoe, expusieron sobre todo el proceso de recuperación y mantención del lago Tahoe.
“Se despertó el interés de una serie de actores locales y nacionales. La idea de realizar el seminario era dar un primer paso para luego crear una fundación y desarrollar un programa de trabajo de largo plazo, en colaboración con estas organizaciones de California. Así, en enero de 2019 se crea la Fundación Chile Lagos Limpios, que comienza a operar gracias a donaciones de Fundación Chile + Hoy y Fundación Mustakis. Se firma un acuerdo de colaboración con Fundación UC Davis Chile, se contrata un director ejecutivo, se sostiene la primera reunión de directorio y el buque zarpa a navegar”, explica Coz.
California y Chile: casos no tan distantes
Pero, ¿por qué este ejemplo se puede relacionar con los lagos chilenos? Ambos representantes de Chile Lagos Limpios apuntan a que si bien existen características económicas y culturales que difieren, las características geográficas y sociales son muy similares a las de algunos lagos de Chile. Por ejemplo, el Llanquihue.
“La situación que experimentó el lago Tahoe es un reflejo de lo que enfrentan los lagos patagónicos en Chile. Desarrollo inmobiliario y agrícola creciente, falta de una cultura de preservación del lago, y fallas de coordinación entre agencias públicas, empresas y sociedad civil, lo que ha llevado a la contaminación de los lagos y a la pérdida de claridad y transparencia, activo fundamental y fuente de orgullo local”, dice Delorenzo.
De esta forma, es un ejemplo que se puede imitar adaptado a la realidad chilena. La fundación decidió enfocarse en 23 lagos del norte de la Patagonia, específicamente en las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos.
“Estas son tres de las regiones con mayores índices de pobreza multidimensional del país, por lo que promover el desarrollo, la inversión, y la generación de empleos de calidad y oportunidades para quienes habitan alrededor de los lagos, es fundamental y urgente”, explica Coz.
De esta forma, la fundación enfocará sus tareas en los lagos Villarrica, Colico, Caburga, Huilipilún, Tinquilco, Calafquén, Panguipulli, Riñihue, Neltume, Pirihueico, Pellaifa, Pullinque, Ranco, Maihue, Huishue, Gemelas, Gris, Puyehue, Rupanco, Constancia, Llanquihue, Todos los Santos y Chapo.
“Los lagos nor-patagónicos están en condiciones casi prístinas. Pero esto está cambiando rápidamente producto de la combinación de factores que incluyen un acelerado y cambiante uso de suelos (agricultura intensiva, turismo, desarrollo inmobiliario, etc.), flujo de exceso de nutrientes y contaminantes, los graduales impactos del cambio climático y el deficiente manejo de aguas lluvias que acarrean contaminantes hacia los lagos”, explica Coz.
Además, de todos estos lagos, solo el Villarrica y el Llanquihue cuentan con una norma secundaria de calidad ambiental de sus aguas. Esto quiere decir, de acuerdo a información del Ministerio del Medio Ambiente, que se establecen “los valores de las concentraciones y períodos, máximos y mínimos permisibles de sustancias, elementos, energía o combinación de ellos, cuya presencia o carencia en el ambiente puede constituir un riesgo para la protección o la conservación del medio ambiente, o la preservación de la naturaleza”.
Educar, investigar y comunicar
Lo que se busca es abordar la mantención correcta de los lagos usando la ciencia -a través de los monitoreos-, la educación ambiental y las comunicaciones. También se incluye el trabajo con las organizaciones locales de las cuencas.
“Creemos que los cambios estructurales, como son los que se necesitan para enfrentar el problema de la contaminación en los lagos, deben comenzar desde las bases y trabajarse con un enfoque bottom up, construyéndose desde las mismas comunidades y organizaciones locales”, comenta Delorenzo.
Sobre los monitoreos, los representantes de Chile Lagos Limpios explican que se está trabajando para la implementación de instrumentos de monitoreo que proporcionen un registro continuo de la temperatura y el oxígeno disuelto. De esta forma, Coz dice, “podemos modelar los procesos físicos no solo en un punto, sino en todo el lago. Este modelo nos permitirá examinar cómo diversos escenarios de desarrollo y cambio climático impactarán en estos icónicos lagos chilenos y proporcionarán una visión crítica para apoyar la gestión sostenible de los lagos a largo plazo”.
Se empezó con el monitoreo del lago Panguipulli y del lago Ranco. En este último, en el marco de un acuerdo de colaboración con Corporación Futrono y Corporación Amigos del Lago Ranco. A partir de eso, comenta que “hay efectos que ya estamos viendo y que están asociados al cambio climático y al aumento de la temperatura del agua. A ello se unen los efectos derivados del desarrollo humano como las estructuras construidas en el borde costero; el florecimiento de algas; basura; escurrimiento superficial de aguas contaminadas; aguas servidas; nutrientes y aplicación de fertilizantes que escurren hacia el lago. Eso además de especies invasoras no nativas. Por lo tanto, concluimos que no existe una bala de plata para solucionar los desafíos, sino que es un trabajo multidimensional que se debe abordar colaborativamente con todos los actores de la cuenca”.
¿Por qué es importante proteger a los lagos?
“Los lagos son filtros naturales desde los cuales fluye el agua a través de los ríos. Esto de la vida a los valles y se transportan los nutrientes a los ecosistemas costeros. Son un componente clave del sistema de agua en Chile, y están seriamente amenazados debido al rápido desarrollo humano no planificado y al cambio climático”, explican Delorenzo.
Y es que, el lago no funciona solo, sino que es parte de una cuenca hidrográfica. Actualmente en Chile existen 101 cuencas hidrográficas, y estos 23 lagos del norte de la Patagonia se encuentran en cuatro de ellas.
Los profesionales de Chile Lagos Limpios concuerdan en que la mirada de cuenca es importante para el desafío. “Son los usos de cuenca los que gatillan aguas que impactan en la calidad y claridad del lago. En este sentido, trabajar con los diferentes actores, entender sus visiones e historia, y contar con información levantada con rigor científico resulta fundamental para poder diseñar una estrategia que se anticipe a los conflictos y contaminación del lago e informe la toma de decisiones del sector privado y la ciudadanía, y sea útil para que el Estado diseñe políticas públicas efectivas que protejan el lago y fomenten el desarrollo sustentable de la cuenca”.
Esto también se relaciona con la importancia ecosistémica y social de los lagos. “Esta zona es un territorio con un enorme potencial de desarrollo económico (turístico y productivo), y al mismo tiempo, tiene necesidades inminentes de generación de empleos de calidad. Si el lago se contamina, estas oportunidades y potencial se verán mermados y el costo de revertir el desastre es enorme. Adicionalmente, la pérdida de estos cuerpos de agua, impacta directamente la resiliencia de los ecosistemas vinculados a éstos”, comenta Delorenzo. “Todos los lagos, incluso los más grandes, desaparecen lentamente a medida que sus cuencas se llenan de sedimentos y material vegetal. El envejecimiento natural de un lago ocurre muy lentamente, durante miles de años. Sin embargo, con influencia humana, el proceso puede llevar solo décadas”.
Intermediar con la actividad empresarial
Una de las grandes preguntas sobre cómo descontaminar los lagos, o evitar un impacto ambiental significativo se relaciona con las empresas productivas de sus cercanías. En ese sentido, Coz explica que “está en el centro de la misión de Chile Lagos Limpios contribuir a alcanzar un equilibrio entre el desarrollo socioeconómico y la conservación del recurso lacustre”.
“Creemos que las empresas deben ser parte de la solución, y destinar recursos y tiempo para abordar colaborativamente este desafío nacional. El sector privado debe no solo preocuparse de desarrollar sus actividades productivas, y enfocarse en los requerimientos y expectativas de sus clientes y accionistas, sino que también colocar en el centro de su misión la protección del medioambiente y el bienestar de la comunidad ampliada que habita en su zona de influencia”, agrega.
Unos avances y lo que se espera en el tiempo
Además de las instalaciones de las estaciones de monitoreo en los lagos Panguipulli y Ranco, se ha potenciado la educación ambiental sobre las buenas prácticas en los veraneantes de los lagos. La campaña del verano 2020 “Entre los Lagos nos cuidamos” se implementó gracias a aportes de Corporación Acción Esperanza, PLADES Frutillar, Corporación Amigos de Panguipulli y Corporación Futrono. También se han realizado seminarios y talleres.
Manteniendo siempre el objetivo de prevenir la contaminación de los lagos y su pérdida paisajística y natural, Coz y Delorenzo aseguran que es un trabajo que “va a requerir esfuerzos a largo plazo, aunque los efectos se van a visibilizar al poco andar”.
Con el modelo que se desarrolla junto a la Universidad de California, Davis se permitirá proyectar escenarios de desarrollo de los lagos a mediano y largo plazo. Esto se desarrollará con el fin de entender los impactos de los usos del suelo en una cuenca, así como analizar las consecuencias del cambio climático en estos ecosistemas.
“El objetivo es poder tomar acciones preventivas, traducidas en regulación desde el ámbito público, y también definición de estándares y medidas de mitigación para proyectos de desarrollo que se planifiquen en la cuenca. La campaña de buenas prácticas busca generar cambios en el corto plazo, como es influir los hábitos de las personas que habitan y veranean en los lagos”, explica Delorenzo.
Por otro lado, cuando las condiciones lo permitan, los profesionales explican que, con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos en Chile, realizarán una misión técnica al lago Tahoe con autoridades del Ministerio del Medioambiente y organizaciones civiles de lagos, con el objetivo de conocer en profundidad la experiencia de este lago de California. “Esto busca sensibilizar a autoridades nacionales e iniciar un diálogo bilateral entre los gobiernos de Chile y California para transferir la experiencia y adaptar modelos de institucionalidad a la realidad chilena”.