-
Un acercamiento a la fauna endémica de la cuenca del río Loa, un lugar único en el norte de Chile
18 de junio, 2025 -
La Conferencia Internacional sobre el Océano concluye con un tratado sobre Alta Mar a punto de entrar en vigor
17 de junio, 2025 -
Árboles al límite: el umbral del bosque en la Patagonia
17 de junio, 2025

¡Buenas noticias para la conservación del abejorro chileno! Crean sistema que identifica su zumbido y lo diferencia de especies introducidas
Un estudio reciente propone un método no invasivo de monitoreo acústico pasivo para registrar la actividad del abejorro chileno (Bombus dahlbomii) en Puerto Blest, Argentina. Durante seis días, se recolectaron sonidos y datos ambientales en 12 puntos, identificando zumbidos de abejorros nativos e invasores. Este sistema utilizó inteligencia artificial para clasificar más de 110 mil fragmentos acústicos, facilitando el seguimiento continuo sin perturbar a las especies. Los resultados evidencian cómo el clima afecta la actividad de los abejorros y cómo la presencia de especies invasoras altera la dinámica planta-polinizador, abriendo camino a nuevas herramientas para la conservación de esta especie en peligro. En esta nota te contamos todos los detalles.
El abejorro chileno (Bombus dahlbomii) es una especie nativa de Chile y Argentina en peligro de extinción, ya que enfrenta un drástico declive por invasión de especies exóticas, pérdida de hábitat y otros factores ambientales. Por lo mismo, su conservación se hace cada vez más urgente.
En este sentido, recientemente se publicó un estudio en Nature Scientific Data que propone el uso de monitoreo acústico pasivo (PAM) como alternativa no invasiva para registrar su actividad en Puerto Blest, Argentina. Esto a partir del desarrollo de un sensor y sistema de registro bioacústico.
«Este Proyecto nace desde la inquietud y urgencia que existe de tener herramientas para poder medir la situación de conservación de nuestro abejorro nativo, desde el equipo de la Profesora Marina Albertman, (INIBIOMA, Universidad Nacional del Comahue, Bariloche Argentina) como por parte de nuestro laboratorio de Ecología Sensorial del Instituto de Entomología. A esta necesidad y experiencia en terreno se suma el aporte del sistema de registro de los colegas de Estados Unidos (MIT), aportando con la actualización tecnológica», explica Cristian Villagra Gil, Explorador de NatGeo Society, profesor del Instituto de Entomología, y uno de los investigadores del estudio.


«En equipo se logró someter a prueba esta idea para hacerla una realidad exponiendo el equipo a la discriminación entre zumbidos de otros insectos (como el abejorro introducido B. terrestris) y el ruido ambiental natural y a las inclemencias climáticas. El resultado es una herramienta ajustada a las necesidades del monitoreo de conservación de B. dahlbomii y en el futuro para otras especies nativas», agrega.
Durante seis días, se recolectaron datos de audio y variables ambientales (temperatura, humedad, gases) en 12 ubicaciones, usando grabadoras personalizadas. Se anotaron los zumbidos de abejorros nativos (B. dahlbomii) e invasores (B. terrestris), generando un valioso conjunto de datos para el desarrollo de modelos de aprendizaje automático.




El monitoreo tradicional de abejorros suele ser letal o laborioso, lo que limita su uso en conservación. En cambio, gracias a este nuevo método ahora es posible registrar actividad continua sin perturbar a estos insectos.
«El monitoreo bioacústico tradicional implica la instalación de grabadoras y registro de grandes cantidades de datos de audio no procesado en terreno, su transporte y posterior revisión lenta y exhaustiva en laboratorio. En esta etapa el registro debe ser minuciosa y laboriosamente revisado para su posterior análisis. Esta tarea genera un cuello de botella entre la toma de datos en terreno y la obtención de resultados, y peor aún, la toma de decisiones con relación a manejo o conservación», comenta Villagra.
Además, este nuevo método permite también identificar patrones de comportamiento influenciados por condiciones ambientales. En esa línea, se observaron efectos del clima en la actividad de abejorros: menos zumbidos en días más fríos y húmedos. También se documentó el “robo de néctar” por B. terrestris, alterando la relación entre plantas y polinizadores, y forzando respuestas adaptativas de B. dahlbomii.



Para validar la presencia de zumbidos, se combinaron anotaciones en campo, verificación mediante Amazon Mechanical Turk y filtrado con modelos de inteligencia artificial (AST). Así se obtuvieron más de 110 mil fragmentos acústicos clasificados, útiles para entrenamiento y validación de modelos.
«El sistema BuzzCam considera un sensor especializado con IA integrada en el dispositivo para reconocer una firma acústica única. Este sistema propone cambiar radicalmente el paradigma de la monitorización acústica ecológica, pasando de ser un proceso y en tiempo real, directamente sobre el terreno. Buzzcam considera hardware probado por los investigadores en las condiciones climáticas requeridas para el registro más la integración de inteligencia artificial directamente en un microcontrolador de bajo consumo dentro del propio sensor del equipo, esta área de innovación es conocida como “TinyML” o “IA de vanguardia”», profundiza Villagra.




De esta forma, este conjunto de datos obtenidos es un recurso único para estudiar a B. dahlbomii y avanzar en monitoreo no invasivo de polinizadores en ecosistemas frágiles. Además, sienta bases para herramientas escalables y automáticas que fortalezcan los esfuerzos de conservación.
«El sistema Buzzcam lleva la inteligencia artificial al registro y análisis bioacústico en tiempo real en terreno. Por lo tanto, tiene la potencialidad de ayudar no solo a conocer datos de distribución y fenología, sino a la toma de decisiones momento a momento sobre zonas donde estos insectos pueden ser encontrados. Dado que es posible discriminar el zumbido de vuelo del abejorro nativo de otros insectos en tiempo real, esta señal puede advertir e informar de forma directa a quienes estén realizando el trabajo de manejo de conservación y aplicado, permitiendo una gestión inteligente en zonas protegidas y de producción agrícola», señala Villagra.