El lado argentino de la Isla Grande de Tierra del Fuego otra vez es pionera a nivel regional en cuestiones ambientales. En la última y maratónica sesión del 2024 se aprobó la “Ley de Lineamientos generales para la conservación y el manejo sostenible de los bosques marinos de macroalgas conformadas por la especie Macrocystis pyrifera”. Ley que promueve una alternativa productiva para desarrollar la alguicultura de manera sostenible. “Esta ley contempla el hecho de que Tierra del Fuego se dé la posibilidad, preservando su recurso nativo, de desarrollar un recurso a través de la siembra”, explicó el Legislador Federico Sciurano. 

Vista aerea de bosques de macroalgas en Tierra del Fuego.
Vista aerea de bosques de macroalgas en Tierra del Fuego.

La iniciativa incluyó una fuerte adhesión de autoridades provinciales y la participación del Centro Austral de Investigaciones Científicas CADIC-CONICET y la Fundación Por El Mar. “De acuerdo a investigaciones científicas, se estima que el 38% de los bosques mundiales se han reducido en los últimos 50 años, pero, por otro lado, los bosques de algas del sur de Sudamérica son de los menos perturbados del mundo. Algunos modelos predictivos estiman que las aguas en esta zona se van a calentar más lentamente que en otras partes del mundo y por eso, la región podría ser un refugio climático para este ecosistema”, expresó Ángeles de la Peña, coordinadora de Por el Mar en Tierra del Fuego. 

Un bosque de macroalgas lo que permite es, entre otras cosas, que especies como la centolla y el centollón puedan sobrevivir, que puedan reproducirse y que eso además nos permita a nosotros tener un recurso económico y gastronómico que es requerido y solicitado por todo el mundo”, argumentó Federico Sciurano  en la sesión que aprobó la Ley.  Si bien para muchos los bosques de cachiyuyo pasan desapercibidos, lo cierto es que funcionan como zonas de cría, guardería o áreas de desove, promoviendo la abundancia de una gran cantidad de especies que interactúan con la comunidad fueguina tanto en restaurantes como en propuestas turísticas.

Centolla en los bosques de algas. Créditos: Rod Sánchez, Capital Azul.
Centolla en los bosques de algas. Créditos: Rod Sánchez, Capital Azul.

El punto fuerte de la Ley está orientado a promover el desarrollo sostenible del ecosistema a través del cultivo de  Macrocystis pyrifera, “desarrollar la actividad y técnica de cultivo con un enfoque ecosistémico”, tal como está redactado. Se trata de fomentar un sistema de producción alternativo a la extracción y que permita la sostenibilidad en el tiempo del recurso. El cultivo no implica la extracción directa del bosque nativo por lo que se garantiza que no se sobreexplote. Este tipo de técnica se está llevando a cabo en distintos lugares del mundo y en Argentina por ejemplo, se está investigando en la provincia vecina de Santa Cruz.

Macricystis pyrifera. Créditos: Rod Sánchez.
Macricystis pyrifera. Créditos: Rod Sánchez.

La Ley está en consonancia con un pedido global para la protección de las macroalgas. En una reciente publicación de la prestigiosa Revista científica Science se alertó sobre la situación mundial de estos ecosistemas: “Los bosques de algas, sustentan una elevada biodiversidad y servicios ecosistémicos  (…) Sin embargo, están sometidos a graves amenazas. Las olas de calor marinas, la deforestación submarina, la contaminación y la sobrepesca están comprometiendo su capacidad de proporcionar miles de millones de dólares en servicios ecosistémicos, junto con beneficios culturales y sociales para las comunidades costeras”. En esa misma publicación se menciona que Chile y Perú han sido testigos de una degradación a gran escala por extracción directa, lo que ha provocado una drástica pérdida de biodiversidad. Con respecto a la amenaza siempre latente de la deforestación submarina, la Ley es clara: “La extracción directa de Macrocystis pyrifera será autorizada únicamente para la actividad de cultivo y la investigación científica”, detalla el cuerpo de la Ley.

Macroalgas en Río Grande. Créditos: Victoria Álvarez.
Macroalgas en Río Grande. Créditos: Victoria Álvarez.

La “Ley de Lineamientos generales para la conservación y el manejo sostenible de los bosques marinos de macroalgas conformadas por la especie Macrocystis pyrifera” junto a normativas históricas cómo la regulación de la salmonicultura en aguas abiertas y la creación del área protegida Península Mitre, posicionan al lado argentino de la Isla Grande de Tierra del Fuego como pionera en cuestiones ambientales. Así también lo festejó Ángeles de la Peña:  “La oportunidad de poder establecer parámetros que posibiliten una mejor convivencia de las personas con la naturaleza, que nos permita disfrutarla, aprovecharla y vivir de y en ella es fundamental. La protección de estos bosques es un gran paso para la construcción de alternativas de desarrollo más integrales y más respetuosas”.

Macroalgas en Río Grande. Créditos: Victoria Álvarez.
Macroalgas en Río Grande. Créditos: Victoria Álvarez.
Comenta esta nota
·