"Multiversos"
Página web de la galería«MULTIVERSOS», la nueva exposición fotográfica de Nicolás Amaro
La exposición «Multiversos» de nuestro fotógrafo colaborador, Nicolás Amaro, es una serie de fotografías que experimentan con la oscuridad y que retratan el deambular del autor en los bosques del sur de Chile. Las imágenes son fruto de lo aleatorio y la intuición de Amaro, que recoge de estas imágenes difusas un nuevo entendimiento del mundo que lo rodea. La exposición inaugura el jueves 6 de julio y puedes visitarla en la galería Animal.
Curaduría: Carolina Castro Jorquera
La nueva serie de fotografías de Nicolás Amaro podría definirse como un ensayo material y experimental con el medio fotográfico: imágenes deliberadamente oscurecidas que surgen de un ejercicio donde el artista, cámara en mano, va registrando lo que le cautiva en su deambular por los bosques del sur de Chile.
No se trata, sin embargo, de tomas buscadas ni meditadas. Nicolás ve en el azar, el instinto y el error a sus compañeros de ruta. El resultado son imágenes difusas y ciertamente extrañas de los elementos naturales que mira a su alrededor. Imágenes con atributos casi inidentificables, si bien sus orígenes han estado siempre ahí, en la realidad palpable del paisaje.
Nicolás Amaro dice incluir elementos aleatorios en su proceso creativo, poniendo énfasis en la imaginación y la intuición como posible acercamiento a lo desconocido, en un intento por generar espacios para otros posibles entendimientos del mundo natural.
“Estas imágenes responden a las preguntas que he tenido siempre, que son de orden epistemológico: cómo conocemos y por qué vemos como vemos. La situación de oscuridad la encontré como fuente de reflexión para desentrañar esto”, reflexiona el artista.
La deriva errática como procedimiento investigativo está presente en algunas de sus series anteriores que trastocan el carácter documental de la fotografía mediante la abstracción de la imagen. Lo que hace Nicolás es desafiar nuestra percepción de lo aparentemente real y nuestra memoria de lo que asumimos como reconocible.
Las fotos de esta exposición fueron realizadas durante la pandemia, cuando el artista, en sus caminatas sistemáticas por el bosque que rodea su casa en las afueras de Pucón, se percató de que estaba siguiendo una suerte de metodología del caminar que iba abriendo los sentidos a una experiencia de sorpresa e incertidumbre.
Para hacer las tomas, Nicolás recurre a un “truco” que consiste en oscurecer la pantalla LCD de su cámara, sea de día o de noche. Este giro técnico revela al ojo desnudo un abanico de posibilidades de orden creativo: las primeras visualizaciones de lo que su artífice llama “un mundo que no está, una realidad distorsionada”.
En el texto que acompaña la muestra, la curadora y crítica de arte Carolina Castro J. escribe: “Las fotografías (de Nicolás) operan en un campo de realidades siempre emergentes, nunca estables, que nos introducen al bosque desde una suerte de extrañeza y desconocimiento, que no podemos descifrar con los códigos habituales de la luz y la nitidez. En ellas la oscuridad opera tanto en el campo físico de la toma fotográfica como en el campo conceptual, proponiéndonos crear alianzas con aquellos dominios distintos de los que conocemos”.
Caminar y caminar, disparar y disparar, insistir e insistir son acciones que sugieren una cualidad performática en el proceso de producción de estos trabajos. Son miles de tomas y un largo proceso de edición.
Para imprimir, Nicolás selecciona aquellas imágenes que, entre luces y sombras, van revelando formas un tanto reconocibles -un claro de luna sobre el río, las ondulaciones de ese río-, que son ambiguas en su organicidad -¿es un sendero del bosque o un zoom a la piel?-, o bien, la “sensación de una presencia”.
La textura y contraste de las imágenes impresas ponen en duda la fidelidad de la superficie fotográfica. Al dislocarse su acabado y estar centradas en las finas líneas compositivas de sus elementos, se leen de otra manera, casi como un dibujo.
“No me interesa certificar que sea foto. Me estoy abstrayendo en relación con el medio porque estas texturas las veo como códigos que me permiten ver mejor las formas, los surcos de las cortezas de los árboles, cómo es el agua, entrar en esos detalles”, explica el artista.
Impresas sobre trovicel negro para crear un efecto de imagen negativa, las 12 fotografías que conforman esta muestra configuran una aproximación más personal y sintética dentro de la producción del artista. Un ejercicio fenomenológico y subjetivo que nos invita a poner en suspenso las nociones fijas de lo que vemos y, por qué no, a aprender a mirar de nuevo.