Santuario de la Naturaleza Los Nogales: un tesoro oculto
Escondido entre las montañas de Lo Barnechea se encuentra el Santuario de la Naturaleza Los Nogales (SNLN), un lugar poco conocido por los habitantes de Santiago, quienes, sin saberlo, reciben sus variados beneficios. Este Santuario contribuye a mejorar la calidad de aire de la ciudad además de albergar diversas especies nativas. Te invitamos a conocer más sobre este santuario y sus aportes en la siguiente nota de la Red de Santuarios de la Naturaleza de la Región Metropolitana.
Seguramente no hay personas que conozcan mejor las montañas que los arrieros y talajeros que han trabajado en las áreas más recónditas de estos parajes cordilleranos. Debido a esto, tienen numerosas vivencias que contar. Carlos Montenegro, ex capataz de los talajeros, me contó que hace varios años iba de camino a reunirse con sus amigos que habían estado juntando el ganado, cuando, cerca de las 23:00 horas, divisó una luz que avanzaba por el camino en dirección a sus compañeros que se encontraban junto a una hoguera conversando. Cuando regresó al campamento les preguntó que quién era la persona que había llegado más tarde con esa luz tan extraña, a lo cual le respondieron, de forma evidentemente nerviosa, que “no había llegado nadie”, que “no habían visto a nadie ni tampoco ninguna luz”… así surgió la anécdota de “la luz fantasma de Los Nogales”, la cual, esperamos, sea augurio de buena fortuna y seguridad para quienes la vean.
Por mi parte, en más de una ocasión, cuando transitaba por Los Nogales me encontré con algún motorista que transitaba a alta velocidad y al indicarle que se encontraba en un área privada protegida me respondían que “estaban perdidos”, “que, por favor, les indicara el camino para salir” o que “cómo se llamaba el lugar donde estaban”. Esto es solo algunas de las dificultades que debemos vencer al hacer conservación en áreas de alta montaña donde el difícil acceso genera un “reto” para las personas que hacen deportes extremos y van abriéndose paso por senderos hechos por otros o por los que ellos mismos crean.
Un gran protector de nuestro patrimonio natural
Este Santuario contribuye a mejorar la calidad de aire de la ciudad, así como a la cantidad y calidad de uno de los recursos más preciados y cada vez más escasos del país: el agua. También aporta a la mantención y estabilización de los suelos, lo cual se ve reflejado en un control natural para disminuir los riesgos de deslizamientos de tierra o aluviones. Por otro lado, alberga en su interior a numerosas especies de fauna y flora nativa, por lo que contribuye a salvaguardar parte de nuestro patrimonio natural.
En su totalidad, abarca 11.025 hectáreas de la comuna de Lo Barnechea, lo que representa un 14% respecto de la superficie total de santuarios de la Región Metropolitana y lo convierte en el tercer santuario de mayor tamaño, luego de los santuarios de Yerba Loca y el de Predios San Francisco de Lagunilla y Quillayal (Lo Barnechea y San José de Maipo, respectivamente).
Los Nogales fue declarado área protegida el 15 de junio de 1973, cuando el Consejo de Monumentos Nacionales declaró Santuario de la Naturaleza los fundos Los Nogales (11.025 ha) y San Enrique (10.000 ha) a través del D.S. N° 796.
Desde el punto de vista geográfico, los predios Los Nogales y San Enrique conforman la cuenca completa del estero El Arrayán, correspondiendo a sus laderas este y oeste, respectivamente. No obstante, durante el año 1985 y a petición de su propietario, el predio San Enrique fue desafectado de su calidad de área protegida, mediante el Decreto Supremo N° 798. En consecuencia, actualmente, el SNLN incluye bajo su protección oficial solamente la ladera este de la cuenca de El Arrayán, correspondiente a las 11.025 ha del predio del fundo Los Nogales.
El acceso principal al SNLN se realiza a partir de la Plaza San Enrique, continuando 6 km por las calles Pastor Fernández y Camino El Cajón. El Santuario no cuenta con accesos públicos directos, por lo que solo se puede acceder a él a través de servidumbres de paso en terrenos y caminos de privados.
Hacia una conservación efectiva
Pese a que el SNLN fue creado hace varios años, pasó mucho tiempo en que su tarea de conservación fue más bien pasiva y sin una verdadera gestión. Esto fue así hasta que sus propietarios, junto a una de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) más prestigiosas del mundo, Wildlife Conservation Society (WCS), tomaron el liderazgo y comenzaron a promover acciones a favor de la conservación de esta área. Dentro de las primeras acciones implementadas estuvo la elaboración del Plan de Manejo del Santuario, así como la determinación de sus Objetos de Conservación (OdC).
Los planes de manejo buscan orientar la gestión y manejo del área por medio de la identificación de elementos clave/objetos de conservación de la biodiversidad y la reducción de las amenazas que los afectan. Por lo tanto, el plan permite priorizar y articular los esfuerzos de gestión, direccionándolos hacia el manejo efectivo de la biodiversidad en función de los diferentes intereses de desarrollo y usos humanos. En definitiva, los planes de manejo establecen los lineamientos para integrar y compatibilizar las actividades y usos humanos con la conservación de los objetos de conservación.
En base a reuniones de trabajo con diferentes actores vinculados al territorio, así como a la incorporación de criterios socioecológicos, los profesionales de la WCS determinaron tres objetos de conservación para el SNLN (Figuras 2, 3 y 4):
- Vegas: son los humedales ubicados sobre los 2.500 m s. n. m., cuya vegetación altoandina responde a los cambios en el aporte hídrico, manteniéndose en continua restricción en su distribución espacial y temporal. Las vegas presentes en el SNLN son principalmente de tipo cojín, dominadas principalmente por la especie Patosia clandestina, pero también son importantes, en términos de superficie, la denominada vega plana, cuyas formaciones poseen coberturas de vegetación similar a la anterior, pero con otras especies dominantes que presentan crecimiento principalmente herbáceo.
- Esteros y arroyos: Corresponde a la red hidrobiológica que nace y escurre íntegramente dentro de los límites del Santuario, incluyendo las nacientes del estero Ortiga y los afluentes permanentes y estacionales que confluyen en el estero El Arrayán, así como las comunidades biológicas que lo caracterizan.
- Bosques de quebrada: corresponde a la vegetación precordillerana restringida a las quebradas bajo los 2.000 m s. n. m., con cursos de agua permanentes o temporales. Considera la estructura, la composición y las funciones ecológicas, tanto del piso del bosque esclerófilo, como aquellas del piso vegetacional circundante en laderas. Correspondiente al piso del bosque esclerófilo andino.
Para poder desarrollar las actividades de conservación en el Santuario, se han generado diferentes alianzas con reconocidos investigadores de la Universidad de Chile, la Universidad Mayor, la Pontificia Universidad Católica de Chile, Biota, Capital Natural, entre otras instituciones.
Dentro de las principales actividades y proyectos que se están llevando a cabo destacan los siguientes:
- Monitoreo de especies: un paso fundamental para la gestión de la biodiversidad es conocer la composición y distribución de las especies presentes en el área, por esta razón, se han desarrollado diversos programas para obtener esta información.
- Monitoreo de poblaciones de especies amenazadas: debido a su delicada situación, bajas densidades poblacionales y peligros a los que se enfrentan, estas especies tienen prioridad en la realización de estudios científicos para conocer su estado actual y realizar propuestas de seguimiento o mejora. En este sentido, se pueden mencionar los estudios y monitoreos poblacionales desarrollados en especies del género Tristagma (plantas herbáceas con bulbo), de las cuales no existe mucha información.
- Estudio de carnívoros con énfasis en puma: durante más de 2 años, se desarrolló un trabajo de investigación en un área de más de 133.000 hectáreas con el objetivo de generar información sobre la distribución, abundancia, hábitos alimenticios, comportamiento y densidad de estos carnívoros dentro y fuera del Santuario. Estos resultados fueron presentados en el 1er Simposio de felinos, cánidos y pequeños carnívoros neotropicales, evento que organizaron Biota y Seeking the andean cat, que se llevó a cabo entre el 6 y 8 de julio de 2022.
- Monitoreo y conservación de humedales altoandinos: actualmente se están desarrollando estudios científicos interdisciplinarios para entender el estado actual e implementar acciones de rehabilitación de las vegas o humedales altoandinos. Estos ecosistemas se han visto afectados por el cambio climático y si no se toman medidas, podrían desaparecer en un futuro no tan lejano.
- Ganadería sustentable: una de las grandes amenazas para los ecosistemas de alta montaña es la sobreexplotación y el sobrepastoreo. Entendiendo este problema, estamos trabajando con diferentes especialistas y las comunidades de ganaderos para poder implementar un plan de ganadería sustentable que permita compatibilizar esta actividad económica tradicional con la conservación de los ecosistemas que la soportan.
El cambio climático: un gran enemigo
“Abril aguas mil”, “recuerdo cuando el Mapocho se desbordaba todos los años”, “hasta hace poco, en invierno llovía durante semanas”, son frases que seguramente hemos dicho o escuchado. Pese a que actualmente, sobre todo para los más jóvenes, resulten insólitas, hace algunos años eran una realidad. Sin embargo, algo cambio, ¿qué pasó? La repuesta a esta pregunta la encontramos en el Cambio Climático.
Aunque todos hemos escuchado acerca de este fenómeno, aún estamos lejos de entender su magnitud y la amenaza que significa para la biodiversidad e incluso para los seres humanos. Más allá de ver al río Mapocho convertido en un riachuelo, de escuchar en las noticias que áreas rurales se “están quedando sin agua”, que están transformando las plazas con césped en “jardines xerofíticos”, es importante comprender que esta gran amenaza implica cambios mayores para los seres humanos, para los seres vivos y los ecosistemas donde se experimenta este cambio. El Cambio Climático está presionando a los ecosistemas de la zona central de Chile hacía una desertificación y muchos investigadores indican que, de no haber cambios o de no tomar medidas al respecto, la Región Metropolitana será como el “próximo norte chico de Chile”.
Este escenario conlleva grandes dificultades al momento de implementar planes de rehabilitación, restauración o conservación de los ecosistemas naturales. Por ejemplo, la disminución de las precipitaciones o de la nieve en la parte alta de las montañas dificulta la supervivencia de la vegetación existente y más aún su recuperación por medio de plantaciones o planes de enriquecimiento.
Para entender cómo afectará este fenómeno a la biodiversidad, tanto del SNLN como fuera de este, la Wildlife Conservation Society elaboró y llevó a cabo, la “Evaluación de Vulnerabilidad y Plan de Acción de Biodiversidad ante el Cambio Climático”, un estudio de alto nivel que permite generar escenarios a largo plazo para diferentes especies o ecosistemas y poder incorporarlos en la planificación de una adecuada conservación.
Con esta visión en mente, invitamos a todos los lectores a sumarse a la senda de la conservación y a pensar en qué queremos que hereden las futuras generaciones.