The Last Tepui, el documental que trajo a las pantallas la olvidada biodiversidad de Guyana
“The Last Tepui” es un capítulo de la serie documental “Explorer” de National Geographic, que nos sumerge a una increíble aventura por la selva amazónica de Guyana, donde el destacado escalador de elite, Alex Honnold y el célebre biólogo y explorador Bruce Means de 81 años, junto a un equipo de científicos y exploradores liderado por el alpinista profesional Mark Synnott, se internan en lo más profundo de la intrincada selva del Amazonas, con el objetivo de explorar las tierras altas de la Guayana en busca de nuevas especies. En este capítulo, los exploradores nos llevan a un viaje por los tepuyes, grandes mesetas de paredes escalonadas, situadas en una región entre Brasil, Venezuela y Guyana, que son considerados uno de los últimos territorios vírgenes de la Tierra, y a su vez, uno de los más inexplorados. Con ello, nos llevan a todo un mundo lleno de especies de plantas y animales jamás descubiertas, y nos sumergen en un viaje lleno de experiencias desafiantes y muy asombrosas. ¡No te lo pierdas!
El pasado Día de la Tierra, National Geographic trajo de vuelta una serie documental de larga data, “Explorer”, pero esta vez con un nuevo especial de una hora que ha sido muy exitoso y que ha dejado mucho de qué hablar.
El capítulo “Explorer: The Last Tepui”, disponible a través de Disney +, nos sumerge a una increíble aventura por la selva amazónica de Guyana, donde el destacado escalador de elite, Alex Honnold, junto a un equipo de científicos y exploradores liderado por el alpinista profesional Mark Synnott, se internan en lo más profundo de la intrincada selva del Amazonas, con el objetivo de explorar las tierras altas de la Guayana, un territorio prístino y casi completamente desconocido, en busca de nuevas especies.
En la expedición, entre una vegetación densa e impresionantes formaciones geológicas que se componen de grandes mesetas de paredes escarpadas, jardines colgantes y cascadas que descienden al abismo; el equipo busca llevar al célebre biólogo y explorador Bruce Means, de 81 años de edad, hasta la cima de un tepui, unas grandes mesetas de paredes escarpadas, de hasta 300 metros de altura por sobre la selva, que corresponden a uno de los lugares más inexplorados del mundo. De lograrlo, Means sería el primer científico en hacer la búsqueda de especies desconocidas en formaciones naturales de este tipo.
Vale decir que Bruce Means es un biólogo muy reconocido a nivel mundial por haber dedicado gran parte de su carrera a la búsqueda de nuevas especies en todos los rincones del mundo, y además, ha sido parte de 33 expediciones en esta región. A pesar de lo anterior, el científico jamás había logrado conquistar la cima de un tepui.
Por esta razón, cuando National Geographic le propuso ascender al Monte Weiassipu para filmar “The Last Tepui”, la idea le atrajo desde el primer momento. No obstante, subir a lo alto de una meseta de 300 metros representa todo un reto, sobre todo para una persona avanzada en edad, por lo que finalmente el biólogo no llegó a ascender. En lugar de esto, el equipo de rodaje se adelantó y tomó las muestras necesarias.
Cabe destacar, igualmente, que una expedición de esta envergadura, en un ambiente tan salvaje y libre de la mano del ser humano, es algo sumamente difícil, más si el objetivo es realizar una producción audiovisual, por lo que este documental es todo un logro tanto a nivel científico como a nivel de producción. Así lo señala Mateo Barrenengoa, documentalista chileno que realizó un documental de similares características en la selva amazónica de Surinam: “grabar en un ambiente como ese es sin duda una experiencia bastante dura, tienes que estar dispuesto a resistir muchas variantes que van a dificultar tu trabajo, desde el calor, el cansancio, la humedad, lentes empañados, poca batería en los equipos, ropa mojada, insectos peligrosos, lluvia, y la lista es muy larga. Pero si uno va dispuesto a eso y preparado, es posible lidiar con cada uno de esos factores para lograr las imágenes que uno espera”.
Cabe señalar que los tepuyes son unas grandes mesetas cuyo nombre se traduce como “casa de los dioses” en pemón, legua nativa de la Gran Sabana de Guyana, debido a su gran altura y su difícil acceso. Estas grandes mesetas, situadas en una región entre Brasil, Venezuela y Guyana, son considerados uno de los últimos territorios vírgenes de la Tierra y se estima que el hombre no ha pisado aún el 90% de estas formaciones, por lo que es muy probable que se conserven allí especies de plantas y animales jamás descubiertas.
Estas formaciones, que se encuentran hasta 300 metros sobre la selva, exhiben una biodiversidad que ha dejado boquiabiertos a los científicos debido a la gran variedad de animales y plantas que albergan y que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo, lo que los asemeja a las Islas Galápagos en términos de endemismo.
Asimismo, estas montañas, compuestas principalmente por areniscas, son las formaciones expuestas más antiguas del planeta y datan del periodo Precámbrico. Estamos hablando de entre unos 2.000 a 4.000 millones de años de antigüedad. En sus mesetas, además, se pueden encontrar sumideros de hasta 300 metros de diámetro y 300 metros de profundidad y dentro de su ecología se encuentran una gran cantidad de especies que son exclusivas de cada sumidero en particular.
“Al estar en un ambiente como ese hay que cambiar las perspectivas y adentrarse de lleno en un mundo que a veces parece de sueños. Los sonidos por la noche, la niebla que atraviesa el follaje de los árboles milenarios por la mañana, la visita de monos curiosos y un sin fin de vivencias más, hacen que tu experiencia sea extremadamente única y enriquecedora. Sin duda lugares como esos nos ofrecen momentos que como realizador audiovisual uno debe atesorar para siempre”, agrega el documentalista.
En principio, la aventura se inicia con el recorrido de varios kilómetros a través del misterioso terreno selvático, inmersos en un paisaje húmedo y escarpado, para llegar a la base del tepui conocido como Monte Weiassipu, donde el grupo intentara ascender por la pared de 300 metros y averiguar cuál es camino más cómodo y accesible.
Cabe destacar que, una de las características de los tepuyes es que su mayor biodiversidad no se encuentra en las cimas, sino que en las pendientes y grietas que se presentan a lo largo de la pared escarpada. De esta manera, aunque es posible llegar en helicóptero hasta la cumbre del tepui, para poder investigar las especies de fauna y flora deben hacerse las expediciones caminando —o escalando—, como sucedió en “The Last Tepui”.
Sin lugar a dudas, escalar un muro de 300 metros en las profundidades de la selva significa un desafío que rompe toda lógica. Mateo Barrenengoa, quien también realizó escalada en un muro virgen durante su paso por Surinam, explica cómo es la experiencia de escalar en un ambiente tan prístino, salvaje y complejo: “Escalar un muro virgen en mitad de la selva es algo bastante impresionante, el solo hecho de la dificultad que supone llegar a la base de una pared así, te dispone a vivir la experiencia al máximo y disfrutar cada momento, sin dejar de lado lo difícil que puede resultar. Pero para mí lo más increíble fue la oportunidad de poder observar la selva desde la altura, por primera vez veíamos el horizonte y desde ahí pudimos entender la magnitud del territorio, eso fue conmovedor, ya que te das cuenta que aún quedan lugares magníficos en su estado más puro, una muestra clara de lo importante que es trabajar en su conservación”.
La expedición para filmar “The Last Tepui” duró todo un mes, dividida en una semana y media recorriendo el paisaje selvático y 15 días de ascenso en la pared. Ahí, se encontraron unas 20 especies de ranas, de las cuales tres serían desconocidas. Asimismo, se estima que al menos una serpiente y una lagartija de las especies descubiertas, resultarían también nuevas especies, de las cuales aún se espera la confirmación oficial de las pruebas de ADN.
“The Last Tepui” está dirigida en conjunto por los cineastas outdoor Renan Oztürk (fotógrafo, director de fotografía, escalador y director) y Taylor Rees (fotoperiodista y director de fotografía). Tiene una duración total de una hora y la producción fue realizada por Drew Pulley.