Estudio revela el descubrimiento de un nuevo agujero en la capa de ozono
Según una investigación realizada en la revista científica AIP Advances, este nuevo agujero sería siete veces más grande que el de la Antártida y estaría abierto desde 1980. A este se sumarían los dos anteriores descubiertos sobre el Ártico, situación que ha generado alertas para tomar un plan de medidas, ya que es urgente detener los cambios de temperaturas sobre la atmósfera, que aumentan a su vez el calentamiento global.
A lo largo de estos años, ha sido común escuchar sobre el agujero en la capa de ozono, el cual desafortunadamente no es sólo uno. Durante el año 1985, científicos descubrieron que existía un agujero en el Ártico y, gracias a las medidas tomadas años después, en 2016 se detectó que se ha ido cerrando paulatinamente. Aunque esta buena noticia se vería opacada por el reporte de un segundo agujero sobre la Antártida descubierto el 2020, y más reciente aún, se ha descubierto un tercero sobre el trópico (30ºN-30ºS).
La revista científica AIP Advances está a cargo de la publicación del descubrimiento, y allí se afirma en («Observation of large and all-season ozone losses over the tropics») que este tercer agujero pudo originarse en la década de 1980, mientras se reportaba el primer agujero de O3 (ozono) del Ártico.
A lo largo del estudio, se hace una comparación entre el agujero del Ártico y el recientemente descubierto en el trópico. En la comparación se destaca que si bien el primero tiene un proceso de recuperación durante dos meses, entre septiembre y octubre, este último no presencia recuperación alguna, por lo que significaría un mayor peligro para las personas que podrían estar expuestas a la radiación solar de la zona.
Descubrimiento
La principal función que tiene la capa de ozono en nuestro planeta es la protección de radiaciones emitidas desde el espacio extraterrestre. Por lo que los científicos hicieron una comparación de modelos de reacciones electromagnéticas de rayos cósmicos antiguos con los actuales y midieron si es que la capa había sufrido pérdidas y en qué medida esto está afectando lo que está debajo de ella.
Para que se establezca la existencia de un agujero en la capa de ozono, se requiere que el agujero tenga un área de pérdida de O3 mayor al 25% en comparación con la atmósfera inalterable. La profundidad de este agujero tropical en particular, es comparable a la del conocido agujero primaveral de O3 en la Antártida, siendo siete veces mayor a él, específicamente.
«La presencia de los agujeros de O3 tropicales y polares equivale a la formación de tres ‘agujeros de temperatura’ observados en la estratosfera. Estos hallazgos tendrán importancia en la comprensión de la física planetaria, el agotamiento del ozono, el cambio climático y la salud humana».
Qing-Bin Lu, físico y astrónomo a cargo de la investigación.
Principales Conclusiones
Entre las principales conclusiones a las que llega el estudio, primero está comprender la seriedad de del agotamiento de la capa de ozono en zonas especificas del planeta. Particularmente, en el trópico vive el 50% de la población mundial y el agujero de 03 estaría aumentando la exposición de radiación solar del suelo terrestre en un 50% durante todo el año.
Además, es importante considerar la existencia de tres distintos agujeros, los que estarían generando cambios de temperatura sobre la atmósfera.
«El agotamiento medio anual del ozono en la estratosfera inferior sobre los trópicos es sorprendentemente grande, que es del 77 % frente al 47 % en la Antártida y frente al ~10 % en el Ártico en la década de 1990»
Qing-Bin Lu, físico y astrónomo a cargo de la investigación.
Aunque aún es posible tomar medidas reactivas. Ya en los años 70, después de que los químicos Mario Molina y Frank Sherwood Rowland que sustancias como el clorofluorocarbonos (CFC), tenía un papel perjudicial sobrela capa de ozono, se fue restringiendo su uso paulatinamente. Su sustituto, el hidroclorofluorocarbonos (HFC), a pesar de ser más seguro sigue utilizándose y no habrá un real impacto hasta que cese el uso de contaminantes de la atmósfera.