La importancia de proteger el Santuario de la Naturaleza El Ajial
El rol que tiene el Santuario de la Naturaleza El Ajial, ubicado en la comuna de Paine, Región Metropolitana, es de suma importancia en el ecosistema, no sólo porque es refugio de especies en estado de conservación, sino que también porque alberga una de las seis especies en peligro de extinción de la Región Metropolitana. Las diversas amenazas, como la sequía, que sufre la biodiversidad del santuario, además del Plan de Manejo que se está llevando a cabo, son algunos de los detalles que nos entregan nuestros colaboradores de la Red Santuarios de la Naturaleza de la Región Metropolitana.
La transición entre las altas cumbres y grandes planos del valle central de Chile se han adaptado a los grandes cambios de la geografía, modelado por volcanes, movimiento de placas, erosión y terremotos, todos estos eventos que hemos vivido y marcan nuestra historia. Se descubre en estos eventos una cicatriz de millones de años a la cual nuestros ojos se han acostumbrado y esto debe cambiar. El carácter aislado, como una isla, ha desarrollado en la vida una evolución particular y única en el mundo y es acá donde existe el Santuario de la Naturaleza El Ajial, al límite sur de la Región Metropolitana, Comuna de Paine.
El área, de 2.134 ha, representa un 2,5% de la superficie total de los 12 Santuarios que hoy tiene la Región. Se encuentra inmersa en el ecosistema de bosque esclerófilo de la ecorregión mediterránea, la cual posee el carácter de «hotspot» para la conservación de la biodiversidad a nivel mundial, siendo estos ambientes altamente afectados por el cambio climático. En estudios se puede observar una pérdida cercana al 70% de la biomasa de estos pisos vegetacionales en la zona central de Chile en lo que se ha llamado “La Mega sequía”.
El Santuario está emplazado en la transición entre el llano y la Cordillera de los Andes, lo que se denomina piedemonte. Se encuentra casi en su totalidad dentro del Sitio Prioritario “Corredor Limítrofe Sur (Angostura)”. El sitio prioritario de 8.388 hectáreas de extensión, se ubica en el extremo sur de la región Metropolitana de Santiago, al sur de la comuna de Paine, y representa el 2% de la superficie regional de la formación Bosque Esclerófilo Andino.
Su importancia se debe especialmente a la conectividad que genera entre el este de la Cordillera de la Costa (Altos de Cantillana) y el piedemonte de la Cordillera de los Andes (Parque Nacional Río Clarillo), por la Angostura de Paine, paso que en realidad está cortado por la ruta 5 y no ha considerado un puente ecológico.
Esta área protegida privada, nace con una visión a futuro de Andrés Pérez Cruz y su familia. Propietario desde 1993, se encantó con el paisaje, sus bosques, montañas y el estero, preocupándose desde un comienzo de cuidar el entorno, planificando proyectos armónicos. Además de conservar, en la propiedad se desarrolló un proyecto familiar que incorpora agricultura, principalmente almendros, y un proyecto de cervecería y vino, respetando el entorno y siempre buscando innovar y ser eficientes y energéticamente limpios (hoy se utiliza energía 100% solar).
De la propiedad, el 88% pasó a ser un proyecto de conservación gracias al interés del ecólogo, Karl Yunis, quien comenzó a estudiar el área para evaluar la viabilidad de un proyecto de conservación. Junto a Andrés Pérez Peric, hoy director ejecutivo de la fundación a cargo del área, se aventuraron a caminar la zona desde los 700 a 2.500 msnm, identificando especies y servicios ecológicos.
Los descubrimientos sorprendieron al ecólogo que motivó la reflexión familiar sobre el tema, y motivó la decisión de llevar a cabo el proceso de convertir el predio en Santuario. El trabajo duró 3 años, recopilando toda la información necesaria para elaborar un informe técnico, entregando los principales atributos y características del postulante permitiendo se evalúe el valor ecosistémico de El Ajial por el Ministerio de Medio Ambiente y la SEREMI Metropolitana.
El 16 de Enero del 2016 se reunieron en El Ajial las principales autoridades de la Región y los propietarios de los 10 Santuarios que en ese entonces existían en la RM, en la ceremonia se dio a conocer en paralelo, la creación del Santuario de la Naturaleza El Ajial y conformación de la Red de Santuarios de la Naturaleza de la Región Metropolitana, lo que inició un trabajo de conservación y restauración que no ha cesado.
¿Por qué es importante El Ajial? La gran variedad de pendientes, exposiciones, altura e influencia hídrica hacen del Santuario un lugar con gran diversidad, se han registrado más de 500 especies de flora y fauna. En Chile se existen 243 especies en clasificación de Lista Roja IUCN o MMAA, y de está lista el 29% se encuentra en El Ajial. Esto lo convierte en un refugio de especies con problemas de conservación.
Se suma a esto su importante rol como generador de servicios ecosistémicos asociados a la biodiversidad del área protegida como son la generación y mantención de la calidad de aguas para la agricultura y otros usos; oportunidades para la investigación científica y educación ambiental; control y regulación natural de la escorrentía superficial; conectividad entre áreas protegidas; preservación del patrimonio arqueológico; la mantención de la sucesión ecológica, protección de las comunidades contra deslizamientos y remoción en masa, y captura de carbono.
El Ajial, lleva a cabo todas sus acciones a través de una fundación con el mismo nombre, que se preocupa de cumplir con objetivos autoimpuestos que son visados por el MMAA en un acompañamiento permanente. Esta hoja de ruta se llama, Plan de Manejo, y tiene como objetivo realizar trabajos para proteger los atributos y elementos más preciados dentro del área, los objetos de conservación -elegidos por su importancia y singularidad, representatividad, estado de conservación, amenaza y presión sobre la especie o ambiente-.
Zonificando y acotando acciones se debe cumplir el objetivo de lograr en el tiempo un ecosistema sano y para eso es importante el monitoreo permanente. Dentro de los principales objetivos que tiene el estudio de fauna al interior del santuario, está el detectar especies amenazadas, las cuales no se han registrado, y de acuerdo a los especialistas que están realizando el estudio, podrían eventualmente estar presentes dadas las condiciones del hábitat y la ubicación geográfica del santuario.
Este objetivo es de suma importancia ya que significa un aporte concreto por parte de los estudios que se están realizando en el santuario para la conservación de especies que se encuentran con riesgo alto de extinción. Bernardo Segura, encargado del monitoreo, nos comenta que algunas de las especies que cumplen estos criterios, y se están buscando de forma activa, son el gato andino, los anfibios del género Alsodes y el gruñidor del Volcán.
El gruñidor del Volcán, un reptil extremadamente escaso, es una de las 6 especies en peligro de extinción en la Región Metropolitana. Fue originalmente descrita en la localidad del Volcán, en el cajón del Maipo y posteriormente encontrada en el Parque Nacional Río Clarillo. Recientes monitoreos en la parte alta del Santuario de la Naturaleza El Ajial han confirmado la presencia de esta especie, significando este hallazgo una población nueva nunca antes registrada y una importante ampliación en el área de su distribución.
Los Santuarios en la zona central deben redoblar cada año sus esfuerzos por conservar, especialmente porque en los últimos 11 años la zona central de Chile ha sufrido una sequía sin precedentes. De hecho, según registros de El Ajial, en promedio precipitó el 40% de un año normal, lo que ha afectado enormemente al bosque.
Pero la sequía no es la única amenaza. Sumado a esto, existe un crecimiento de la población en zonas rurales, las parcelas y proyectos inmobiliarios, sobre todo en la RM, acercándose a los cerros y quebradas con sus construcciones, cercos, mascotas y respectivos caminos que han fragmentado corredores biológicos poco a poco, aislando las áreas protegidas, perdiéndose la matriz de la cual las especies solían disponer, aumentando su vulnerabilidad.
Dentro del plan de protección de El Ajial hay un fuerte foco en la restauración, desarrollando un proyecto de vivero que rescata la genética local. Esto comienza con la recolección y termina en la reforestación auto sostenible, proceso por que están pasando 9.000 árboles que cubren cerca de 60 ha dentro del Santuario para crear un nuevo bosque esclerófilo y hábitat de cientos de especies.
Se llevan a cabo actividades de educación y trabajo con usuarios frecuentes, como arrieros y deportistas, que colaboran muchas veces en la limpieza, reforestación y entrega de información relevante. En materia de incendios, se trabaja con Conaf, Bomberos y Carabineros, desarrollándose protocolos de alerta temprana y planes de acción que han considerado terrenos para entregar la información necesaria, cartografía con información importante, red húmeda y capacitaciones.
El control de acceso ilegal, la caza, limpieza de campamentos y fogatas, monitoreo de perros asilvestrados y control de especies invasoras es también una tarea permanente que previene amenazas a la conservación. Andrés Pérez Peric, director ejecutivo, comenta: “El trabajo de conservación, no es para nada observar cómo crecen los árboles o pasan volando los pájaros, por el contrario, requiere de planificación, conocimiento, y por sobretodo, ser activo en llevar a cabo acciones estratégicas con recursos limitados. En El Ajial tenemos trabajo por 50 años, ha sido un ambiente muy perturbado y hoy muy amenazado”.
Una de las mayores amenazas que ha sufrido la conservación en el SDLN El Ajial ha sido la intención del empresario minero Juan Cristi de realizar una explotación por medio de la Sociedad Minera Las Brujas. Este proyecto pretende instalarse en el lugar con mayor valor ecológico del lugar, accediendo por una servidumbre que atraviesa varios sitios prioritarios para la conservación y pone en peligro el sistema hídrico del Estero El Ajial.
Esto ha llevado a una disputa legal por años que ha requerido de tiempo y recursos, que bien podrían haber sido utilizados en restauración. El último de los fallos es muy positivo para El Ajial, donde se confirmó por la Corte Suprema, que la Corte de Apelaciones de San Miguel tenía razón en desestimar el recurso presentado por Cristi, que pretendía librarse de los permisos sectoriales (Evaluación Ambiental) para la construcción de la servidumbre, alegando que las concesiones mineras de exploración existen con anterioridad al decreto de Santuario de la Naturaleza.
Aún existen 17 pertenencias mineras de Cristi en El Ajial y su insistencia es probable que continúe, pero a su vez, todos los días hay un trabajo de conservación, investigación y restauración en este rincón de la cordillera de Los Andes que suma y demuestra el gran valor para el patrimonio ecológico de Chile y desarrolla actividades que respetan su entorno, contribuyendo en sus procesos evolutivos.