Recorriendo Cerro Dominador: La única planta termosolar que funciona en medio del desierto de Atacama
A 59 de kilómetros de Calama, en pleno desierto de Atacama, Chile, se encuentra Cerro Dominador, la primera planta termosolar de América Latina, que gracias a sus 10.600 espejos (helióstatos) de 140m2 cada uno y sus más de 1.000 hectáreas de superficie, es capaz de evitar la emisión de cerca de 640.000 toneladas de CO2 al año y abastecer a una ciudad de 380.000 hogares aproximadamente.
Muy temprano partimos junto al fotógrafo Guy Wenborne a registrar y conocer este proyecto que es pionero no solo para Chile, sino para todo Latinoamérica. Inició sus actividades el pasado 9 de junio y se ha transformado en un emblemático hito en materia de energías renovables en Chile y en Latinoamérica, que desde Ladea Sur quisimos ver con nuestros propios ojos. Cerro Dominador es la primera planta termosolar en la región, y se encuentra emplazada en la comuna de María Elena, en las cercanías de Calama, en una zona que posee uno de los mayores niveles de radiación solar del mundo.
Bajando del avión en Calama, Guy me preguntó si había visto la torre desde la ventana del avión. Es que lo primero que impresiona de este proyecto es que en la mitad del desierto hay una torre de 250 metros de altura, es la segunda construcción más alta de Chile, siendo superada solo por la torre principal del edificio Costanera Center en Santiago, con una altura de 300 metros.
La planta, que opera con tecnología termosolar de torre, tiene una potencia instalada de 210 MW y una capacidad de almacenamiento térmico de sales fundidas de 17,5 horas, siendo capaz de generar energía limpia de forma gestionable durante las 24 horas del día. A diferencia de las plantas con panales fotovoltaicos que funcionan solo cuando el sol está presente.
¿Y cómo funciona? La energía de Cerro Dominador es captada a través de 10.600 espejos (helióstatos) de 140m2 de superficie cada uno, que reflejan la luz del sol concentrando el calor en un receptor ubicado en lo alto de la torre, a 250 metros de altura (como si fuera una lupa). Esta absorción de la radiación, posteriormente, calienta una corriente de sales fundidas que llegan a temperaturas de más de 560 grados, y que son almacenadas en grandes estanques, para luego ser utilizadas en la generación de energía eléctrica mediante una turbina de vapor.
El sistema de almacenamiento, por otro lado, se constituye de tanques de sales frías y calientes, lo que permite producir energía durante la noche sin recibir el recurso solar. Con esto, se espera que Cerro Dominador reemplace las emisiones de aproximadamente 640 mil toneladas de dióxido de carbono (CO2) por año, equivalentes a la circulación de 135 mil vehículos en el mismo periodo de tiempo.
A pesar de que Cerro Dominador represente una de las matrices de energía limpia que más ha crecido en el mundo, aún no es suficiente para reemplazar la electricidad producida a carbón. La matriz total de generación eléctrica de Chile son alrededor de 25 mil MW, de los cuales solo el 25% es generado por fuentes de energía renovables. Sin embargo, no cabe duda de que esta iniciativa es un gran avance y pone inicio a un largo camino hacia el carbono-neutralidad y una energía sustentable.
Tuvimos la suerte de poder recorrer la planta y confirmar con nuestros propios ojos que estábamos en presencia de una obra de energía de vanguardia de nivel mundial. Pudimos caminar entremedio de los espejos y todo es de una escala gigante. Cada espejo mide 140 m2 y hay mas de 10.000. Estos son controlados desde una oficina y se mueven siguiendo el sol. Además la planta también cuenta con una planta fotovoltaica, lo que la convierte en un parque solar que combina ambas tecnologías. Toda la energía que genera esta planta se conectar al SIC, Sistema Interconectado Central de Chile.
Para terminar el día y poder sacar bellas fotos al atardecer, la planta cuenta con un mirador que puede ser visitado por cualquier persona. Es un lugar especial ya que posee dos espectaculares esculturas de hormigón, una roja y otra gris, de 6 metros de alto cada una, creadas por Federico Assler, Premio Nacional de Artes del año 2009, que completan de gran manera el lugar.