Indignación por maquinaria que arrasó sector del canal Ifarle en Talcahuano: destruyó madrigueras de coipos y hábitat de aves
La presunta “limpieza” que se realizó con maquinaria pesada en el Canal Ifarle destruyó hábitats y madrigueras de especies nativas como los coipos, los que han debido buscar nuevos refugios y exponerse a mayores amenazas, encontrándose incluso un ejemplar muerto que intentó cruzar la calle hace unos días. Además, la remoción de vegetación afectó a aves como sietecolores y trabajadores, a lo que se suma la disminución de la masa de agua, según reportaron vecinos y organizaciones locales. El hecho fue denunciado ante las autoridades, mientras la comunidad busca que este lugar sea reconocido como un humedal urbano importante para la biodiversidad.
El deterioro de los humedales en Chile vuelve una vez más a la palestra, luego de que se realizara una “limpieza” que arrasó con parte de la biodiversidad del Canal Ifarle, en la comuna de Talcahuano, Región del Biobío. Con el uso de maquinaria pesada, el pasado 15 de mayo se dragó y removió vegetación en el último tramo del canal principal, en el sector Brisas del Sol, desencadenando una reducción en la masa de agua, y destruyendo las madrigueras y hábitats de especies nativas como aves y coipos.
Por este motivo, organizaciones locales presentaron una denuncia a la Superintendencia de Medio Ambiente, a la Dirección de Obras Hidráulicas y a la Dirección de Medio Ambiente de la Municipalidad de Talcahuano, para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades. Paralelo a ello, la Municipalidad de Talcahuano presentó – por su parte – una denuncia por daño ambiental a la Brigada Investigadora de Delitos contra el Medioambiente y Patrimonio Cultural (BIDEMA) de la Policía de Investigaciones.
“Esta intervención afectó directamente a las especies que habitaban permanentemente el lugar en cuestión, especialmente a las poblaciones de coipo, ya que la maquinaria pesada arrasó con la cobertura nativa vegetal flotante y emergente, como también con sus refugios, generando desplazamientos de estos animales hacia los canales secundarios en busca de un mayor volumen de agua del Canal Ifarle, los cuales presentan una alta presión antrópica”, advierte Karim Abufarhue Bezmalinovic, ingeniero en conservación de recursos naturales y vicepresidente de la Agrupación Ecológica Canal Ifarle.
Para hacerse una idea, el canal Ifarle atraviesa la comuna de Talcahuano hasta desembocar en la bahía, y forma parte del gran sistema del humedal Rocuant-Andalién. La reciente operación con maquinaria pesada constituye un hecho más que se suma a un extenso listado de impactos, que esta vez diezmó una de las zonas del canal con menor intervención humana.
Luego de esta denunciada intervención, se ha observado un aumento de la presencia de desorientados coipos (Myocastor coypus) en los canales secundarios del canal Ifarle, presumiblemente por su búsqueda de nuevos refugios. Desde la agrupación señalan que, de los cinco individuos registrados en los monitoreos mensuales, el número aumentó a 22.
De esa forma, estos roedores nativos han quedado más expuestos a importantes amenazas, como ataques de perros y atropellos, tal como ocurrió el pasado 21 de mayo, cuando un coipo murió luego de ser atropellado al tratar de cruzar la calle.
Los coletazos de esta intervención no terminan ahí.
Otros de los afectados serían las aves, como los sietecolores (Tachuris rubrigastra) y los trabajadores (Phleocryptes melanops) que requieren grandes extensiones de plantas macrófitas para vivir. Precisamente, este tipo de vegetación fue extraída por la maquinaria, dejando pequeños fragmentos aislados. Esto sin contar los probables efectos adversos en otros grupos de especies que forman parte de la biodiversidad nativa.
El ingeniero en conservación de recursos naturales añade que “otra de las consecuencias generadas por el dragado es la disminución del volumen de agua del canal principal y de los canales secundarios, evidenciado el 15 de mayo al observarse una disminución de 35 cm. El grave problema es que actualmente el volumen sigue disminuyendo, causando preocupación por parte de los vecinos y vecinas”.
Aunque el hecho está en investigación, el también cofundador de la Agrupación Ecológica Canal Ifarle señala que, lo más probable, es que haya tratado de una “limpieza” del canal “para que el volumen del agua avance hacia el río Andalién y no genere inundaciones en los meses de invierno en las casas que se encuentran cerca de los canales secundarios. Lo preocupante de esto es la falta de consideración respecto a los impactos que esta acción puede generar”.
Como puede inferirse, aún no se ha identificado a el o los responsables de esta intervención, cuya investigación está en pleno curso. Según fuentes locales, existen distintos actores que tienen grados de incidencia en el canal Ifarle, como la inmobiliaria Valmar (que ha construido en gran parte del humedal Rocuant-Andalién) y dueños de terrenos que en algunos casos son usados como vertederos ilegales.
Consultados por Ladera Sur, la inmobiliaria Valmar indicó que no intervinieron el canal Ifarle, añadiendo que la empresa no tiene propiedades en el sector afectado.
Un problema que se repite
La Región del Biobío ha protagonizado varios conflictos ante la pérdida y fragmentación de humedales por factores como los rellenos, desvíos de agua y contaminación.
Talcahuano no ha sido la excepción, pese a que se ha reconocido el valor de sus ecosistemas, como el gran humedal Rocuant-Andalién que se emplaza dentro del polígono de un sitio prioritario para la conservación de la biodiversidad, declarado en el año 2019.
Allí se encuentran diversas especies de aves, tanto residentes como migratorias, como el cisne de cuello negro (Cygnus melancoryphus), el pato jergón grande (Anas georgica), el cisne coscoroba (Coscoroba coscoroba), el zarapito de pico recto (Limosa haemastica) y el gaviotín elegante (Thalasseus elegans), entre muchos más. No en vano ha sido reconocido por la organización BirdLife International como una de las 176 Áreas de Chile Importantes para la Conservación de las Aves (IBA).
Asimismo, se suma la presencia de otras especies, incluyendo a mamíferos como el coipo cuya población, puntualiza Abufarhue, “se ha visto afectada principalmente por la degradación y fragmentación de hábitat a causa del desarrollo inmobiliario, vertederos ilegales y residuos industriales”.
Ante la considerable mezcla de presiones y amenazas, los vecinos y organizaciones locales se han movilizado y coordinado para resguardar los distintos sectores donde sobreviven los humedales.
La Agrupación Ecológica Canal Ifarle, por ejemplo, ha conformado un equipo multidisciplinario para monitorear la biodiversidad del aludido canal y promover la educación ambiental a través de la realización de charlas en recintos educacionales, así como la elaboración y difusión de material educativo en redes sociales sobre las especies, ecosistemas y sus amenazas.
El vocero de la agrupación asegura que “cada vez notamos que vecinos y vecinas tienen un sentido de pertenencia hacia este ecosistema (humedal) por lo que para nosotros es súper importante que nuestro Canal Ifarle, sector Brisas del Sol y sector San Marcos, sea reconocido como un humedal urbano de gran importancia para la biodiversidad y no como un simple canal de aguas lluvias como es reconocido en la actualidad. De esta manera se podrían detener y prevenir acciones tan devastadoras como las que estamos denunciando”.