Advierten sobre riesgos del barreteo de algas luego de que Subpesca permitiera esta práctica en Antofagasta
Continúan las alarmas por la deforestación de los bosques submarinos en el norte de Chile. Dado que la pandemia ha generado una grave crisis social, la Subpesca publicó una nueva resolución en la que se levanta la veda extractiva del huiro palo en la Región de Antofagasta, lo que permitirá su extracción con el método del barreteo. Aunque reconocen el delicado y complejo escenario, desde Oceana señalan que esta medida podría acarrear graves consecuencias en el futuro, tanto para los ecosistemas como para las comunidades costeras. Además, señalan que la labor fiscalizadora será crucial para disminuir los riesgos y prevenir la ilegalidad en la extracción.
Preocupación generó la nueva resolución publicada por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), en la que se permite el levantamiento de la veda extractiva del recurso huiro palo (Lessonia trabeculata) en el área marítima de la Región de Antofagasta, donde hasta ahora solo se permitía la recolección de estas algas varadas.
Fue la Federación de Pescadores, Buzos y Ramos afines de Taltal, que consolida a 13 organizaciones, la que solicitó suspender temporalmente la veda del huiro palo producto de la difícil situación económica resultante de la pandemia. Considerando que la ley contempla que en escenarios de estas características se pueden tomar medidas excepcionales, tanto el Comité de Manejo de algas pardas de la región de Antofagasta, como el Comité Científico Técnico Bentónico, revisaron los antecedentes y sugirieron a Subpesca permitir la extracción del recurso a través del barreteo por un plazo de 60 días.
De las conclusiones se desprende que el Comité de Manejo considera que “las praderas de huiro palo se encuentran sanas en la región, (…) sugiere apoyar esta moción cumpliendo con los resguardos para no producir alteración al estado de situación de las praderas de huiro palo con las cuales cuenta la Región”, resguardos que fueron especificados en la resolución (ver recuadro).
Para César Astete, director de la campaña de Pesquerías de Oceana, la medida es compleja considerando, por un lado, la necesidad que algunas familias están atravesando producto de la pandemia y, por otro, los peligros que conlleva el barreteo para los ecosistemas marinos y para la crisis climática. “Cuando las algas son barreteadas es como si viéramos árboles de un bosque arrancados de raíz; técnicamente, se extraen las algas desde los discos adheridos al sustrato del fondo marino y, al ser arrancadas, no se permite la recuperación natural de un recurso que es de gran importancia ecológica para nuestro país”, plantea Astete, agregando que “entendemos la situación compleja vivida actualmente por muchos pescadores y pescadoras, pero permitir la extracción de las algas mediante el barreteo en el norte puede ser una medida cortoplacista con graves consecuencias para el futuro”, sentencia.
Precisamente, es tal la importancia de estos recursos que el huiro palo, huiro negro y huiro flotador tienen una veda extractiva desde 2016, la que fue extendida en 2018 hasta 2024 en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, permitiéndose únicamente la recolección de algas varadas en las playas.
Es importante considerar que una reglamentación de estas características responde a lo crucial que son las algas para la vida en los océanos, consideradas como uno de los hábitats más diversos y ecológicamente dinámicos, al funcionar como sitios de alimentación y zonas de reclutamiento y asentamiento larval de peces, moluscos, crustáceos y otros invertebrados, todos altamente sensibles a los cambios de temperatura y que se ven amenazados por el calentamiento global.
“Es urgente que en Chile tomemos consciencia sobre la importancia que representan los bosques de algas en nuestro país; protegerlos y extraer este recurso de forma sustentable es crucial para mantener vivos los ecosistemas marinos, permitir el barreteo es hipotecar para siempre la salud de los océanos”, señala Liesbeth van der Meer, directora ejecutiva de Oceana Chile.
Desde la organización apuntan, además, que actualmente uno de los grandes problemas es fiscalizar la extracción ilegal de algas en el norte, por lo que será aún más complejo revisar que se cumpla el barreteo tal como lo exige la resolución emanada desde Subpesca. En esta dirección, la labor fiscalizadora del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura será crucial y se requiere un plan especial que disminuya los riesgos de actividad ilegal.
Los peligros del barreteo
En el marco de la discusión del proyecto de ley bentónica, la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura del Senado aprobó la prohibición del barreteo como técnica de extracción y actualmente este proyecto se encuentra a punto de pasar a la Cámara de Diputadas y Diputados.
La gravedad del barreteo en Chile, de hecho, ha sido alertada por la comunidad científica quienes hace solo unos días hicieron un llamado a frenar esta técnica en las áreas de libre acceso antes de que sea demasiado tarde para revertir sus efectos.
El barreteo consiste en la utilización de chuzos o barretas, con los que se golpea el fondo marino, se produce un daño en el sustrato y se modifica dicho fondo produciendo verdaderos desiertos bajo el mar. Pese a la reconocida importancia ecológica y social de las algas, hoy no existen datos oficiales sobre su estado de conservación, pero sí se sabe que la depredación de los bosques de macroalgas se ha presentado como una opción para pescadores y pescadoras frente a la baja que han experimentado otros recursos del mar, lo cual llevaría a una destrucción de hábitats cruciales para muchas especies comerciales.