“Es solo arena”. Probablemente esa es la primera expresión de algunos cuando se habla de las dunas. A diferencia de ecosistemas bien posicionados como los bosques, las dunas podrían verse como montículos de arena “empobrecidos”, “estériles” e «irrelevantes». Lo cierto es que, opuesto a ello, son fundamentales al constituir no solo el refugio de una singular biodiversidad, sino también la “primera línea” de la zona costera, al recibir y mitigar – junto a los humedales – los impactos de eventos extremos como marejadas y tsunamis. Precisamente, hay un lugar de este tipo que ha acaparado especial atención por su riqueza y, a la vez, por su alto grado de vulnerabilidad. Nos referimos a Gota de Leche, en la comuna de El Tabo, en la Región de Valparaíso.

Hierba de El Tabo (Astragalus trifoliatus) ©Salvemos Gota de Leche
Hierba de El Tabo (Astragalus trifoliatus) ©Salvemos Gota de Leche

No hay una sola definición de Gota de Leche, ya que es muchas cosas a la vez. En simple, comprende las dunas más extensas de la provincia de San Antonio, así como sistemas de humedales, sectores de matorrales y bosques nativos, y una porción marina que, en su conjunto, derivan en un complejo y variopinto mosaico de ecosistemas, hábitats e intrincadas interacciones entre diversas especies. Posee igualmente un importante valor cultural, pues allí duermen restos arqueológicos precolombinos, como conchales y restos cerámicos de las culturas Bato, Llolleo y Aconcagua, que habitaron o frecuentaron esa zona del litoral hace unos 3.000 años atrás.

“Gota de Leche es parte de un importante campo dunar del litoral central, conformado por unas 500 hectáreas, localizado en la comuna de El Tabo. Hoy en día es uno de los últimos grandes campos dunares que tiene el litoral central, en especial de la provincia de San Antonio, y que presenta condiciones ideales para conservar, a pesar de las amenazas que actualmente ejercen las actividades humanas en el área”, señala Carolina Martínez, académica del Instituto de Geografía de la Universidad Católica, directora del Observatorio de la Costa e investigadora del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN).

Las presiones y amenazas que enfrenta Gota de Leche provienen de varios flancos, como la expansión inmobiliaria, la extracción de áridos, los monocultivos forestales, la contaminación y basurales, y actividades recreativas irregulares como el tránsito de vehículos que han generado, en su conjunto, distintos efectos en la naturaleza local.

Campo dunar Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche (4)
©Salvemos Gota de Leche

Así lo cuenta Nicole Osiadacz, integrante de la organización Salvemos Gota de Leche. “Lamentablemente las dunas son super poco valoradas, ya sean sus especies o la función climática que aporta. Son sostenedoras de vida, mitigadoras de olas, marejadas y posibles tsunamis, pero no hay una puesta en valor del campo dunar en Chile en general. Por algunos es visto como un territorio que no sirve. Llevamos años siendo testigos de varias amenazas, como la extracción de áridos, el tránsito de vehículos o las inmobiliarias. Hay una presión muy grande”, alerta.

De hecho, una especie que se ha convertido en un verdadero ícono de Gota de Leche es la hierba de El Tabo (Astragalus trifoliatus), una planta endémica- que solo vive en Chile- y arenícola, de delicada belleza, que ha sido registrada solo en dos localidades del país: El Tabito y Las Cruces. Dicho de otra forma, vive en una zona en extremo restringida. Su nivel de vulnerabilidad es tal, que ha sido clasificada en peligro crítico de extinción por el Ministerio del Medio Ambiente. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para que sea constantemente pisoteada y aplastada por vehículos que ingresan al territorio a sus anchas, o removidas sin miramientos por la extracción de arena.

Hierba de El Tabo (Astragalus trifoliatus) ©Nicolás Acuña (3)
Hierba de El Tabo (Astragalus trifoliatus) ©Nicolás Acuña 

Osiadacz detalla que “la hierba de El Tabo es una hierba muy pequeña, no mide más de 30 cm, la flor debe medir alrededor de 1 cm, porque es un ramillo de flores. Es un conjunto de flores muy hermoso. Y este es el único lugar en que está en el mundo, entonces, está en peligro crítico de extinción y, sobre todo, tiene la amenaza constante y diaria de cuatrimotos, de jeeperos, y de turistas que vienen a andar en moto que no hemos podido controlar. Esa es una gran amenaza para la hierba y toda la biodiversidad”.

Esta hierba es uno de los muchos motivos que llevaron a Fundación Ecosta, Salvemos Gota de Leche y a distintos actores y organizaciones a presentar y apoyar en agosto de este año un expediente al Ministerio del Medio Ambiente, solicitando la declaración de Gota de Leche como Santuario de la Naturaleza.

Hierba de El Tabo (Astragalus trifoliatus) ©Nicolás Acuña
Hierba de El Tabo (Astragalus trifoliatus) ©Nicolás Acuña

El objetivo, dicen, es proteger este lugar antes de que sea muy tarde.

¿Qué hace tan especial a Gota de Leche?

Dunas, refugio de vida y protectoras de la costa

Para hacerse una idea, Gota de Leche refugia a 71 especies de aves residentes y migratorias, cuatro especies de mamíferos, cinco de reptiles y tres de anfibios. Además, la diversidad de flora se impone con 233 especies, de las cuales 81 son nativas y 94 son endémicas, es decir, estas últimas solo se encuentran en Chile, en ningún otro lugar del mundo, tal como sucede con la hermosa y a la vez vapuleada hierba de El Tabo.

A esta planta se suman otras especies de flora y fauna que presentan problemas de conservación, como el cuervo del pantano (Plegadis chihi) que está en peligro de extinción, así como la güiña (Leopardus guigna), el olivillo (Aextoxicon punctatum), el tahay (Calydorea xiphioides) y el naranjillo (Citronella mucronata) que están clasificados en estado vulnerable.

Campo dunar Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche
©Salvemos Gota de Leche

Pero eso no es todo.

Este campo dunar empezó a formarse hace unos 11.000 años, a partir del final de la última glaciación, y como bien explica la directora del Observatorio de la Costa, sostiene “estrechas relaciones de dependencia con ecosistemas vecinos, como la playa y los humedales adyacentes. Sin estas dunas nuestras playas se erosionan y el viento, al no encontrar arenas en las playas, no puede formar las dunas interiores y por lo tanto todo el paisaje costero se degrada. Hay que recordar que las dunas han tenido un rol de protección ante muchos tsunamis que han afectado nuestra costa y en 2010 salvaron muchas vidas humanas al mitigar el impacto de las olas del tsunami”.

En Gota de Leche existen diferentes tipos de dunas, como las antedunas que estabilizan la playa y la protegen de la erosión costera, “y dunas libres localizadas al interior del campo dunar donde es posible identificar flora endémica. El campo dunar presenta una relevancia biogeográfica debido justamente a este endemismo particular”.

Flora higrofila en Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche
Flora higrófila en Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche

También hay reservorios de agua por los distintos tipos de humedales que allí se emplazan, como las albuferas y marismas, aportando de esa forma una serie de beneficios – o servicios ecosistémicos – relevantes para el humano y el resto de la biodiversidad, así como la regulación climática. A esto se suma su relevancia cultural y educativa debido a importantes sitios arqueológicos y a las características medioambientales que poseen un elevado potencial educativo y turístico. “En síntesis, un verdadero laboratorio para realizar educación ambiental, turismo sustentable e investigación científica”, destaca Martínez.

Conchales ©Nicole Osiadacz
Conchales ©Nicole Osiadacz

Inclusive, todas sus cualidades y condiciones le han valido la denominación de refugio climático, ya que permitiría la sobrevivencia de distintas especies al mitigar los efectos de este adverso escenario de crisis climática. La investigadora de CIGIDEN detalla que “esto hace que Gota de Leche sea un enclave de gran valoración para procesos adaptativos y de alta resiliencia al cambio climático, por concentrar campos dunares, playas y humedales costeros, estos últimos verdaderos sumideros de carbono y reductores de gases de efecto invernadero”.

Sin embargo, así como ha ocurrido con varias dunas en el país, Gota de Leche enfrenta amenazas significativas, partiendo por la falta de valoración.

Desde las 4×4 hasta el robo de arena

“Por años la importancia de las dunas se ha invisibilizado en nuestra sociedad, siendo tildadas de paisajes áridos, sin vida y sin un rol activo en la sustentabilidad de la costa. Ello también explica por qué muchos proyectos inmobiliarios que hoy son un emblema de la insostenibilidad han podido ser ejecutados”, asevera Martínez, en alusión a edificios como San Alfonso del Mar en Algarrobo, Santa María del Mar en Rocas de Santo Domingo y tantos otros localizados en las dunas de Cartagena, El Tabo y Las Cruces.

Campo dunar Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche
Campo dunar Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche

Por un lado, Gota de Leche ha sido fuertemente impactada por el desarrollo inmobiliario, facilitado por la ya conocida falta de planificación y ordenamiento territorial en Chile que no considera la biodiversidad, y fomentado en parte por la alta demanda de segundas viviendas. No cabe duda del común anhelo de vivir en zonas rodeadas de naturaleza, aunque vale cuestionarse cuál es el límite para, precisamente, no borrarla del mapa.

Osiadacz advierte que “existe una gran presión de los asentamientos humanos sin planificación previa, esa es la gran presión que nosotros tenemos porque ya pusieron al límite de la duna dos edificios de como 20 pisos, donde intervinieron el estero el Canelo. Además, esta misma inmobiliaria está abriendo un camino justo al medio de la duna, para salir directo a la playa, es una amenaza que se puede ver. Ya está pasando”.

Huella de tránsito de vehículos en campo dunar Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche
Huella de tránsito de vehículos ©Salvemos Gota de Leche

A esto se suman las actividades no reguladas de ocio y turismo que se manifiestan en el frecuente tránsito de vehículos como camionetas, jeeps o motos, pese a que su ingreso está prohibido tanto por una ordenanza municipal en El Tabo como por una Orden Ministerial N°2 del Ministerio de Defensa vigente desde 1998.

Entre los principales impactos que ocasionan los vehículos en playas, dunas, y otros ecosistemas se encuentra la erosión o compactación de los suelos; la perturbación o pérdida de biodiversidad local, como plantas y animales (por ejemplo, huevos y polluelos de aves playeras que mueren aplastados); conflictos sociales con otros usuarios de estos espacios; y daños al patrimonio cultural y arqueológico, como los mencionados conchales y cerámicas.

Hierba de El Tabo al lado de huella vehicular ©Salvemos Gota de Leche
Hierba de El Tabo al lado de huella vehicular ©Salvemos Gota de Leche

Frente a este problema, la organización Salvemos Gota de Leche está trabajando – con el apoyo del Municipio – en la creación de una Comisión de Fiscalización que evite el ingreso de vehículos motorizados, que realice capacitaciones y que fomente la educación ambiental, para generar conciencia sobre los impactos de esa práctica en el resto de la ciudadanía.

Diálogo sobre impactos de tránsito de vehículos ©Salvemos Gota de Leche
Diálogo sobre impactos de tránsito de vehículos ©Salvemos Gota de Leche

Paralelo a ello, han elaborado señaléticas e intervenido algunos espacios, como un antiguo basural que pasó a tener murales comunitarios cuyas protagonistas son emblemáticas especies como el pilpilén y la hierba de El Tabo. De esa manera buscan visibilizar y poner en valor la enorme riqueza local.

Intervención en Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche
Intervención en Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche
Intervencion muro entrada al Santuario ©Salvemos Gota de Leche
Intervencion muro entrada al Santuario ©Salvemos Gota de Leche
Elaboración de señalética ©Salvemos Gota de Leche
Elaboración de señalética ©Salvemos Gota de Leche

Pero si hay un factor de difícil manejo y que genera alta controversia en la provincia de San Antonio es la extracción de áridos, una actividad que, en términos generales, es regulada en Chile por normas dispersas en distintos cuerpos legales, que depende, por ejemplo, de si el suelo es público o privado, como bien describe este documento de la Biblioteca del Congreso Nacional. Para sacar arena se requiere de un pago de derechos y/o patente municipal, aunque existe actualmente un alto grado de ilegalidad. Gota de Leche no es la excepción.

La extracción de arena del campo dunar de Gota de Leche es una práctica de larga data. Mientras algunos han sacado áridos a escala artesanal, otros lo hacen a nivel industrial, ocupando para tal fin maquinaria pesada de alto tonelaje en sectores como Las Salinas, Sergio Álamos y Fundo Santa Margarita.

Extracción de áridos en campo dunar Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche
Extracción de áridos ©Salvemos Gota de Leche

De hecho, hace pocos días la Superintendencia del Medio Ambiente formuló cargos por infracciones gravísimas en contra de Establecimientos de Turismo Aquelarre Ltda., titular del Fundo Santa Margarita, por la extracción industrial de áridos que superó los 100 mil metros cúbicos (m³) de material removido entre los años 2012 y 2018, sin contar con la autorización de una Resolución de Calificación Ambiental (RCA).

Asimismo, una publicación de Bastián Brito de 2017  calculó que el volumen de arena extraída en una faena ilegal en el sector Sergio Álamos, en la comunidad José Santos Pérez, rondó los 31.200 m³, mientras que en otros sitios cercanos, como El Tabito, la cifra ascendió a 961.500 m³. Estos son algunos ejemplos de muchos más.

La científica de CIGIDEN explica que “la extracción de arenas es una de las actividades que más deteriora la estructura y el funcionamiento de las dunas junto con la urbanización, estas han sido por décadas las principales presiones que reducen la superficie de los campos dunares en Chile y que destruye el hábitat de especies endémicas, y por lo tanto, de la biodiversidad”.

En efecto, este lucrativo negocio ha desencadenado en la zona una serie de transformaciones geomorfológicas, canteras, desequilibrios en los sedimentos de la playa y la anteduna, alteración de los cauces de ríos y otros cuerpos de agua, y por supuesto, pérdida de biodiversidad. Los vestigios arqueológicos tampoco se han librado, pues los antiquísimos conchales y restos cerámicos de culturas como la Llolleo también han sido expuestos y afectados.

Restos cerámicos en Gota de Leche ©Nicolás Acuña
Restos cerámicos en Gota de Leche ©Nicolás Acuña

Consultada por Ladera Sur, la seremi del Medio Ambiente de la Región de Valparaíso, Victoria Gazmuri, señala que “sin duda que la extracción de áridos es una de las grandes amenazas a las cuales se encuentran sometido gran parte de los cuerpos de agua y sus riberas, así como también las dunas en la Región. En este contexto, cabe destacar que este tipo de actividades son gestionadas por el municipio correspondiente una vez que la Dirección de Obras Hidráulicas, DOH, del MOP emite un informe técnico. Cabe señalar que el Ministerio del Medio Ambiente no cuenta con facultades en materia de fiscalización y sanción, sin embargo, como Seremi apoyamos las gestiones para coordinar, entre los servicios con competencia y los municipios, las actividades de fiscalización relacionadas al tema”.

De hecho, un hito en esta materia ocurrió en febrero de este año cuando fue destituido el alcalde de El Tabo, Emilio Jorquera, por infringir el principio de probidad y por las irregularidades ocurridas durante el ejercicio de su cargo ante la venta y distribución de áridos de una sociedad ligada al edil comunal y que no contaba con calificación ambiental suficiente, según detalló el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel). El procedimiento fue iniciado en ese entonces por la concejala Gloria Carrasco e involucró al ya mencionado Fundo Santa Margarita.

Campo dunar Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche
Campo dunar Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche

Luego, en abril del 2020 asumió en su reemplazo como edil Alfonso Muñoz Aravena, quien hasta ese entonces se desempeñaba como concejal. El actual alcalde se ha reunido con distintas organizaciones para abordar este problema ambiental.

El abogado y director jurídico de la Municipalidad de El Tabo, Alexis González, indica a Ladera Sur que la actual administración de la Municipalidad está tratando de ponerle freno a este asunto, pero esto es histórico. Acá todas las autoridades gubernamentales y comunales han llegado tarde. Nosotros estamos reuniendo antecedentes para poder sumarnos a lo que está haciendo la Superintendencia del Medio Ambiente con la finalidad de que llegue a buen puerto. En paralelo, la Municipalidad está estudiando la posibilidad de iniciar acciones legales por daño ambiental contra aquellas empresas o personas que están realizando extracción ilegal de áridos. Si tú me preguntas qué permisos, patentes o licencias entrega la Municipalidad de El Tabo, solo ha entregado patentes para el acopio y venta de áridos, no para la extracción. Por eso es ilegal”.

En esa línea, González añade que la Dirección de Obras de la Municipalidad busca avanzar en el resguardo y control del ingreso a las dunas a través de “la declaración de predios abandonados de aquellos propietarios que no se hagan cargo de sus predios y que facilitan el acceso al campo dunar”.

Dunas de Gota de Leche en 2015 ©Salvemos Gota de Leche
Dunas de Gota de Leche en 2015 ©Salvemos Gota de Leche

Lo anterior es de especial interés, ya que en la zonificación del campo dunar existen distintos terrenos privados que abarcan el área, y por donde acceden quienes sacan arena.

Finalmente, González aboga a las mayores atribuciones fiscalizadoras de la Superintendencia. “Lo importante ahora es ponerle atajo a esto con la finalidad de seguir evitando el daño ambiental, y para eso la municipalidad, dentro de sus facultades, va a agotar todos los recursos e instancias que tenemos, porque estamos regulados por una Ley Orgánica Municipal que tiene un contorno delimitado, y si bien podemos establecer fiscalizaciones, y clausuras en algunos casos (a propósito de la aplicación de la Ley de Renta), hoy día la Superintendencia del Medio Ambiente, y mañana los tribunales ambientales, tienen algo más qué decir que nosotros”, asegura.

El tesoro marino

Chungungo (Lontra felina) ©Nicolás Acuña
Chungungo (Lontra felina) ©Nicolás Acuña

Para hablar de Gota de Leche también es necesario voltear hacia el mar. La porción marina de este lugar ha generado alto interés pues “hay muchos bosques de macroalgas que funcionan como refugio y soporte de otras comunidades de animales, como los peces, erizos, crustáceos, etc. Hay especies de corales blandos, que son las gorgonáceas, que están en general mucho más profundo, pero que en este sector están desde los 15 metros, entonces es muy interesante. En estos bosques se pueden encontrar muchas cápsulas de pintarroja, que es un tiburón de Chile, de tamaño pequeño. Acá se ven principalmente posturas de estos tiburones, y de rayas también”, puntualiza Osiadacz.

Gorgoneas y cápsulas de rayas ©Alejandro Pérez
Gorgoneas y cápsulas de rayas ©Alejandro Pérez

Estos bosques también ayudan en el control de la erosión costera y absorben el impacto de las cada vez más recurrentes marejadas. Ante potenciales presiones y amenazas que son frecuentes a lo largo de la costa chilena, como el barreteo o deforestación marina, resulta apremiante la implementación de medidas que también resguarden esta zona marina, para evitar un declive en toda su biodiversidad.

Macroalgas ©Nicole Osiadacz
Macroalgas ©Nicole Osiadacz

La esperanza en un santuario de la naturaleza

Para Salvemos Gota de Leche, la protección de la biodiversidad local es una carrera contrarreloj. Por ello las fichas están puestas en un futuro santuario de la naturaleza que resguarde una superficie de 467 hectáreas, incluyendo al campo dunar y la zona costera.

Esta iniciativa ha sumado el apoyo de la academia, de organizaciones ciudadanas, parlamentarios, y de autoridades locales como la Municipalidad, mientras se espera la respuesta desde la cartera de Medio Ambiente en los plazos establecidos.

Playa Salinas en Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche
©Salvemos Gota de Leche

En cuanto a la existencia de los predios privados en las dunas que se buscan proteger, la seremi de Medio Ambiente precisa que “para nosotros es de gran relevancia que en un proceso de declaratoria de santuario de la naturaleza el o los propietarios estén de acuerdo con la protección. Si bien legalmente no es exigible, si es un aspecto clave para conseguir una conservación y gobernanza efectiva del área que se busca proteger”.

En ese sentido, Gazmuri agrega que “los proponentes se han comprometido a realizar un acercamiento con los propietarios involucrados en el área que se pretende proteger, de manera de sociabilizar la propuesta e informar de los alcances de la misma”.

En definitiva, y ante este cúmulo de desafíos mayúsculos, donde ha sido la proactividad de los ciudadanos la que ha empujado esta propuesta, Martínez asegura que Chile necesita más áreas protegidas e instrumentos de planificación territorial efectivos que resguarden la biodiversidad de estresores como las inmobiliarias y extracción de áridos, y que velen por los ecosistemas cada vez más críticos en un escenario de crisis socioambiental global.

Taliepus en zona marina de Gota de Leche ©Nicole Osiadacz
Taliepus en zona marina de Gota de Leche ©Nicole Osiadacz

“Para poder concretar el Santuario de la Naturaleza para Gota de Leche es muy importante la coordinación de los distintos actores sociales locales en todo el proceso de esta figura de protección formal. No sirve de nada proteger si la comunidad no está involucrada y si las autoridades no establecen un compromiso formal de apoyo, ya que de ellos depende que se mantenga protegido y conservado este territorio costero”, argumenta la académica de la Universidad Católica.

La vocera de Salvemos Gota de Leche coincide: “Consideramos clave articular las redes para poder mejorar el empoderamiento local de la comuna, y trabajar con el sector público y privado para alianzas estratégicas y para co-construir este tejido social y ambiental en este ecosistema tan vulnerable. También queremos fortalecer los liderazgos que pueden surgir de todos estos diálogos, y generar una buena gobernanza en este territorio, como Gota de Leche. Por eso estamos luchando para que esto sea un santuario, para que mis nietos puedan conocer y disfrutar del paisaje y la espiritualidad que te entrega este campo dunar. No es algo solo visual, es también algo más profundo, es una conexión con el entorno, contigo y con tus antepasados”.

Campo dunar Gota de Leche ©Salvemos Gota de Leche (1)
©Salvemos Gota de Leche 

En ese sentido, el cuidado de lugares como Gota de Leche requeriría un cambio mucho más profundo que abandone la noción de la conservación como un elemento que obstaculiza el desarrollo, para asumir que la naturaleza en su complejidad es la impostergable matriz de la cual depende el bienestar y la resiliencia de la sociedad.

“Proteger Gota de Leche involucra reconocer una nueva ética con la naturaleza, donde valoramos los importantes servicios ecosistémicos que nos provee, cada vez más escasos en el mundo y que permitirán que generaciones futuras puedan hacer un uso de un paisaje costero saludable, capaz de prestar estos mismos servicios protegiendo la vida humana y de todas las formas de vida que sostiene. Involucra también tomar decisiones inteligentes, sustentadas en conocimiento científico dado que el Expediente de Santuario que ha presentado la Fundación Ecosta levanta todos los componentes del sistema natural y cultural sobre la base de un exhaustivo trabajo científico, lo cual no deja dudas respecto al valor natural y patrimonial que tiene este campo dunar. Sin duda, un ejemplo a seguir para otros campos dunares en Chile que hoy necesitan de manera urgente formas de protección y conservación”, concluye.

Por ello el santuario podría abrir una gran puerta para que las futuras generaciones conozcan las múltiples bondades de Gota de Leche, y a criaturas de pequeña talla y tan únicas como la hermosa hierba de El Tabo.

Hierba de El Tabo (Astragalus trifoliatus) ©Nicolás Acuña
©Nicolás Acuña
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