Todo sobre las mal llamadas plagas de murciélagos
Al llegar el verano, es común escuchar sobre las habitual –y erróneamente– llamadas “Plagas de Murciélagos”. Aquí nuestro colaborador invitado de la semana, Ignacio Fernández Latapiat, ecólogo e investigador que se ha especializado en el estudio de los quirópteros, nos cuenta más sobre este fenómeno y entrega una serie de indicaciones sobre qué hacer en caso de encontrarse con un murciélago este verano.
A medida que se va la primavera, dando paso al calor estival, empiezan a aparecer como por arte de magia en la prensa escrita y en la TV los reportajes de las comúnmente llamadas “Plagas de Murciélagos”.
Para comenzar me gustaría citar una noticia que se publicó a principios del 2017 donde se señala: “ISP confirma plaga de murciélagos en todo el país” (Publimetro, martes 10 de enero del 2017). Este tipo de enunciado es una de muchas noticias que hacen alusión a las mal llamadas plagas de murciélagos. Si bien este tipo de reportajes buscan informar a la comunidad de los cuidados que debe tener la gente cuando se encuentra con un murciélago en la calle o en la propia casa, les hacen un flaco favor a los quirópteros, ya que se les sigue demonizando y dando una fama que no se merecen.
La RAE define plaga como “aparición masiva y repentina de seres vivos de la misma especie que causan graves daños a poblaciones animales o vegetales”. Esto no aplica a las colonias de murciélagos por varias razones. Primero, porque los murciélagos no son animales dañinos sino, por el contrario, benéficos para el ser humano. Por ejemplo, cumplen un importante rol en el control de plagas agrícolas, ahorrando mundialmente millones de dólares en el uso de pesticidas. También cumplen un rol primordial en la reforestación de bosques tropicales al favorecer la dispersión de semillas.
Segundo, los quirópteros tampoco aparecen repentinamente en una casa. Lo que ocurre es que las hembras concentran las pariciones en un mismo lugar y tiempo, creando una suerte de “guardería”. Esta guardería les sirve para mantener a los juveniles el tiempo necesario hasta que puedan volar por sí solos, lo que generalmente dura entre 1,5 a 2 meses. En este período de tiempo las hembras se alternan para el cuidado de las crías cuando la colonia se encuentra afuera en busca de alimento, lo cual se ve reflejado en un mayor tránsito de murciélagos en estos sitos, por cuanto las hembras salen a alimentarse y vuelven reiteradamente a la colonia a amamantar a las crías.
Una vez que las crías de los murciélagos empiezan a explorar el mundo probando sus técnicas voladoras (período en el cual son aún muy torpes), es cuando entran en contacto con la gente y sus mascotas. Los juveniles pueden ingresar a las casas o colgarse en su periferia principalmente por fatiga luego de un largo vuelo donde no han consumido suficientes insectos. Estos ejemplares suelen ser confundidos por la gente como ejemplares con rabia.
¿Qué hacer al encontrarse con murciélagos?
En caso de encontrarse con un murciélago en la casa, es importante tener claro que ellos no vuelan al pelo de las personas, ni al color blanco, ni tampoco atacan sin provocación. También hay que recordar que son especies protegidas por la ley de caza, lo que prohíbe su caza y captura. Sin embargo, frente a esta situación, podemos sacar al ejemplar de manera sencilla, tal como explico a continuación.
Técnica segura para atrapar un murciélago dentro de la vivienda:
1. Colocación de guantes para cualquier manipulación; hay que recordar que los murciélagos son potenciales portadores del virus de la rabia. Se recomiendan guantes de cuero o aislantes eléctricos, gruesos.
2. Acercarse de manera tranquila al murciélago para prevenir que este se asuste y se estrese más de lo necesario.
3. Encerrar al murciélago cuidadosamente un pote, caja o un tarro pequeño, cuidando que este no tenga bordes afilados que vayan a dañarlo.
4. Deslizar una hoja de papel bajo del recipiente para que el murciélago se separe del muro o suelo y caiga al recipiente.
5. Llevar el murciélago a fuera de la casa y colocarlo en un árbol. El murciélago escalará por el árbol y podrá volar al atardecer.
Ahora, si la colonia es demasiado grande y genera molestias, existen formas para sacarla de la casa sin necesidad de erradicarla ni de llamar a una empresa fumigadora o controladora de plagas. Esto gracias a que las colonias suelen poseer más de un refugio, por lo cual solo basta con la colocación de una exclusa para que los murciélagos una vez estando afuera no puedan entrar a la casa, forzándolos a que se vayan a sus sitios alternativos y dejando así de ocupar la casa.
Primero hay que identificar las salidas de la colonia. Esto se hace con dos o más personas con experiencia en quirópteros observando la casa al crepúsculo y al amanecer. Una vez identificado el lugar por donde salen los murciélagos, se puede colocar al día siguiente un cono de exclusión. Estos conos son estructuras que permiten que los murciélagos salgan de las colonias, pero no puedan entrar.
Una vez que esta exclusa haya estado por unos cuantos días se puede retirar y proceder a sellar la salida con material que no se dañe con el sol y la humedad. Lo que se busca dejando esta exclusa por varios días es que la totalidad de la colonia haya salido de la casa y no queden murciélagos rezagados al interior de ésta al momento de sellar definitivamente la vivienda.
Este tipo de intervenciones no es posible hacerlas cuando los murciélagos están en el período de crianza (diciembre- febrero) ya que acá solo podrían salir los adultos y no las crías dejando todos los juveniles sin la posibilidad de alimentarse. Además, el Artículo 5º.- de la ley de caza prohíbe en toda época levantar nidos, destruir madrigueras y recolectar crías. Lo cual estaría protegiendo los refugios de murciélagos durante estos meses. Por lo tanto, entre diciembre y enero no se pueden intervenir las colonias de murciélagos y en noviembre y marzo hay que evaluar la composición de la colonia, antes de proceder a la colocación de la exclusa por personas con experiencia en el tema.
Este tipo de acciones no deberían ser hechas por empresas fumigadoras y controladoras de plagas, en la cual apliquen productos químicos, ya que estos podrían llevar a la muerte de la colonia. En la actualidad existen empresas que hacen relocalización de colonias con esta metodología, la cual ha dado excelentes resultados.
Para la gente que tiene una colonia de murciélago en la casa, no deben olvidar que el murciélago es un reservorio natural del virus de la rabia. El Boletín del Instituto de Salud Pública menciona que desde el año 2008 al 2013 se recibieron 10.588 muestras las cuales 3.9% fueros positivos a rabia (Boletín ISP, Vol.3, No.9. Agosto 2013). Este dato debe sopesarse sobre la base de que la muestra se trata de animales enfermos, monitoreos o murciélagos que fueron llevados al laboratorio para su diagnóstico, y no de un estudio general (o sin sesgo) de su población. En base a esto se espera que el porcentaje de ejemplares con rabia en estado silvestre sea mucho menor.
No obstante, es responsabilidad compartida de la autoridad, los científicos y de la sociedad el actuar en forma responsable. Esto implica educar a la población correctamente sobre murciélagos y mecanismos de transmisión de la rabia; mantener a las mascotas vacunadas; manipular murciélagos de forma segura; y efectuar el control de perros y gatos vagos en las calles, de forma de minimizar la diseminación del virus rábico en zonas urbanas.