Pingüinos de Chile: los extraordinarios buceadores que «vuelan» en los mares del hemisferio sur
Mientras el hemisferio norte tiene a los osos polares, el sur alberga a los pingüinos, las sorprendentes aves no voladoras que, en cambio, son excelentes buceadoras. Estos animales viven en las costas de lugares como Sudáfrica, Antártica, Perú y, por supuesto, Chile. En Ladera Sur te invitamos a conocer a las nueve especies presentes en territorio nacional. ¿Puedes diferenciar a los pingüinos de Humboldt y Magallanes? ¿O al penacho amarillo del macaroni? ¡Te invitamos a corroborarlo a continuación!
Cuando hablamos de aves, quizás lo primero que viene a nuestra mente son las criaturas voladoras que nos conmueven con sus melodiosas vocalizaciones y amplia gama de colores.
Sin embargo, hay un grupo de aves acuáticas que vive casi exclusivamente en el hemisferio sur del planeta, y que no pueden emprender el vuelo, aunque pareciera que así lo hicieran en las frías aguas de los lugares que habitan, ya que son avezados buceadores. Se trata de los pingüinos, animales marinos que protagonizan películas y documentales, o que inspiran apodos como el que reciben los escolares en nuestro país.
Estos animales también vocalizan para comunicarse con sus pares. Además, son gregarios, es decir, se agrupan en colonias que están presentes en las costas de lugares como Nueva Zelanda, Sudáfrica, Antártica, Perú y, por supuesto, Chile.
Vale destacar que todavía no existe consenso científico sobre cuántas especies de pingüinos existen en total, oscilando la cifra entre los 17, 18 y 19, ya que aún persisten dudas sobre su clasificación (controversia que no abordaremos en esta ocasión). No obstante, lo que sí podemos afirmar es que nueve de ellas están presentes en nuestro país, ya sea en el continente o en territorio antártico chileno.
En general, los principales depredadores de los pingüinos son mamíferos marinos como las orcas y las focas. En tierra firme, en tanto, se enfrentan a otras aves como el petrel y la skúa, las cuales pueden atacar a sus polluelos, los cuales son incubados, criados y cuidados por ambos padres, con ciertas variaciones de acuerdo a la especie.
Como es de esperarse, el humano también ha generado fuertes presiones y amenazas. La intervención y deterioro de su hábitat, la mortalidad por la pesca (entrampamiento con redes, y el uso de dinamita o de los mismos pingüinos como carnada), la crisis climática, la contaminación (como vertimiento de petróleo), la caza ilegal o la introducción de especies exóticas en su ecosistema son, en general, algunas de las acciones de origen humano que han diezmado sus poblaciones.
Por todo lo anterior, consideramos muy importante conocer aspectos generales de estas curiosas aves marinas.
¡Mira a las nueve especies a continuación!
Pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti)
El también denominado “pájaro niño” es oriundo de las costas y mares de Chile y Perú, ya que es endémico – único – de la corriente de Humboldt. En nuestro país habita desde el límite norte hasta Chiloé, en la Región de Los Lagos.
Mide alrededor de 70 cm de largo, y se caracteriza por el color negro de su cabeza y parte posterior, que contrasta con el blanco de su cuello y zona frontal, la cual presenta, a su vez, una franja negra, similar a una “U” invertida. Tanto la base de su pico como alrededor de los ojos presentan una coloración rosada, mientras que sus patas son de un gris oscuro.
Se alimenta de pequeños peces como anchovetas, pejerreyes y sardinas, así como de otros organismos como calamares y crustáceos.
Sus colonias reproductivas más importantes se encuentran en las islas costeras de la Región de Coquimbo y Atacama, incluyendo a la emblemática Reserva Nacional Pingüino de Humboldt.
En cuanto a su estado de conservación, se encuentra en estado “vulnerable” de acuerdo con la clasificación del Ministerio del Medio Ambiente, es decir, enfrenta un grado de amenaza.
Pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus)
Esta ave vive en la costa sur tanto del océano Pacífico como del Atlántico. A nivel nacional, es posible encontrarlo entre las regiones de Los Lagos y Magallanes, y en contados sitios más al norte.
Mide alrededor de 73 cm. Su cabeza y zona posterior también es negra, con el cuello y parte anterior blanca. Por todos estos rasgos, es muy fácil confundirlo con su pariente humboldtiano, con el cual comparten también cierta distribución, pero una forma sencilla de distinguirlos es que el pingüino magallánico presenta dos líneas negras en el pecho, mientras que el de Humboldt tiene solo una, como puedes observar en la siguiente imagen, donde hay un ejemplar de cada especie.
Su dieta consiste principalmente en anchovetas y sardinas, y en menor medida en crustáceos y cefalópodos.
Esta ave no figura en la clasificación del Ministerio del Medio Ambiente, pero se encuentra “casi amenazada” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Pingüino rey (Aptenodytes patagonicus)
Se encuentra en los mares del extremo austral, desde la Patagonia hasta Australia. En nuestro país existe una pequeña colonia en Bahía inútil, emplazada en Tierra del Fuego, en la Región de Magallanes y Antártica Chilena.
Con un tamaño de 95 cm se posiciona como el segundo pingüino más grande del mundo. Su cabeza es negra, mientras que su cuello y parte posterior presentan un color gris azulado oscuro. Al frente, en tanto, es blanco, mostrando en la zona superior del pecho su brillante – y característico – amarillo anaranjado, mismo color que posee en la parte auricular de la cabeza. Las patas son grises y el pico delgado, con una línea lateral anaranjada.
Se han identificado dos subespecies de pingüino rey: Aptenodytes patagonicus halli y A. patagonicus patagonicus, siendo esta última la que se encuentra en territorio nacional.
Esta ave no está clasificada por el Ministerio del Medio Ambiente, pero de acuerdo con la UICN está catalogada en “preocupación menor”.
Pingüino emperador (Aptenodytes forsteri)
Se erige como la especie de pingüino más grande del mundo, pudiendo superar los 120 cm de altura. Vive solo en la Antártica, incluyendo el territorio chileno en el continente blanco.
En contadas ocasiones se ha reportado su visita “accidental” a nuestro continente, específicamente en sitios de la Región de Magallanes y del lado argentino.
Esta ave se distingue por su cabeza, espalda y alas negras, y por la parte frontal blanca. En el sector superior del pecho exhibe un tono amarillo pálido, así como un amarillo más intenso a la altura de los oídos.
Los peces, crustáceos como el krill y cefalópodos como el calamar forman parte de su menú.
No está incluido en el listado del Ministerio del Medio Ambiente, pero la UICN lo clasifica como “casi amenazado”.
Pingüino macaroni (Eudyptes chrysolophus)
Este animal integra el grupo de los pingüinos “crestados”, denominación que reciben por sus distintivos penachos amarillos que ornamentan su cabeza. Esta especie en particular se encuentra en el extremo sur de Sudamérica, en las islas subantárticas de los océanos Índico y Atlántico, y en la Península Antártica. En el caso de nuestro país, está presente en la Región de Magallanes.
Su longitud aproximada es de 71 cm, y sus característicos penachos – de color amarillo anaranjado – van desde el centro de su frente hacia atrás, por encima de sus ojos. La cabeza y parte posterior son de un negro azulado, mientras que la zona frontal de su cuerpo es blanca. Sus ojos son rojos y las patas rosadas.
También se alimenta de peces, cefalópodos o krill.
Este animal marino no está en la clasificación chilena, pero de acuerdo con la UICN se encuentra en estado “vulnerable”.
Pingüino de penacho amarillo (Eudyptes chrysocome)
Esta ave “salta-rocas” se distribuye en islas subantárticas. Respecto a Chile, es posible hallarlo en la Región de Aysén hasta las islas Diego Ramírez, en la Región de Magallanes.
A diferencia del macaroni, con el cual son muy similares, el penacho amarillo es más pequeño, ya que no supera los 60 cm. Otra forma de distinguirlos son por sus penachos, los cuales sobresalen desde la cabeza en el caso del Eudyptes chrysocome, y no desde la frente como el pingüino anterior.
Respecto al resto del cuerpo, su plumaje en el abdomen es blanco, y negro en la cabeza y dorso. Sus “cejas” son amarillas y posee un tipo de “corona” o copete en la cabeza. Sus ojos son rojos y las patas rosadas.
Su menú está compuesto por crustáceos, cefalópodos y peces.
No está clasificado por el Ministerio del Medio Ambiente, pero en la UICN figura en estado “vulnerable”.
Pingüino papúa (Pygoscelis papua)
La distribución del “pingüino juanito” es circumpolar, o sea, alrededor del polo, hallándose de esa manera en aguas antárticas y subantárticas. En lo que respecta a nuestro territorio, es posible encontrarlo en las cercanías de isla Navarino y Cabo de Hornos.
Su tamaño bordea los 80 cm de longitud y se caracteriza por su dorso y cabeza negra, vientre blanco, y por la franja blanca que se extiende entre ambos ojos, por encima de la cabeza, como si fuera una clase de cintillo. Además, sus patas son naranjas y sus ojos café.
La dieta del papúa se compone de peces, calamares y crustáceos como el krill.
En cuanto a su estado de conservación, la UICN cataloga a esta especie como “preocupación menor”. Por otro lado, no ha sido evaluado en Chile.
Pingüino de Adelia (Pygoscelis adeliae)
Al igual que el pingüino emperador, esta especie se restringe a la Antártica e islas cercanas.
Es de tamaño mediano, bordeando los 70 cm de alto, y posee un plumaje negro azulado que se extiende por la cabeza y dorso hasta la cola. Por otro lado, la parte frontal es blanca desde el cuello hasta los pies. Se destacan por el círculo blanco alrededor de sus ojos, lo que le ha valido también el nombre de “pingüino de ojo blanco”. Sus patas son pálidas, variando entre el color rosado o blanquecino.
Se alimenta básicamente de krill, peces, anfípodos y calamares.
Esta especie tampoco está clasificada por el Ministerio del Medio Ambiente, pero está catalogada como “preocupación menor” en la UICN.
Pingüino barbijo (Pygoscelis antarcticus)
Su distribución es circumpolar, es decir, alrededor del polo. Se concentra para nidificar en grandes colonias en la Península Antártica y en las islas que rodean al continente blanco.
Su altura ronda en los 75 cm. El barbijo posee el dorso negro, mientras que la zona frontal es blanca. La mejor forma de distinguirlo es por su particular y fina franja negra que se extiende entre ambos lados de la cabeza, pasando por debajo de sus ojos cafés y pico negro, como si fuera una barba o cordel. Sus patas, en tanto, son rosadas.
Se alimenta casi exclusivamente de krill y, en menor medida, de peces y crustáceos.
En cuanto a su estado de conservación, el barbijo no está incluido en la clasificación de especies del Ministerio del Medio Ambiente, aunque según la UICN está en “preocupación menor”.