Etienne de France: “Es extremadamente importante que el arte continúe abordando las causas de la crisis climática”
El artista Etienne de France inauguró su nueva exposición “Contra la sequía de los signos” en el MNBA, en el marco de la Bienal de Nuevos Medios. Tatiana Pavez, de Fundación Mar Adentro nos comparte las reflexiones de su obra que habla de los problemas de la Araucanía Andina y del rol del arte frente a la crisis ambiental y social, entre otras cosas.
Against the Drought of Signs (Contra la sequía de los signos), del artista Etienne de France, es una obra inmersiva que indaga en las formas de representación en un bosque bajo el contexto de la Araucanía Andina, donde la industria y el monocultivo continúan provocando importantes conflictos territoriales y trastornos ecológicos. Una instalación audiovisual que forma parte de la 14 Bienal de Artes Mediales y de la muestra colectiva El Tercer Paisaje, que se presentará hasta el 17 de noviembre, en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Desde los inicios de su carrera, Etienne de France, viene desarrollando un trabajo artístico que busca profundizar las relaciones entre los conceptos de naturaleza y paisaje. Ahora, Against the Drought of Signs, es un espacio de simbolismo y emancipación que aborda parte de los problemas sociales y ambientales de la Araucanía.
Against the Drought of Signs (Contra la sequía de los signos) busca dar cuenta del fracaso del hombre moderno y los conceptos que resaltan en ese contexto: como el patrimonio del colonialismo, el patriarcado, la propiedad privada y la representación racional moderna de la naturaleza como un paraíso ideológico externo, lo que intenta registrar, analizar y representar un bosque en las ruinas del capitalismo y la deforestación intensiva.
Al utilizar la noción de mímesis (imitación de la naturaleza) las proyecciones de esta instalación audiovisual son una analogía del bosque como cine; su relación con la luz, sombras y el crecimiento. Un relato que da cuenta de infinitos universos, de múltiples capas y de diversas narraciones, eventos, cuentos de destrucción, de vida y de futuros emancipados del tiempo y de las limitaciones de los medios de comunicación. Así, los diferentes elementos de su obra nos incitan a preguntarnos si somos capaces de pensar y actuar más allá de nuestros comportamientos turísticos, científicos o culturales inmediatos, que han reducido y transformado a los bosques a espacios y seres homogéneos.
En esta entrevista el artista nos cuenta más sobre la importancia de su residencia en Bosque Pehuén -área bajo protección privada de Fundación Mar Adentro- y del rol de arte frente a la crisis ambiental y social, entre otras cosas.
¿Cuándo comienzas a abordar la naturaleza en tu trabajo artístico?
He cuestionado los conceptos de naturaleza y paisaje desde el comienzo de mi práctica artística, así, los temas relacionados con el medio ambiente han estado presentes desde siempre en mi trabajo. Mis estudios, la estadía en Islandia entre el 2005 y 2012, la crisis financiera e inmobiliaria, así como los conflictos ambientales en este país (Francia), han orientado el camino de mi trabajo. Por ejemplo, el año 2010, hice Icelandtraincity, que era la descripción de una ciudad imaginaria móvil, “autosuficiente” y de trenes modulares en el futuro de Islandia, que aprovechaba toda la energía hidroeléctrica de los recursos locales.
¿Cómo surge tu interés por la naturaleza?
Mi interés por la naturaleza y el paisaje proviene de una larga proximidad e interacción con bosques, praderas, ríos y prados. Esto surge de forma orgánica y se relaciona con el tiempo que he pasado en el campo desde mi infancia.
¿Puede el arte ayudar a los seres humanos a conectarse con la naturaleza?
Sí, creo que sí, como pueden serlo también otras prácticas -por ejemplo, prácticas agrícolas sostenibles-. Pero, como primer ejemplo, el arte puede resaltar y exponer las separaciones ilusorias e ideológicas construidas entre el ser humano y la naturaleza.
¿Cómo evalúas el papel del arte frente a la crisis climática y social?
El arte a través de diversos procesos representacionales y relacionales permite reflexionar y hablar sobre la crisis climática y la crisis social. Pero más allá de la importante tarea de transmitir, amplificar e ilustrar los hechos que los científicos nos dicen durante años y décadas, es extremadamente importante que el arte continúe abordando las causas de la crisis climática y el papel de los responsables de la misma (gobiernos neoliberales y capitalistas, empresas, el colonialismo, extractivismo, militarización, financiarización de la naturaleza), y luego participar en la acción y los movimientos sociales.
El arte, a través de representaciones, formas poéticas y alianzas (cooperaciones y transdisciplinariedad) puede participar en la resistencia, e ir más allá de los eternos sistemas financieros de compensación de carbono, geoingeniería y otras soluciones globalizadoras del «Antropoceno», para proponer, preparar, imaginar y actuar por la igualdad y justicia ecológica.
A la luz de los recientes acontecimientos en Chile, estoy seguro de que el arte puede ayudar y participar en la construcción de futuros comunes urgentes y necesarios.
Tú participaste en dos residencias en Bosque Pehuén (área bajo protección privada de Fundación Mar Adentro destinada a la conservación) ¿Cuál fue la relevancia de estas residencias en tu trabajo?
Ambas residencias fueron cruciales en la evolución conceptual de mi trabajo y, por lo tanto, también en su forma de producción. Aprender y trabajar con y desde el contexto es una inmensa fuente de aprendizaje para los diálogos críticos que han dado forma a mis trabajos recientes.
Las residencias me han permitido profundizar y ampliar mi práctica artística de dibujar relaciones con el bosque. Las condiciones en Bosque Pehuén, como estar diariamente en el bosque, el trabajo de la residencia y viajar por el área, fueron un formato ideal para sumergirse profundamente en investigaciones, lecturas y producción artística.
En ambos momentos y en el contexto multidisciplinario de esta residencia, pude aprender de las investigaciones científicas realizadas en la reserva de Bosque Pehuén, aprender de la situación política y económica de la región de la Araucanía en Chile, así como también de las iniciativas de conservación. También fue extremadamente decisivo e importante aprender de la historia mapuche, leer y escuchar de múltiples fuentes y perspectivas, sobre la dramática situación política actual; los conflictos de tierras y las perturbaciones ecológicas, además de conocer la visión mapuche sobre ecología y su inmemorial relación con los bosques.
Para la realización de tu obra trabajaste con el poeta Leonel Lienlaf y el antropólogo Diego Milos: ¿En qué consistió este trabajo?
El trabajo con Leonel y Diego giró en torno a la traducción de un poema galés llamado Kat Godeu (La batalla de los árboles) al mapuzungun y español. Y la colaboración con Leonel condujo también a la inclusión de su poema Ka wün (Transformación) en el sonido de mi instalación audiovisual. Esto luego se incluye a modo de pequeña publicación como segunda pieza de la instalación Against the Drought of Signs. En esta edición, la versión en mapuzungun y la versión galesa coexisten junto con la traducción al español del antropólogo Diego Milos y una versión en inglés. Para mí, proponer a Lienlaf, que escribiera la primera traducción de Kat Godeu en mapuzungun, significa no solo una simple solicitud para traducir una versión ya traducida, sino más bien una manifestación de transformación.
¿De qué se trata el poema galés?
Este poema galés, conservado en un manuscrito del siglo XIV, conocido como el Libro de Taliesin, cuenta la historia de Gwydion, figura mítica y mago, que anima a una multitud de plantas del bosque a luchar como su ejército. Su complejidad y distintas capas revelan múltiples niveles de interpretación, ya sean políticos, históricos, literarios, rituales o relacionados con el conocimiento de las plantas.
¿Con qué sentimientos te gustaría que se quedara alguien que vio tu obra «Contra la sequía de los signos»?
Si este trabajo es de varias capas con contenido político, creo que todos deberían tener su propio sentimiento de esta obra. La poesía y el bosque son grandes e increíbles agentes multifacéticos que nos permiten imaginar libremente, dudar, proyectar, reaccionar y actuar.