Pocos saben que a unos cuantos kilómetros de Santiago (86 km), en el sector del Alfalfal, se encuentra una de las cascadas más grandes de Chile: un salto de varias caídas que suman alrededor de 500 m de desnivel. Hace unos meses Catalina Alegría, trailrunner, guió a un grupo de mujeres hasta la zona para realizar esta ruta de 30 km aproximadamente (sólo ida) en dos días, fusionando las disciplinas de trekking y trail running. Aquí, nos cuenta su experiencia y nos da los datos indispensables para tener en cuenta para los que se aventuren a realizarla.

©Sergio Fuentes
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Hace cuatro años Catalina Alegría y su mejor amiga, Cindy Meneses, formaron un grupo de salidas outdoor en el que invitaban a recorrer diversas zonas de la zona central para disfrutar de los deportes outdoor. Una iniciativa que continúan realizando pero a la que ahora han sumado un enfoque solidario: “Hace 2 años cambiamos el enfoque para relacionarlo a la ayuda social. Estamos llenos de estímulos, los niños en siria, personas sin hogar, personas con cáncer que el AUGE no los acoge, y decidimos que estas salidas tuvieran un trasfondo. El monto que pagan las personas que participan se dona a una causa, en este caso a pacientes con cáncer. No es mucho nuestro impacto, pero es algo. Es un comienzo. Y de repente si no podemos ayudar tanto económicamente, al menos hacemos ruido”, comenta Catalina.

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¿Su última aventura? Liderar a un grupo de mujeres amantes de los deportes al aire libre para realizar la travesía al Gran Salto del río Olivares. “Éramos 16 mujeres  y realizamos los primeros 15 km como trekking, acampamos, y al día siguiente otros 13 km de trail running”, cuenta Catalina quien además asegura que la iniciativa tenía la intención de empoderar a más mujeres a aventurarse a realizar travesías deportivas en la disciplina que ellas manejen; de motivar a todas las potenciales aventureras, pero a través del trabajo en equipo.  “El proyecto Travesía de Mujeres al Gran Salto río Olivares se gestó al ver que las travesías son por lo general cosa de hombres o de mujeres que van acompañadas de hombres. Falta empoderamiento femenino y más trabajo en equipo para lograr estos desafíos. Por lo mismo, también seleccionamos a mujeres de diferentes disciplinas (la mayoría son trailrunners), diferentes edades y condiciones deportivas”, asegura.

La ruta

©Sergio Fuentes
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La travesía, que recorre antiguas sendas utilizadas por la explotación minera, la caza y la actividad ganadera, tiene una extensión de 30 km de ida aproximadamente, y por lo general se realiza en 4 días estimando jornadas de seis horas de caminata continua. Catalina Alegría y el equipo de mujeres que lideró, lo realizaron en dos. Esto ya que al segundo día, no sólo realizaron los 13 km restantes  –ida y vuelta– en modalidad trail running, sino que además desarmaron el campamento y recorrieron los 15 km que las llevarían nuevamente al punto de partida. “El último día fue duro, recorrimos como 44 km”, comenta.

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Para llegar al inicio del sendero, hay que tomar la ruta G-25 que se interna por el Cajón del Maipo desde Santiago. Al llegar al sector de Las Vizcachas, se cruza el puente sobre el río Colorado y se debe tomar el desvío a la izquierda que lleva a los villorrios de Maitenes y Alfalfal bordeando la ribera sureste del río. Son aproximadamente 21km de camino pavimentado hasta llegar al pueblo de Alfalfal y a la central hidroeléctrica homónima, donde se encuentra la barrera de control de la empresa AES Gener.  “El camino está en buen estado y bien señalizado, es fácil llegar. Eso sí yo pondría cuidado con autos muy bajos porque de repente hay piedras.  Pero hay que tener en cuenta que antes de partir se tiene que pedir permiso a Bienes Nacionales para ingresar. La persona a cargo es Gonzalo Deteran (Gonzalo.detran@senderodechile.cl)”, acota Catalina.

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La ruta es relativamente fácil y no tiene mayor desnivel: unos 800 metros en todo el circuito. “Es un valle bien solitario. La primera mitad de ida es más fácil que la segunda parte. El primer camp está a 7.5 km aprox. pero no hay agua. Así que si quieren quedarse ahí, lo mejor es desviarse –800 metros aprox.– en el km 6 a la izquierda, donde hay unas cascadas y puedes tomar agua. Recomiendo llevar un filtro de agua si tienes que tomar agua de la cascada”, dice la corredora y acto seguido confiesa que para ella, lo mejor es llevar harta agua para aguantar hasta el kilómetro 15 o 16 donde está el segundo camp. “Ahí hay agua y es cristalina”.

©Bladimir Parraguez Castillo2
©Bladimir Parraguez Castillo

En la ruta hay que cruzar varias pasadas de río. En los primeros 15 km de caminata son alrededor de 3 o 4, siendo la última la más grande. “Llega el agua hasta la rodilla y si eres baja, el muslo. Por eso recomiendo llevar zapatillas de cambio, si no, al otro día vas a tener que partir con todas las zapatillas mojadas”, asegura.

©Bladimir Parraguez Castillo
©Bladimir Parraguez Castillo

En el segundo tramo de la ruta, cuando uno se dirige al salto, viene la parte más agotadora del sendero. “Uno ya viene con las piernas cansadas entonces se siente más. Además, si la ruta completa tiene 800 m de desnivel positivo, yo creo que casi todo o por lo menos unos 500 está en la parte final. Desde el kilómetro 15 al 28 o 30 hay muchas pasadas de río. Ahí los ríos son más fuertes, pero nunca tan complicados de pasar. Se recomienda pasar con cuerdas”, enfatiza Catalina.

Después de todo este esfuerzo la recompensa es impresionante: el Gran Salto del río Olivares, compuesto por dos grandes cascadas.

¿Te interesa realizar esta travesía? En SUDA puedes encontrar la ruta del primer día en este enlace, y la ruta del segundo día en éste.

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