Recorrieron más de 5.000 km por aire y mar para viajar desde Rapa Nui, hacer un alto en el Archipiélago de Chiloé y, luego, trasladarse hasta la Reserva Natural de Melimoyu. Fue una aventura de aprendizaje integral, cuyo propósito era profundizar el interés de los jóvenes integrantes de la agrupación Hinarere O Te Vaikava por la ciencia, además de ser una forma de enlace de los territorios insulares por lo que ellos pasaron.

Este primer viaje, realizado entre el 8 y 15 de marzo y enmarcado en un proyecto de cooperación entre la Fundación MERI y la Municipalidad de Rapa Nui, inició en el Archipiélago de Chiloé con la visita de los jóvenes al Astillero Zegers y al Parque Tantauco donde recorrieron el sendero “Siempreverde” o “De Darwin”, para luego seguir camino hasta el sector de Chaiguata y conocer el vivero y sendero “Bosque Hundido”.

©Fundación Meri
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El frío, la humedad y la frondosa vegetación; el bosque nativo y la gran variedad de especies terrestres y marinas, fueron las características de la zona que más llamaron la atención de los jóvenes pascuences a su llegada a la Reserva Natural de Melimoyu.

La experiencia ha sido única, inolvidable. En la isla (de Pascua) tenemos un ecosistema demasiado diferente, más seco. Al llegar acá lo que más me sorprendió es que está lleno de árboles, y el mar es muy helado”, dice Mihi´ua Lagos (14).

Sin embargo, pese a lo maravilloso del paisaje, la joven agrega que – en comparación con Rapa Nui- en los lugares que recorrieron todavía no hay una preocupación real por eliminar la basura de las playas. “Es necesario promover en los colegios la conservación marina porque sirve mucho y es muy divertido a la vez”, dice.

©Fundación Meri
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Tangaroa Atán (14) comparte la idea de que se trató de una experiencia especial y señala que debería haber muchas iniciativas de conservación en el país “para estar pendientes de todas las especies que se están extinguiendo”.

Fueron siete días de diversas actividades en las que los jóvenes compartieron con parte del equipo de Fundación MERI, así como con las comunidades que visitaron.

Para Francisca Cortés Solari, presidenta de la Fundación MERI, este viaje es el inicio de un trabajo conjunto con la Municipalidad de Rapa Nui y con la agrupación Hinarere O Te Vaikava. “Esta experiencia es un hito. El solo hecho de que estos jóvenes puedan trasladarse tantos kilómetros para conocer y aprender en un entorno con tanta riqueza natural, será un hecho que marcará positivamente sus vidas y su amor por la ciencia”, concluyó.

Sobre Hinarere O Te Vaikava

©Fundación Meri
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La agrupación Hinarere O Te Vaikava es una iniciativa, creada hace tres años, que ha contado con el apoyo de la Municipalidad de Isla de Pascua desde sus inicios buscando fortalecer las capacidades relacionadas a la conciencia sobre la conservación del mar Rapa Nui. Lo componen una treintena de niños y jóvenes, de entre 13 y 19 años, con intereses ligados al mar.

Durante sus años de funcionamiento, a través de talleres teóricos, experiencias prácticas, observación y salidas a terreno, han aprendido del océano y los problemas medioambientales que le ocurren, dando como fruto tres generaciones de estudiantes universitarios que hoy cursan carreras ligadas al mar como biología marina, ingeniería en medioambiente, oceanografía, entre otros. Actualmente, trabajan en un proyecto de recolección de microplástico en la playa de Ovahe y para financiar sus iniciativas, reutilizan ese material convirtiéndolo en decoración de carcasas para celulares y llaveros.

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