El olor a combustible se percibe en medio de las negociaciones de la COP30. Hasta la sala de prensa se vio invadida por las emanaciones de los motores de los aires acondicionados en el venue que volvió a sufrir los embates de las intensas e intermitentes lluvias amazónicas. A pesar de que los avances en los puntos calientes como financiamiento, medidas comerciales y compromisos nacionales no mostraron novedades en la jornada, los pedidos de la sociedad civil para abandonar el petróleo, el gas y el carbón no dejan de resonar. 

Vista general de la ceremonia de apertura de la COP30. Foto: Hermes Caruzo

Por el momento, los delegados, que ayer vieron reforzada su seguridad tras los incidentes de la noche anterior, no parecen oír los reclamos. Representantes de los pueblos originarios trajeron sus reclamos en cientos de embarcaciones. Pero sólo es un botón de muestra. Se espera para el sábado una masiva movilización organizada por la Cumbre de los Pueblos en una ciudad acostumbrada a peregrinar por el Cirio de Nazaret cada año. Los habitantes de la ciudad lo saben y lo esperan. Habrá que ver si reaccionan los delegados en la zona Azul, protegida por Naciones Unidas.

El desfile náutico de la Cumbre de los Pueblos reúne a más de 200 embarcaciones en la Bahía de Guajará durante la COP30. Foto: Hermes Caruzo.

“Esta Cumbre Climática en plena Amazonía es una oportunidad única para convertirse en un punto de inflexión para la implementación de lo ya acordado en las cumbres anteriores. Necesitamos un plan concreto para poner fin a la deforestación para 2030, que asegure el financiamiento directo a los pueblos que los protegen y una hoja de ruta clara hacia la salida de combustibles fósiles, para avanzar en una transición energética justa”, explica Hernán Giardini, coordinador de campaña de Bosques de Greenpeace Andino.

Una patrullera de la Armada se observa en la isla de Combu, en Belém. La isla de Combu es la cuarta más grande de las 39 islas que conforman la región insular de la ciudad de Belém, Pará. La población local se compone principalmente de habitantes ribereños, y las actividades económicas se concentran sobre todo en el turismo y las industrias extractivas. Foto: Sergio Moraes.

La protesta de los pueblos indígenas

El miércoles por la mañana, en la apertura de la Cumbre de los Pueblos, una barqueta con más de 200 embarcaciones copó la Bahía de Guajará, en Belém, en un potente acto político sobre las aguas. 

Foto: Aline Massuca

Durante la conferencia de prensa, el cacique Raoni Metuktire —símbolo mundial de la lucha indígena— volvió a rechazar la explotación petrolera y minera en territorios amazónicos y exigió respeto por los pueblos que habitan la selva. “Hablé con los presidentes Lula y Macron para que no permitan perforaciones petroleras aquí, ni autoricen el proyecto Ferrogrão”, dijo, y lanzó con humor pero firmeza: “Si es necesario, le jalaré la oreja al presidente Lula”. El mensaje llega en un momento clave: Petrobras acaba de recibir luz verde para explorar petróleo en la Margen Ecuatorial.

Por otro lado, para Raoni, la soja es hoy el enemigo número uno de las comunidades indígenas. “Provoca cada vez más deforestación, contamina nuestros ríos y nuestras tierras. Los bosques están cayendo a cambio de nada”, advirtió.

La ministra Sônia Guajajara recorre los pasillos de la Zona Azul junto a indígenas. Foto: Rafa Neddermeyer

“Esta es una conferencia de cambio climático en la Amazonía, pero no con la Amazonía. La Amazonía no está presente. Tenemos representantes de los gobiernos, pero no están representados los ríos, los bosques, la biodiversidad. Queremos que estas conferencias cambien y que sean representaciones de la naturaleza. No tienen que ser conferencias antropocéntricas”, opina Pablo Solón, activista y diplomático de Bolivia.

A la espera del avance de las negociaciones

La sesión plenaria de ayer por la tarde—en la que se iba a hacer un “balance” de cómo avanzan las negociaciones de esta COP30—duró exactamente… tres minutos. No está claro si es que había mucho para decir, o muy poco, pero el tiempo fue el suficiente para anunciar que más consultas eran necesarias. Eso sucederá hoy y mañana, con el “balance” reprogramado para el sábado. En tanto, los países continúan limando asperezas en materia de finanzas, medidas comerciales unilaterales, contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, en inglés) e informes bienales de transparencia.

Foto: Aline Massuca

“El ambiente entre las delegaciones es muy constructivo. Hay borradores para la mayoría de los temas de las negociaciones. Los delegados están ansiosos por trabajar y lograr un resultado final”, comenta Lilian Chagas, negociadora de Brasil en la COP30.

Colombia lidera negociaciones de energía

Colombia está liderando las negociaciones sobre energía vinculadas a la Declaración de Belém, y busca reunir apoyos suficientes para presentar un acuerdo cerrado ante la presidencia brasileña. Con algunas reformas al texto original, Chile, Panamá, Tuvalu, los Países Bajos, Dinamarca, Sudáfrica y algunos miembros de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS, en inglés) apoyarían la iniciativa. Francia y la Unión Europea la están revisando; Reino Unido dijo que la firmará si los demás lo hacen; Australia se opone a cualquier mención a las licencias o a las subvenciones a los combustibles fósiles; y la Alianza Más Allá del Petróleo y el Gas (BOGA, en inglés) está mostrando señales positivas y podría convertirse en un apoyo clave.

Presidente de Colombia, Gustavo Petro. Foto: Paulo Mumia

El contexto mundial que urge acción

Las emisiones globales de carbono por combustibles fósiles siguen subiendo y en 2025 podrían alcanzar un récord histórico de 38,1 mil millones de toneladas. Según el Informe del Presupuesto Global de Carbono, si seguimos así, los 170 mil millones de toneladas de dióxido de carbono que nos permitirían no superar 1,5°C se acabarán en apenas cuatro años. A nivel mundial, las emisiones son un 10% más altas que en 2015, cuando se adoptó el Acuerdo de París. O sea: vamos por el camino equivocado. En América Latina, tanto Argentina como Brasil registran ligeras caídas en 2024 respecto del año anterior, el primero llegando a 171,1 Mt de dióxido de carbono y el segundo a 483,0 Mt.  

“Países como Colombia y los pequeños Estados insulares están liderando la iniciativa para construir un futuro sin combustibles fósiles a través de un tratado sobre los combustibles fósiles. Están demostrando que el verdadero liderazgo climático proviene de los más afectados, no de los contaminadores que bloquean el progreso. El camino a seguir está claro, la pregunta es si los gobiernos finalmente seguirán el ejemplo de aquellos que ya están liderando el camino”, señaló Alex Rafalowicz, director del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.

Impulso de las energías limpias

La energía solar está rompiendo récords y, junto con un crecimiento moderado de la eólica, superó el aumento de la demanda mundial de electricidad en los primeros tres trimestres de 2025, según un nuevo informe de Ember. Gracias a este impulso de las energías limpias, se espera que la generación fósil en el sector eléctrico global se mantenga estable en 2025, por primera vez desde la pandemia de COVID-19. El informe destaca que la energía solar se ha convertido en el motor dominante del cambio del sistema eléctrico global. China lidera la carga, aportando más de la mitad del crecimiento entre enero y septiembre con 280 TWh (+44% interanual), seguida por Estados Unidos (+71 TWh, +30%) y la Unión Europea (+52 TWh, +20%).

Foto: Mark Stebnicki

Mente climática

La acción climática no fracasa por falta de soluciones, sino cuando se quiebra la confianza y se derrumba la cooperación. El nuevo informe COP30 de ClimateMind revela que los factores psicológicos son clave en los resultados de las negociaciones, pero siguen casi ignorados en la gobernanza global. En un mundo dividido, con pérdidas climáticas crecientes y presión sobre las instituciones multilaterales, el éxito —según el informe— dependerá no solo de las finanzas y la tecnología, sino de la capacidad humana para sostener la cooperación, la legitimidad y la agencia compartida bajo presión.

Venezuela en la COP30

La tensión en el mar Caribe no deja de subir tras la llegada del portaaviones estadounidense Gerald Ford y el despliegue masivo de las Fuerzas Armadas venezolanas en todo el país. Mientras Guyana acaba de firmar un contrato de exploración petrolera offshore con TotalEnergies por cinco años, el operativo estadounidense ya dejó 20 embarcaciones bombardeadas en aguas internacionales del Caribe y el Pacífico, y 76 muertos.

Foto: Aline Massuca

Aun así, Venezuela sigue activa en la COP30: hay 71 delegados inscritos, mientras la tensión geopolítica se filtra entre pasillos y conversaciones. Durante su paso por Belém, el gobernador de California, Gavin Newsom, no esquivó el tema: “¿Qué ha pasado con el debido proceso, con la ley? Soy de la vieja escuela, creo en el imperio de la ley, no en el imperio de las armas. No quiero perder mi república. Trump no cree en lo que creían nuestros padres fundadores. No cree en los sistemas de control y equilibrio. Es escalofriante ver esas escenas, Estados Unidos volando barcos sin transparencia y sin el consentimiento del Congreso”.

Newsom llegó a esta COP30 para marcar distancia con Trump. Ayer sostuvo una serie de reuniones bilaterales para fortalecer las alianzas de California en América Latina en áreas de clima e innovación. Con la ministra de Medio Ambiente de Colombia, Irene Vélez, abordó la nueva estrategia climática del país y profundizó la colaboración en biodiversidad, energía limpia, transporte, soluciones basadas en la naturaleza y reducción de metano. Asimismo, se reunió con autoridades de Chile para ampliar la cooperación a través de la Alianza para la Energía Limpia y el Clima, y firmó un nuevo memorando de entendimiento enfocado en el metano.

Hito histórico: Declaración sobre la Integridad de la Información sobre el Cambio Climático

Doce países firmaron la Declaración sobre la Integridad de la Información sobre el Cambio Climático, marcando la primera vez que Estados se comprometen formalmente a combatir la desinformación climática.

La primera dama de Brasil, Janja Lula da Silva, y la ministra de Cultura, Margareth Menezes, asistieron al panel “Narrativas y storytelling para afrontar la crisis climática” durante la COP30. Foto: Aline Massuda

El acuerdo se dio a conocer tras la publicación de una carta abierta firmada por 375 organizaciones, académicos y líderes mundiales en la que se pide un compromiso de alto nivel para garantizar información precisa y respaldada por la ciencia sobre cuestiones climáticas críticas. Brasil ha convertido la lucha contra la desinformación en una parte fundamental de su agenda.

Los 12 países pioneros son: Brasil, Bélgica, Canadá, Chile, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, España, Países Bajos, Suecia y Uruguay.

Cifras clave del evento

En el día temático de la Justicia y los Derechos Humanos de esta COP30, algunos datos que ilustran la urgencia que se vive en nuestros territorios:

2.253 defensores del ambiente y el territorio fueron asesinados o desaparecidos entre 2012 y 2024. En 2024, un tercio de ellos eran indígenas o afrodescendientes.

117 defensores de la tierra y el medio ambiente fueron asesinados el año pasado (82% del total) en América Latina, 48 de ellos en Colombia —el país con más asesinatos a nivel mundial por tercer año consecutivo— y 20 en Guatemala. A ello se suman al menos 18 en México y al menos 12 en Brasil.

250 millones de personas han sido desplazadas dentro de sus países debido a desastres meteorológicos en la última década. Esto equivale a 67.000 personas desplazadas por día, y representa un aumento del 10% en comparación con la media de los últimos 10 años hasta finales de 2023.

86 millones de personas desplazadas habitaban, a junio de este año, en países con una exposición alta o extrema a amenazas climáticas.

Comenta esta nota
·