En las vastas llanuras y humedales de Chile, miles de aves migratorias encuentran refugio vital en su largo viaje a través de América. Sin embargo, estos ecosistemas, esenciales para su supervivencia, están amenazados por el cambio climático y la expansión urbana. Ante estas problemáticas, en Chile se implementará un modelo pionero de infraestructura natural para proteger estos humedales, resguardando así tanto la biodiversidad que albergan como a las comunidades que dependen de ellos. Este plan forma parte del Americas Flyways Initiative (AFI), programa que busca movilizar hasta 5 mil millones de dólares para implementar soluciones basadas en la naturaleza e infraestructura sustentable.

La iniciativa, que está siendo desarrollada por la National Audubon Society, BirdLife International y CAF, se centrará en dos humedales clave: Rocuant-Andalién, en la región del Biobío, y Río Maipo, en Valparaíso. Ambos albergan una rica diversidad de aves migratorias, siendo esenciales para la biodiversidad de Chile. El humedal Rocuant-Andalién es hogar de más de 160 especies de aves, mientras que Río Maipo alberga más de 190 especies, lo que representa aproximadamente el 40% de las aves migratorias del país.

En este sentido, el humedal Rocuant-Andalién ha enfrentado una creciente presión debido a la expansión urbana y la alteración del uso del suelo. Esta situación es especialmente grave para especies en peligro, como el pitotoy chico y el zarapito de pico recto. Por lo mismo, el objetivo principal del proyecto es transformar áreas específicas del humedal Rocuant-Andalién en parques inundables.

Esta intervención no solo protegerá el hábitat de las aves, sino que también reducirá el riesgo de inundaciones y tsunamis en la zona urbana de Concepción. De esta forma, las soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración de estos humedales, son fundamentales para mitigar los efectos del cambio climático y aumentar la resiliencia de las comunidades cercanas.

Para conocer más sobre esta iniciativa, conversamos con Marshall Johnson, director de Conservación de Audubon, quien fue parte de una delegación que vino de visita recientemente a Chile para comenzar con la ejecución del proyecto.

Visita Humedal Rocuant-Andalién. Créditos: National Audubon Society.
Visita Humedal Rocuant-Andalién. Créditos: National Audubon Society.
Pilpilén. Créditos: Pio Marshall.
Pilpilén. Créditos: Pio Marshall.

—¿Por qué eligieron el humedal Rocuant-Andalién como uno de los focos para el proyecto de conservación en Chile?

—Elegimos el Sistema de Humedales Rocuant Andalién como uno de los focos para el proyecto de conservación ya que reúne un conjunto de criterios claves como la extensión del humedal, el tamaño de la población y diversidad de aves migratorias, además del estado de amenaza internacional de las aves. Adicionalmente, en la Iniciativa de Rutas de Aves Migratorias de las Américas (AFI, por sus siglas en inglés) hemos creado una herramienta que integra estos criterios y facilita la elección de sitios clave.

—¿Qué tan crucial es el humedal Rocuant-Andalién para las aves migratorias en términos de biodiversidad y refugio?

—Con una extensión de casi 2 mil hectáreas, el humedal Rocuant-Andalién ha sido reconocido como un Área de Importancia para la Conservación de las Aves (IBA, por sus siglas en inglés). En él habitan alrededor de 160 especies de aves, muchas de las que dependen de este ecosistema para completar su ciclo migratorio en la ruta del Pacífico. Estas aves pasan una parte significativa de sus vidas en Chile, por lo que su conservación no solo es una responsabilidad local, sino una tarea hemisférica para garantizar su supervivencia.

Humedal Rocuant-Andalién. Créditos: National Audubon Society.
Humedal Rocuant-Andalién. Créditos: National Audubon Society.
Canal El Morro. Créditos: Daniel Paz Peña.
Canal El Morro. Créditos: Daniel Paz Peña.

—¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las aves migratorias debido a la expansión urbana y el cambio climático en esta área? 

—En los últimos años, el humedal ha enfrentado una creciente presión debido al avance urbano, la fragmentación causada por infraestructura como carreteras y aeropuertos, y el cambio en el uso de suelo para actividades agrícolas y residenciales. Estos factores han reducido su extensión y alterado las condiciones necesarias para la biodiversidad. La disminución de hábitats adecuados obliga a muchas especies a desplazarse a zonas menos seguras y con menor disponibilidad de alimento, afectando su supervivencia. Además, el aumento de perros asilvestrados representa una amenaza adicional, ya que depredan nidos y perturban a las aves en sus áreas de descanso.

—El proyecto busca transformar tres áreas clave del humedal Rocuant-Andalién en parques inundables. ¿Cómo ayudaría esta estrategia a mitigar los efectos del cambio climático y las amenazas naturales como los tsunamis en la zona urbana de Concepción?

—A través de la Iniciativa de Rutas de Aves Migratorias de las Américas (AFI, por sus siglas en inglés), se busca restaurar el humedal y reducir el riesgo de inundaciones en el área metropolitana de Concepción, que abarca las comunas de Penco, Hualpén, Talcahuano y Concepción. Al aumentar las zonas de infiltración en el entorno del humedal, se disminuirá el impacto de las crecidas en aproximadamente 290 hectáreas, beneficiando a más de 20 mil personas y cerca de 4 mil hogares.

El proyecto propone tres soluciones basadas en la naturaleza en zonas clave del humedal. En el sector de Carriel Norte, se establecerá una zona de transición entre la ciudad y el humedal costero, implementando un sistema de drenaje urbano sostenible para mitigar la degradación ambiental y prevenir inundaciones. En los humedales Paicaví y Vasco da Gama-Chimalfe, se instalará un parque urbano que funcionará como barrera contra inundaciones, promoviendo la restauración ecológica del hábitat de aves migratorias. Finalmente, en el sector del Río Andalién, el enfoque estará en la restauración ecológica del borde del río, la creación de una cicloruta y el desarrollo de un parque de conservación con infraestructura para la recreación y educación ambiental de la comunidad. Además, esta intervención mejorará la gestión del agua durante lluvias intensas, reduciendo el riesgo de erosión y anegamiento.

Si bien la restauración de humedales tiene efectos positivos ante eventos naturales extremos, el proyecto AFI no está diseñado específicamente para mitigar los efectos de los tsunamis.

Playeros blancos. Créditos: Sebastian Herzog.
Playeros blancos. Créditos: Sebastian Herzog.

—¿Cuál es el impacto que el deterioro de humedales, como el Rocuant-Andalién, puede tener en las rutas migratorias de las aves en América?

—Durante nuestra visita al humedal, pudimos observar directamente las amenazas que enfrenta este ecosistema, a pesar del esfuerzo de la comunidad local por protegerlo. La reducción de su superficie ha limitado las áreas donde miles de aves encuentran descanso y alimento antes de emprender su viaje de regreso al hemisferio norte, recorriendo más de 10 mil kilómetros. Estos humedales en algunos casos son puntos de paso, pero en muchos casos son el destino final de un épico viaje en donde esperan contar con alimento y refugio durante gran parte de su ciclo de vida; son espacios fundamentales para la supervivencia de muchas especies migratorias.

—¿Qué especies de aves migratorias consideran más vulnerables en esta región y por qué?

—Según los últimos hallazgos y reportes internacionales, en general las poblaciones de aves están disminuyendo en nuestro continente, pero sin lugar a dudas uno de los grupos más impactados por la desaparición y degradación de sus hábitats son las aves playeras migratorias. Entre un 50 y 60% de la población humana vive en ciudades costeras donde generalmente se encuentran los humedales de los que estas aves dependen para reproducirse, alimentarse y refugiarse durante su ciclo de vida. Sin ir más allá, el año pasado 16 especies de aves playeras se reclasificaron a un estado mayor de amenaza según la UICN, esto quiere decir que en algunos casos las poblaciones de estas aves se han reducido en más de un tercio. Las aves nos hablan fuerte y claro: estamos perdiendo estos ecosistemas clave que no solo son importantes para las aves, son fundamentales para nuestro bienestar y poder enfrentar la triple crisis ambiental. Entre estas especies podemos mencionar al pitotoy chico y zarapito de pico recto. Por otra parte, encontramos a especies de aves playeras residentes como el pilpilén, cuyo éxito reproductivo en varias zonas del país está siendo muy bajo o nulo, debido a diversas razones, entre ellas el tránsito de vehículos motorizados en playas y dunas, por eso es necesario que el proyecto de ley que busca prohibir esta actividad sea prontamente aprobado y entre en vigencia una labor que ha sido impulsada por la ROC y diversas organizaciones.

Zarapito de pico recto. Créditos: Pio Marshall.
Zarapito de pico recto. Créditos: Pio Marshall.

—El proyecto tiene un enfoque basado en soluciones naturales. ¿Podría explicarnos cómo este modelo podría aplicarse a otros humedales clave para las aves migratorias en Chile?

—Muchos de los lugares que sirven de hábitat crítico a las aves también tienen el potencial de absorber gases de efecto invernadero y almacenar carbono de forma natural.  Debemos mantener y restaurar estos lugares para combatir el cambio climático y proteger a las aves que amamos. En el caso de los humedales, también pueden servir para ayudar a proteger a las comunidades de las inundaciones.

Este enfoque de soluciones basadas en la naturaleza (NbS – por sus siglas en inglés) puede aplicarse a cualquier ecosistema clave tanto para las aves migratorias como para las personas. Por ejemplo, con un alcance más amplio, las NbS pueden restaurar y conservar los humedales y las cuencas hidrográficas que los alimentan, generando ingresos para las comunidades locales y beneficios para los municipios que dependen de estos recursos para su salud y bienestar. Las investigaciones indican que las NbS podrían proporcionar alrededor del 30% de la mitigación rentable necesaria al 2030 para estabilizar el calentamiento por debajo de los 2°C (IUCN, 2020). También ofrecen una defensa eficaz contra los impactos y riesgos a largo plazo del cambio climático, que es la mayor amenaza para la biodiversidad.

—¿Qué papel juega la restauración de humedales en la conservación global de las aves migratorias?

—La conservación de las aves migratorias plantea un gran desafío, y es que debemos revertir la disminución de la reproducción de estas aves, por lo que es clave que las estrategias para la conservación incluyan información del ciclo anual de una especie migratoria. Por esto, su conservación requiere acciones coordinadas en todo el hemisferio, sin embargo, estas acciones deben diseñarse e implementarse localmente. Es aquí en donde la conservación y restauración de humedales en las rutas migratorias juega un rol clave, ya que estos humedales son lugares de descanso y alimentación para estas aves.

Aviturismo. Créditos: Manuel Pinochet.
Aviturismo. Créditos: Manuel Pinochet.

—¿Cómo planean involucrar a la comunidad local y las autoridades en la protección y restauración de estos ecosistemas?

Desde 2019, Audubon ha trabajado en la zona a través del programa GEF de Humedales Costeros del Ministerio del Medio Ambiente (MMA) y en proyectos de resiliencia costera en conjunto con partners locales, como la Fundación Bandada. A lo largo de estos años, hemos mantenido una relación estrecha con las municipalidades de Penco, Talcahuano, Concepción y Hualpén, así como con organizaciones comunitarias que han sido fundamentales en la protección del humedal, incluso antes de nuestra llegada.

Un ejemplo destacado es el trabajo de Luisa Valenzuela, quien ha liderado la conservación del humedal Vasco da Gama–Chimalfe, parte del sistema Rocuant-Andalién. En los últimos años, hemos colaborado con ella en diversas iniciativas para resguardar este ecosistema, que no solo es crucial para las aves migratorias, sino también para las comunidades que habitan su entorno.

Durante nuestra visita, firmamos una carta de compromiso con los municipios de Concepción, Talcahuano, Hualpén y Penco, con el objetivo de impulsar proyectos de conservación y restauración de los humedales de la zona. Este compromiso también busca promover el aviturismo como una estrategia de desarrollo sustentable. Además, el proyecto AFI tiene como uno de sus principales objetivos fortalecer el vínculo con las comunidades y los gobiernos locales, asegurando que la conservación de estos ecosistemas se realice de manera colaborativa.

—¿Cuáles son los próximos pasos después de la visita a Chile? ¿Cómo avanzarán en los proyectos de conservación de humedales en otras regiones del país?

Continuamos nuestro trabajo con iniciativas como Conserva Aves y AFI, además continuaremos trabajando en conjunto con el Ministerio del Medio Ambiente y las demás organizaciones parte del comité, en la implementación de la Estrategia Nacional de Conservación de Aves (ENCA). Paralelamente, buscamos fortalecer rutas de avistamiento de aves para fomentar el turismo sostenible y la conservación de estos ecosistemas.

En el caso del humedal Rocuant-Andalién, este año nos enfocaremos en ejecutar el compromiso firmado con los cuatro municipios y en consolidar la alianza con Forestal Arauco para la instalación de la primera estación Motus de monitoreo de aves en la región del Biobío. Además, en Valparaíso avanzamos en la implementación de un proyecto AFI en el humedal del Río Maipo, en colaboración con Fundación Cosmos, quienes han liderado su conservación.

Para alcanzar estos objetivos, es fundamental asegurar recursos a través de financiamiento nacional e internacional. La reciente formalización de Audubon en Chile, en marzo de este año, nos permitirá fortalecer estos esfuerzos y movilizar nuevos fondos para la protección de los humedales y sus aves migratorias.

Firma municipalidades del Bíobio. Créditos: National Audubon Society.
Firma municipalidades del Biobío. Créditos: National Audubon Society.
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