En 2024 el descubrimiento de un dinosaurio en la provincia de Chubut, Argentina, dio la vuelta al mundo. Se trataba de Koleken nakayali, un carnívoro que habitó Sudamérica hace 70 millones de años, durante el Cretácico. Una de sus características más distintivas eran sus pequeños brazos, tan cortos que National Geographic los difundió como más cortos que los famosos del T. rex. La manera en que todos lo pudimos ver e imaginar fue a través de una animación 3D. Ahí escuchamos sus sonidos y vimos su posible interacción con otro carnívoro de la época: el Carnotaurus.

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Quien estaba detrás de la animación es Gabriel Díaz, un joven estudiante de Paleontología chileno. Él, quien desde que tiene memoria ha sido un fascinado por los dinosaurios, modela estos seres del pasado en 3D, simulando cómo habitaban sus ecosistemas y podrían haber sido sus movimientos. Lo hace desde la pandemia, época donde esta forma de difusión no era tan conocida en América Latina, y menos para dar a conocer nuevos e importantes descubrimientos científicos como el de Koleken nakayali.

Ha sido un camino de creatividad, aprendizaje y pasión por los dinosaurios y otros habitantes de hace millones de años atrás.

Amante de los dinos

Cuando Gabriel tenía tres años, dibujaba dinosaurios. Los moldeaba con plasticina. O jugaba con sus figuras plásticas. Un poco más grande se estrenó Dinosaurios, su película favorita. Y de vez en cuando, según recuerdan sus padres, jugaba a imitar alguno de estos seres del pasado. Por ello, no sintonizó nunca con Diseño Industrial, la carrera que entró a estudiar primero, y decidió cambiarse a Paleontología. Ya va en cuarto año y estudia en Río Negro, Argentina.

Gabriel Diaz
Gabriel Diaz posando contento junto a una excavación.

Antes de la pandemia ganaba dinero haciendo títeres y llevando a Gorgo, su corpóreo inspirado en un Gorgosaurus, a distintos eventos públicos y privados. Luego, con las restricciones de distancia social y aislamiento, comenzó a incursionar y a probar diversos programas frente a la pantalla de su computador en sus tiempos libres. Pensó que podría iniciar un nuevo proyecto que se relacionara con su carrera. «Así evitaría jugar tanto», bromea. Como le gustaba esculpir, quiso intentar con modelado 3D a través de Blender. Así logró su primera animación de dinosaurio. Duraba 40 segundos y era un Chilesaurus.

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“Ahora la veo con altura de mira y se ve muy obsoleta. La hice en dos días bien rapidito, pero fueron los cimientos para empezar a comprender otras cosas de animación. Y claro, uno siempre está adquiriendo conocimiento de forma activa y pasiva. Esto quiere decir, buscando información y estudiando, pero también viendo películas, documentales y trabajos de otros ilustradores. Eso me ayuda a comprender la naturalidad de la animación. Mis papás se ríen porque yo de pequeño me ponía en puntitas y caminaba como dinosaurio. También tenía un corpóreo. Eso me ayudó también a comprender mejor el movimiento y lo replico en las animaciones”, explica Gabriel.

—Uno acostumbra en las ilustraciones científicas a ver cosas estáticas. En cambio, en las animaciones vemos por ejemplo dinosaurios parpadeando. ¿Cómo es el proceso de saber que sus movimientos son de tal forma o es una licencia creativa, por decirlo de alguna forma?

—Siempre los cimientos van a ser la investigación científica y el trabajo de los investigadores. Todo paleoartista tiene que tomar en consideración que el conocimiento científico es la base para lo que uno quiere hacer. Después uno puede interpretar de cierta forma o compartir con ciertos investigadores y tomarse ciertas licencias (…). Pero no siempre se puede. En el tema del movimiento hay una investigación. Cada vez que hablo con un nuevo cliente le digo que primero necesito tener todas las referencias posibles. Y también pregunto qué es lo que le gustaría ver del animal, porque si bien en el cine audiovisual hemos visto reconstrucciones o representaciones de animales extintos, muchas veces se ha ido por el lado más dramático y se muestran como monstruos. Yo me he intentado inclinar por cómo sería ver a estos animales en la naturaleza o cómo hubiese sido su comportamiento en el ambiente natural. Aunque siempre hay una gota de interpretación o de imaginación, también de debate. Por ejemplo, hay investigadores que dicen A e investigadores que dicen B a la hora de cómo se mueve un dinosaurio. Ahí ya depende mucho de cuál es la argumentación mejor respaldada o simplemente cuál es la interpretación que yo voy a preferir darle, pero son raras las veces.

Titanomachya gimenezi Animado por @paleogdy

—¿Cuándo te pasó eso?

Por ejemplo, con el caminar de los saurópodos, los dinosaurios de cuello largo. Han salido varios estudios en el que se muestran distintas propuestas que son básicamente de cómo van alternando las patas. El centro de gravedad lo apoya en un costado y el otro, o si se va distribuyendo una pata a la vez, o un caminar más parecido al de una jirafa hoy en día. Uno tiene que jugar medio con lo que el cliente o el investigador quiere, o apegarse a algo que sea más realista. Como te digo, hay veces que me ha tocado que prefiero que se vea mejor para la imagen. Ahí uno va dando prioridades al momento de hacer la animación.

El proceso y las inspiraciones

Con el paso de los años, Gabriel cultivó una amistad con el paleontólogo Pablo Quilodrán, actual director ejecutivo de la Corporación Regional de Paleontología CIAHN – ATACAMA. Él lo ha invitado a participar de diversos eventos paleontológicos, incluso en los tiempos del corpóreo Gorgo. En eso, llegó a un simposio en 2014, donde Gabriel conoció, entre muchos otros personajes, al paleoartista Mauricio Álvarez. Unos seis años después, Mauricio lo invitó a colaborar realizando los volúmenes de Stegourus elengassen, uno de los cinco dinosaurios descritos en Chile, característico por ser acorazado y tener una extraña arma en su cola. La historia se repitió con Jakapil kaniukura, trabajo con el que conoció a Sebastián Apesteguía, para con el tiempo conocer a otros paleontólogos reconocidos como Juan Canales o Rodolfo Coria.

“Si bien empecé colaborando con Mauricio, mi trabajo es principalmente de animación. Yo le dije a Sebastián, el autor de Jakapil, que tenía una animación para redes sociales. Le gustó y la incluyó dentro de la presentación del dino nuevo. Ahí es cuando mi trabajo también se enfoca en una divulgación científica activa por redes, ya que le da mucha difusión a la publicación. Los investigadores con los que he trabajado están muy agradecidos y les gusta mucho cómo funciona esta animación corta a nivel internacional”, explica.

Jakapil Animado por @paleogdy

¿Cuál es el proceso creativo detrás de cada una de tus animaciones?

—Varía mucho si es un trabajo personal o para algún cliente. Pienso que a veces me pongo más presión en mis trabajos personales, porque los investigadores tienen más claro lo que quieren. Por ejemplo, el año pasado, con un araripesuquio, el investigador sabía que quería que se detuviera y masque un bicho. Por otro lado, el año pasado publiqué a un carnívoro cazando otro dinosaurio, que estuve 3 o 4 meses animando, porque yo no tenía clara mi idea. Pero el proceso creativo siempre es primero buscar muchas referencias. Por ejemplo, pongo videos, algún documental de fondo, también de animales actuales e incluso hago actings. Por ejemplo, me he puesto frente a la cámara y voy realizando la animación de los movimientos que quiero representar.

—¿En qué animación hiciste eso?

En algunas de Angolasaurus, de las primeras animaciones que hice después Chilesaurus. Estuve grabando, moviendo la cabeza, viendo el timing perfecto para que se vea de forma más natural. Eso es útil sobre todo cuando hay close-ups. Me grabo literalmente como una selfie y empiezo a hacer los movimientos para intentar comprender qué es lo que me gustaría ver en la animación. También tomo referencias de muchos documentales para ver cómo fueron grabados. Por ejemplo, cuánto desenfoque tienen. He cometido errores en ocasiones. En una animación de Carcharodontosaurus le puse mucho desenfoque a la animación y los dinos se veían pequeños. Ahí comprendí que mucho desenfoque hace que sienta más pequeña la imagen que se está presentando. Eran dinos de 10 metros de largo y se veían chicos.

Ankylosaurus magniventris. Animado por @paleogdy

—¿Cuáles son las referencias que usas para las animaciones?

La que siempre uso es el documental Caminando con Dinosaurios, del que se supone que este año sale nueva temporada. También creo que las películas de animación son un gran referente porque es justamente lo que estoy haciendo. Una de mis favoritas es Cómo Entrenar a tu Dragón. Es mi trilogía favorita, pero me sirve para ver cosas de texturas o ambientes, por ejemplo. También el clásico: Jurassic Park. Es más bien una inspiración, al pensar que en el 93’ ya se hacía esto con el limitado CGI que había. Uno ahora con un notebook hace lo mismo. El Planeta de los Simios también me encanta como referencia de captura de movimiento. Es bien impresionante ver ese tipo de resultados en efectos especiales. Quisiera poder llegar a ser un referente en lo audiovisual. Bueno, como extra, también me gustaba mucho Pie Pequeño cuando chico, pero no la he visto más porque me da pena cuando su mamá muere. Por otro lado, hay artistas de los que admiro mucho su trabajo, como Mauricio Álvarez. Me acuerdo de chico haber visto sus exposiciones, o Jorge González, paleoartista que hace esculturas, pero también reconstrucciones. Hace poco estuve en el Parque Cretácico de Bolivia y había trabajos increíbles.

—¿Cómo crees que la inteligencia artificial puede impactar tu trabajo y qué desafíos te presenta?

—Voy a usar una de las líneas de Jurassic Park: Pienso que yo voy a caer extinto. La verdad es que es impresionante, a principios de este año vi unos vídeos muy buenos de imágenes animadas por la IA. De verdad hay todo un debate, pero es una herramienta, al fin y al cabo. Yo de momento no la he implementado y no estoy interesado ya que en este trabajo de reconstrucción de animales extintos, muchas ocasiones son taxones nuevos, y la IA sí puede realizar un trabajo en base a elementos ya existentes, pero con taxones nuevos sin casi nada que se le parezca ¿de dónde se va a agarrar para hacer una representación, científicamente correcta, para mostrar cómo pudo haber sido la flora o fauna extinta? En este caso aún soy crítico porque puede ser un arma de doble filo que puede desinformar. Me acuerdo de que el año pasado se publicó un plesiosaurio y una de las imágenes que más se divulgó era hecha con IA. Era como que tenía toda pinta, pero no era así el bicho, entonces la gente se crea una imagen errónea. Pienso que va a ir para mejor, no podemos pelearlo. Pero quizás es una forma de ser más autocrítico y hacer que mi trabajo hable por sí solo, sin poder ser reemplazado. En algo que falla la IA es la constancia de las imágenes, entonces en un punto no será lo mismo que yo. Entonces, si la IA me deja extinto tengo que buscar una forma de resaltar sobre ella. Y soy afortunado porque no solo mis amigos conocen mi trabajo, sino que también investigadores y personas a las que les gusta la buena divulgación científica.

Un proyecto internacional

Hace algunos años, antes de “revivir” los movimientos de las antiguas criaturas que habitaban en la Tierra, Gabriel plasmaba sus características a través de la ilustración tradicional. Nunca se encantó con la digital, aunque igual sabe hacerla. Prefirió los títeres, corpóreos, esculturas y el modelado 3D. Dice que cuando pequeño se imaginaba el mundo en el que vivían los seres que ilustraba, pero que jamás se imaginó que terminaría plasmando lo que su imaginación pensaba en una animación. A veces, confiesa, pone una camarita de 1.65, su altura, en la animación, con la única finalidad de navegar por el mundo donde vivieron los dinosaurios.

Elemgasem nubilus. Animado por @paleogdy

“Requiere mucha imaginación armar los entornos y tomo mucho de lo que imaginaba cuando pequeño. De hecho, hace poco vi una ilustración del 2015 y pienso que podría plasmar todo eso en animación. Pero será un desafío nuevo: tomar antiguos trabajos y plasmarlos en esta nueva técnica que tiene ya cinco años”, dice.

En ese último tiempo, ha recolectado un par de proyectos que lo marcaron. Por ejemplo, un modelo nuevo de Stegourus que hizo como actualización y que solo dura 10 segundos, pero que tuvo un gran recibimiento en cuanto a formato. O también el reciente trabajo que desarrolla con National Geographic.

—¿Qué estás haciendo con Natgeo?

—Me invitaron a plasmar una idea con animación. Llevo dos animaciones de eso: Titanomachya gimenezi y Koleken inakayali. También de otro que saldrá próximamente. Es un proyecto bastante grande enfocado en cómo fue la Patagonia argentina al final de la era de los dinosaurios. El Cretácico se ha explorado en Norteamérica, pero aquí en Argentina se le está dando mucho auge a este proyecto, ya que no solo era un ambiente poco explorado, sino que están saliendo muchas cosas nuevas. Es un proyecto a largo plazo, pronto se vienen sorpresas.

—¿Cómo has equilibrado tu trabajo con los estudios de paleontología?

—Ha estado complejo. No creí que iba a llegar a este punto en que iba a poder vivir de mis animaciones. Es algo que a la gente también le gusta. Yo estoy satisfecho. Soy un poco autocrítico, pero la verdad es que la universidad además de ponerme los pies en la tierra con la paleontología, me ayuda a ver el panorama más completo. La paleontología no son solo dinosaurios, sino un montón de información geológica, biológica, de taxones que ya están extintos que no son dinosaurios. La verdad es que complementar ambas cosas es complejo por tema de tiempos, pero estoy muy feliz.  

Araripesuchus manzanensis. Animado por @paleogdy

—¿En algún minuto has pensado en complementar con algún estudio de animación?

Toda mi trayectoria ha sido principalmente autodidacta, pero por supuesto que me gustaría complementarlo con algo más de animación. En 2021 antes de viajar a Argentina y decidirme por paleontología estaba entre tomar un curso de animación digital y la paleo. Elegí lo que me gustaba desde pequeño.

—¿Te gustaría ser referente en animación de paleontología o más bien dedicarte a la parte científica del terreno?

—Pienso que estoy más enfocado en la parte de animación, pero ser paleontólogo es un sueño. Básicamente es lo que quería de pequeño. Entonces, con poder publicar algún trabajo o estar entre autores soy feliz. Yo siempre le digo a mis profesores que mientras sea un colaborador, yo estoy feliz porque estoy rodeado del área de la paleontología que me gusta. No me interesa destacar en el área paleontológica, sino poder colaborar y ser un punto de apoyo de ser útil mientras las nuevas investigaciones surjan. De hecho, estuvimos haciendo unas cosas interesantes en 3D no solamente para animar bichos, sino para comprender mejor cómo pudieron haber vivido o cómo eran estos animales extintos.

Riojavenatrix lacustris. Animado por @paleogdy

—¿Qué se viene para ti?

Estoy entre proyectos grandes principalmente de Argentina, no solamente de dinosaurios, sino que también de megafauna. Muchas veces el año es una incertidumbre para mí porque son proyectos que duran meses, después me enfoco en la universidad y después surge otra cosa. La verdad es que la paleontología es una ciencia dinámica. Siempre vamos aprendiendo cosas nuevas (…). Entonces, es seguir divulgando paleontología, seguir aprendiendo cosas nuevas, y ojalá también que las personas que vean mi contenido aprendan alguna u otra cosa. Si no es de paleo, tal vez de técnica artística de modelado de animación 3D.

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