Habitan en muchos rincones de nuestro país, sin embargo, suelen pasar desapercibidas mientras serpentean tímidamente entre matorrales, pastizales y suelos rocosos. Hablamos de las serpientes, un grupo de reptiles que se caracterizan principalmente por su carencia de patas y su cuerpo alargado, preparado especialmente para desplazarse ágilmente, tanto por tierra como por agua, sin necesidad de extremidades. Asimismo, también se caracterizan por tener la piel recubierta de escamas, un esqueleto que les proporciona mucha flexibilidad y una lengua bífida.

Culebra elegante de cola larga (Pseudalsophis elegans). Créditos: ©Oli Whaley
Culebra elegante de cola larga (Pseudalsophis elegans). Créditos: ©Oli Whaley

Son criaturas claves para los ecosistemas y brindan un sinfín de beneficios para la humanidad como el control de plagas, razón por la cual diversas culturas alrededor del mundo las han venerado a lo largo de la historia. No obstante, actualmente existe un repudio hacia ellas, generado principalmente por desconocimiento y falsa información, lo que las ha convertido en victimas frecuentes de accidentes, ataques y maltratos.

La serpiente en la cosmovisión sudamericana

La fascinación y el miedo a las serpientes se remontan a tiempos inmemoriales, con el primer tratado científico sobre el envenenamiento por mordedura de serpiente, el Papiro Médico de Brooklyn, que data del antiguo Egipto. Debido a la letalidad que produce el veneno de algunas especies (muy pocas de ellas), las serpientes a menudo se han asociado con imágenes de perfidia, traición y muerte. Sin embargo, las serpientes no siempre tuvieron connotaciones tan negativas.

A lo largo de la historia, las serpientes han sido representadas por distintas culturas en todo el mundo como un símbolo de sabiduría, sanación, resurrección y fertilidad, e incluso, han sido objetos de culto, siendo atribuidas a importantes deidades.

De hecho, diversos mitos y leyendas que refieren su estatus de animal sagrado han trascendido hasta nuestros días, como la vara enrollada por una serpiente de Asclepio (Esculapio para los romanos), el dios griego de la medicina.

Y en ese sentido, América no es la excepción. Si nos adentramos en la tradición mesoamericana, encontramos que la serpiente era asociada por diversas culturas con los poderes reproductores de la tierra y la fertilidad.

De hecho, dentro de diversas culturas mesoamericanas antiguas nos encontramos con la figura de la “Serpiente Emplumada”, una divinidad conocida como “Kukulkán” para los mayas y como “Quetzalcóatl” para los aztecas, que simbolizaba el viento y las lluvias y era uno de los dioses más importantes de las culturas mesoamericanas. Esto ya que la serpiente sería la imagen misma de la resurrección: cada año cambia de piel y se regenera, se oculta y reaparece.

Galvarinus chilensis. Créditos: ©Javier Gross @javier.gross.fotografía
Culebra de cola corta (Galvarinus chilensis). Créditos: ©Javier Gross @javier.gross.fotografía

Por otra parte, las serpientes también estaban bastante representadas en templos y estructuras incas, indicando su relevancia espiritual. En las paredes de los Yachaywasi (Casas del saber incas), se pueden encontrar tallas y representaciones de serpientes, simbolizando la sabiduría y el conocimiento transmitidos a través de las generaciones.

Vale decir que la serpiente, o “Amaru” en quechua, simbolizaba para la cultura inca el mundo subterráneo y la sabiduría ancestral. Asociada con la renovación y el ciclo infinito de la vida y la muerte, este reptil era una figura fundamental, que representaba lo infinito y el conocimiento profundo, conectando el mundo terrenal con el mundo de los muertos.

Culebra de cola corta de Perú (Tachymenis peruviana). Créditos: ©Analía Benavidez
Culebra de cola corta de Perú (Tachymenis peruviana). Créditos: ©Analía Benavidez

De hecho, dentro de la cosmovisión andina, la serpiente es considerada como uno de los tres animales sagrados, los cuales son fundamentales para su forma de comprender el mundo: el cóndor, el puma y la serpiente.

En Chile no se tiene mucho conocimiento de la relación entre los pueblos indígenas con nuestras serpientes nativas. No obstante, en la cosmovisión mapuche nos encontramos con una leyenda donde las serpientes simbolizan importantes deidades de la tierra y el mar, que son fundamentales en la creación del mundo. Hablamos de la leyenda de Trentren-Vilu y Caicai Vilu.

Culebra de cola larga (Philodryas chamissonis). Créditos: ©Osvaldo Cabeza
Culebra de cola larga (Philodryas chamissonis). Créditos: ©Osvaldo Cabeza

La leyenda de Trentren-Vilu y Caicai-Vilu cuenta la historia de una feroz batalla entre dos serpientes míticas, Trentren Vilu (trentren=»relacionada con la tierra», vilu=»serpiente») y Caicai Vilu (Caicai=»relacionada con el agua», vilu=»serpiente»), que dio origen a la geografía única de nuestro territorio.

Si bien, no se sabe a ciencia cierta cuál es el origen de este mito y si realmete esta inspirado en nuestras serpientes chilenas, lo cierto es que nuestros pueblos originarios ya tenían consciencia sobre la importancia de estas especies.

Culebra de cola larga (Philodryas chamissonis). Créditos: ©Osvaldo Cabeza
Culebra de cola larga (Philodryas chamissonis). Créditos: ©Osvaldo Cabeza

Criaturas incomprendidas de gran importancia ecológica

Si bien, actualmente las serpientes son consideradas por el folklore popular como animal maligno, astuto y traidor por excelencia, lo cierto es que estas especies son esenciales en para la vida en el planeta y entregan una gran variedad de servicios que mejoran la calidad de vida del ser humano.

En primer lugar, las serpientes son excelentes controladoras de plagas debido a que su alimentación está basada en insectos, anfibios, reptiles, huevos, polluelos y pequeños mamíferos, ayudando con ello a controlar las poblaciones de diversas especies.

Vale decir que todas las serpientes son animales carnívoros. Algunas especies matan a sus presas por constricción –por ejemplo, las boas–, pero otras lo hacen mediante el veneno que inoculan con los dientes cuando muerden a sus víctimas.

Culebra de cola corta (Galvarinus chilensis). Créditos: ©Pablo Silva @sur.endemico
Culebra de cola corta (Galvarinus chilensis). Créditos: ©Pablo Silva @sur.endemico

“Un rol está relacionado con controlar plagas ya que se alimenta de pequeños mamíferos y aves, son herpetofagas, entonces mantienen en control ciertas especies para que no se generen plaga. Hay registros incluso de que son ofiofagas, es decir, que son capaces de alimentarse de otra serpiente más pequeña. Son súper importantes en el ecosistema por lo mismo”, explica Osvaldo Cabeza, herpetólogo experto en el manejo de reptiles y anfibios.

Por otro lado, las serpientes son esenciales en la cadena trófica, pues sirven de alimento a otros animales como aves y mamíferos. Así lo explica Claudio Reyes, Dr. en Ecología y Biología Evolutiva, herpetólogo y académico de la Universidad de Chile: “Otra importancia que tiene la serpiente en general es que son subsidiarias tróficas, es decir, son el alimento también de otros animales como zorros, felinos, aves rapaces y de otros reptiles”.

Por otra parte, también se han estudiado a las serpientes por su potencial para la elaboración de distintos tipos de medicamentos. Diversos estudios han determinado que el veneno de serpientes contiene distintas propiedades medicinales. Por ejemplo, se sabe que los péptidos y las proteínas pequeñas presentes en los venenos de serpiente tienen gran variedad de actividades biológicas, como antimicrobianas, antihipertensivas, analgésicas, antitumorales y analgésicas, además de varias otras.

Culebra de cola corta (Galvarinus chilensis). Créditos: ©Lucas Rojas
Culebra de cola corta (Galvarinus chilensis). Créditos: ©Lucas Rojas

“Describir las proteínas y todos estos elementos que se encuentran dentro del veneno de algunas serpientes ha permitido generar medicamentos de distinto tipo relacionado principalmente con el control de la presión arterial, el control de enfermedades cardíacas y de otras índoles. Cada vez se está estudiando más estos venenos y se están encontrando nuevos beneficios, entonces bueno, quién sabe, en una de esas las serpientes chilenas también tienen algún potencial beneficioso. Se ha estudiado el veneno de la culebra de cola larga, por ejemplo, y se han descrito ciertas toxinas que son de grupos similares a los presentes en otras serpientes que son más conocidos por su veneno como la cobra”, agrega el Dr. Reyes.

Lamentablemente, a pesar de que son criaturas claves para los ecosistemas y brindan un sinfín de beneficios para la humanidad, las serpientes no están exentas de amenazas, las cuales ponen en riesgo sus poblaciones y las expone a distintos tipos de accidentes, maltratos y ataques.

En primer lugar, al igual que numerosas especies, la pérdida e intervención de su hábitat se erige como su principal amenaza.

“También está el maltrato. A muchas las matan por miedo y desconocimiento”, sostiene Cabeza. En efecto, han sido varios los casos de maltrato que llegan a los centros de rescate y rehabilitación, ya sea de serpientes que son golpeadas con palos o piedras, pisadas, cortadas con cuchillos, e incluso, existe un caso en donde dos culebras que fueron introducidas en botellas por niños.

Esto sucede ya que existe la idea errónea de que las serpientes son venenosas y peligrosas para los humanos. Sin embargo, la mayoría de estas especies son inofensivas. De hecho, solo el 7% de las especies de serpientes que existen en el mundo pueden matar o herir significativamente a un humano.

“Todas las serpientes chilenas son venenosas, producen venenos, pero el efecto que puedan generar en las personas en general no es dañino. No hay casos de muertes provocadas por una mordedura de serpiente en Chile. Si se sabe que ´pueden generar edemas en la piel, dependiendo del tiempo de exposición al veneno”, puntualiza el Dr. Reyes.

Por su parte, Cabeza detalla que las serpientes por lo general sueles ser tímidas y huir del ser humano, por lo que la única forma de que ataquen es si se siente acorraladas, acosadas y amenazadas. En ese sentido, los ofidios suelen advertir antes de proceder, aplanándose, abriendo la mandíbula y levantándose “con aires de cobra”.

Culebra alto andina de Simonsi (Incaspis simonsii). Créditos: ©Germán Chávez
Culebra alto andina de Simonsi (Incaspis simonsii). Créditos: ©Germán Chávez

“La serpiente venenosa siempre te va a decir que es venenosa. Por ejemplo, la serpiente cascabel te mueve la cola y de esa forma te está diciendo aléjate, aléjate. Te da un aviso primero y después te muerde. Esto pasa porque en general el veneno es un recurso súper importante para la salud del animal y para el bienestar del animal. El veneno a veces incluso aporta en la digestión del alimento y por eso lo cuidan. Generar veneno es un desgaste energético importante para el animal, por eso el animal te va avisar antes de gastar su toxina. Morder va a ser su último recurso”, explica el herpetólogo.

De hecho, un estudio que analizó la literatura sobre accidentes ofídicos entre los años 1834 y 2019, señala – entre otras cosas – que las mordeduras producidas por la culebra de cola larga -la culebra más abundante del país-, se debieron, principalmente, a que fueron manipuladas de forma inadecuada. Además, según los reportes, todos los hechos ocurrieron durante el verano, y los ejemplares mordieron las extremidades superiores, en especial los dedos.

Por otra parte, es importante destacar que todas las serpientes de Chile, exceptuando la serpiente marina amarilla, tienen dentadura opistoglifa, es decir, tienen sus dientes situados en la parte posterior de la mandíbula. Por ello, dado que para inyectar el veneno debe morder con la parte posterior de la boca, normalmente no suelen ser peligrosas para el hombre.

Culebra elegante de cola larga (Pseudalsophis elegans). Créditos: ©David F. Belmonte
Culebra elegante de cola larga (Pseudalsophis elegans). Créditos: ©David F. Belmonte

“Como todas las serpientes chilenas (terrestres) son opistoglifas, es decir, tienen la dentadura en la parte de atrás de la mandíbula, tienen que hacer una mordida perfecta para poder generar e inocular el veneno. Entonces muchas veces hay mordidas secas, donde la serpiente te muerde, pero no alcanza a inocular el veneno”, explica Cabeza.

Otro factor que estaría volviéndose más frecuente, y que lleva a estos reptiles a los centros de rehabilitación, son los ataques de perros y gatos. Estos carnívoros exóticos no son depredadores originarios de los ecosistemas locales, por tanto, la presión que ejercen sobre la fauna nativa es importante. Como es de esperarse, las serpientes tampoco se salvan. “los gatos y los perros generan un impacto súper negativo y súper importante y afecta mucho a los reptiles”, comenta el herpetólogo.

Otra amenaza importante, que a todas luces está subestimada, son los atropellos. Estos reptiles son ectotermos, es decir, su temperatura corporal depende principalmente de fuentes de calor externas, aumentando o disminuyendo con la temperatura del entorno. Por ello buscan lugares para poder calentarse. » Es normal que las atropellen mientras buscan calentarse en el pavimento, también en las rutas de motocross o bicicleta en los cerros», agrega el Dr. Reyes.

Serpiente marina amarilla (Hydrophis platurus). Créditos: ©Flaxington Inaturalist
Serpiente marina amarilla (Hydrophis platurus). Créditos: ©Flaxington Inaturalist

El tráfico y tenencia ilegal ha sido otro problema, pese a que diversas especies están protegida por la Ley de Caza. Se ha reportado la venta ilícita en ferias libres – como la feria Cardenal Caro, en Santiago – donde se han detectado serpientes de cola larga e iguanas chilenas que son ofrecidas como iguanas verdes (una especie foránea). También son extraídas directamente de su hábitat, lo que ha derivado en severos problemas de salud para estos reptiles. Tenemos la venta ilegal de serpientes también, hay ferias dentro de la Región Metropolitana donde hay avistamiento de venta de serpientes chilenas, la van a sacar del cerro, la dejan en acuarios y después la venden en la feria. Así también con la iguana chilena. Es lamentable”, cuenta Cabeza.

Vale decir que, como señalan los expertos en reptiles, el desconocimiento respecto a las serpientes chilenas, su biología y sus aspectos ecológicos, ha ocasionado que se propague información equivocada, lo que aumenta el repudio y apatía hacia ellas. Así como también aumentan los accidentes y casos de maltrato.

Culebra de cola corta de Perú (Tachymenis peruviana). Créditos: ©Analía Benavidez
Culebra de cola corta de Perú (Tachymenis peruviana). Créditos: ©Analía Benavidez

“Hay un desconocimiento importante sobre la presencia de las serpientes chilenas. Además, las serpientes están super infravaloradas en su estado de conservación, actualmente figuran como preocupación menor, pero si empezamos a revisar en el tiempo la cantidad de casos que ingresan a los centros de rehabilitación, son muchos los casos. Y cada vez son más”, finaliza Cabeza.

Las siete serpientes de Chile

En el mundo, se reconocen más de 450 géneros y de 3.460 especies de serpientes, de las cuales 7 son nativas de Chile. ​6 de ellas son especies terrestres, pertenecientes a la familia Colubridae, y una de ellas corresponde a una especie marina, perteneciente a la subfamilia Hydrophiinae.

A continuación, te dejamos una guía con los principales datos que debes saber para conocer más acerca de las serpientes que habitan en Chile. ¡No te la pierdas!

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