Entre el 8 y 12 de diciembre, se realizó en el Parque Karukinka, Tierra del Fuego, la segunda versión del Campamento Almirantazgo con jóvenes estudiantes de la comuna de Porvenir. La instancia tuvo como principal objetivo incentivar el conocimiento, valoración y cuidado del entorno natural de la isla por medio de actividades experienciales.

Actividades del campamento Almirantazgo. Créditos: Pablo Lloncón.
Actividades del campamento Almirantazgo. Créditos: Pablo Lloncón.

El campamento educativo estuvo organizado por las biólogas marinas del Proyecto Anillo Seals: “Focas como observadores dinámicos”, Carla Christie y Giselle Alosilla, en colaboración con el equipo de Wildlife Conservation Society (WCS) Punta Arenas y contó con la participación de diez estudiantes de la Escuela Libertador Bernardo O’Higgins y el Liceo Bicentenario Hernando de Magallanes, quienes pudieron vivir una experiencia memorable en un entorno natural privilegiado.

La coordinadora del campamento Carla Christie destacó la iniciativa: “para los jóvenes de Porvenir descubrir lugares poco accesibles de la Isla fue una aventura inolvidable, compartir con amigos en la naturaleza, dormir en carpa y aprender de flora y fauna en un aula natural fue muy motivante. Pudimos comprobar cómo su interés por conocer más de la naturaleza fue creciendo cada día, utilizando como herramientas clave la educación experiencial y el aprendizaje a través de las emociones”.

Las y los jóvenes comenzaron el recorrido desde Porvenir al Parque Karukinka con una visita al Parque Pingüino Rey, para luego continuar su camino al campamento en Karukinka y en Caleta María, donde pudieron aprender in situ sobre los ecosistemas de Tierra del Fuego y encontrar especies claves de la isla, como el zorro chilla, cóndor, guanaco, turberas, castoreras, lengas, chaura, michay y muchas más.

Un lugar único

Bahía Jackson está ubicada en el Seno Almirantazgo, dentro del Parque Natural Karukinka en la Isla Grande de Tierra del Fuego, el que cuenta con 300.000 hectáreas dedicadas a la conservación, educación e investigación.

El campamento con jóvenes se enmarca en el proyecto de investigación “Focas como observadores dinámicos”, liderado por la Universidad de Valparaíso y financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo ANID. Se eligió este lugar en particular, ya que es una de las pocas colonias de foca elefante del sur en territorio chileno, donde cada año llegan cerca de 120 focas a cambiar su piel y a tener a sus crías en un lugar seguro. Este mamífero marino fue fuertemente cazado en el siglo anterior y solo en las últimas décadas su población se ha ido recuperando lentamente.

Hábitat plástico

La actividad central del campamento se basó en un muestreo de basura en las costas de Bahía Jackson, hasta donde las y los estudiantes nagevaron en lancha. Sin embargo, al llegar, el escenario era verdaderamente devastador.

Bidones, bolsas, botellas y envoltorios son algunas de las cosas que el fotógrafo, Pablo Lloncon, capturó en la medida que se acercaban a la orilla de la playa. En algunas imágenes incluso se puede observar que las focas y sus crías dormían sobre el plástico.

El equipo de profesionales y estudiantes se dispuso a realizar un muestreo de basura en un transecto de 50 metros para posteriormente volver al campamento base y clasificar los distintos tipos de basura recolectados. Entre los desechos se encontraron envoltorios con más de dos décadas de antigüedad (jugo Yupi 1979 y Kapo 1980). En solo en 5 metros cuadrados se recolectaron 10,5 kilos de basura, mayoritariamente bolsas de nylon, envases de plástico duro y cuerdas. WCS realiza cada año muestreo y limpieza de basura desde al año 2016.

Para el año 2016, se determinó el área impactada por presencia de residuos en el borde costero de Bahía Jackson correspondia a un total de 4485 m2. Posteriormente, en esta área determinada, se trazó una transecta en la cual se obtuvo un total de 326 piezas de residuos y más de 0,9 kg/m2 de residuos. Este valor extrapolado al área total afectada, correspondería a alrededor de 4 toneladas de residuos. Sin embargo, para el año 2018, este panorama cambió pues se efectuó la misma metodología de terreno, en la misma área determinada, y se estimó un total de 385 piezas y 0,4 kg/m2 de residuos, los cuales, extrapolados al área total determinada, correspondería a un valor cercano a 1.8 toneladas.

En cuanto a la categorización de los residuos recolectados en ambos muestreos, se obtuvo que en mayor proporción se encuentran aquellos de carácter domiciliarios, seguidos de los provenientes de actividades económicas y finalmente en menor porcentaje los residuos de carácter peligroso (aceites y baterias de motor).

Limpieza Bahía Jackson. Créditos: Pablo Loncón.
Limpieza Bahía Jackson. Créditos: Pablo Loncón.

Belén Guarda, Coordinadora de Proyectos de Dirección Científica de WCS Chile mencionó: “Si bien, dada la geomorfología de nuestra Región (fiordos y canales), condiciones climáticas (fuertes rachas de viento) , oceanográficas (corrientes) y actividades económicas (pesca Artesanal, Turismo de intereses especiales, academia) que se desarrollan en nuestro maritorio, “facilitan” que la disposición final de los residuos sea inadecuada y termine en nuestras costas, por tanto, es fundamental el continuar realizando este tipo de actividades que permiten sensibilizarnos y evidenciar por medio de la experiencia y la ciencia, la gran amenaza ambiental que representa la presencia de residuos en lugares tan remotos y lejanos de las urbes, como Bahía Jackson, sitio que además se encuentra dentro de un Área Marina Protegida (ACMU Seno Almirantazgo), con habitantes de alto valor para la conservación, como es la foca Elefante Marino”.

Al retorno de Bahía Jackson, el profesor Victor Barría de la Escuela Bernardo O´Higgins de Porvenir, quien participó como parte del equipo docente en el proyecto, comentó su experiencia. “Estoy emocionado y muy feliz de haber visto las focas, pingüinos y albatros. Pero también avergonzado porque vi que en una de las laderas había mucha basura. Y no es nuestra y no es de este lugar, entonces eso da un poco de vergüenza ajena, de que hay gente inescrupulosa que tira cosas al mar”, señaló el docente. “Para alguien que viene a ver algo prístino, algo natural, por supuesto que molesta”, concluyó.

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