Palmas chilenas quemadas de la V región
Palmas chilenas. Créditos: Patricio Novoa.

La palma chilena, especie nativa con un pasado tropical, y que sólo existe en la zona central del país, se enfrenta a un colapso inminente. Los incendios forestales -como el ocurrido en febrero de este año en Viña del Mar-, la extracción ilegal de sus semillas y el cambio en el uso de suelo, entre otros factores, han llevado a que actualmente, sobrevivan no más de 120 mil ejemplares. Esto es, solo un 2,5% de la población de palmas que había a principios del siglo XIX.

A raíz de este escenario, un grupo de investigadores publicó una reciente carta en la revista científica Biodiversity and Conservation, en la que realizaron un llamado urgente al Estado chileno para tomar medidas inmediatas centradas en mejorar la conservación de Jubaea chilensis y sus hábitats naturales.

Juan Ovalle, académico de la Universidad de Chile e Investigador Asociado del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES); Aníbal Pauchard, Director del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y académico de la Universidad de Concepción; Rosita Scherson (U. de Chile) y James Aronson (Ecological Health Network, Cambridge, USA), abordaron el complejo panorama que afecta a la palma chilena y su hábitat cada vez más reducido, proponiendo seis medidas claves para aumentar el nivel de protección de esta especie. Entre estas medidas, destacaron la necesidad de re clasificar su estado actual de conservación, a la categoría de “en peligro crítico de extinción”, y reflotar el proyecto de Ley para declararla “Patrimonio Natural”.

Palmas chilenas
Palmas chilenas. Créditos: Juan Ovalle.

Amenazas y urgencia

“Los últimos incendios y el enorme desastre que ocurrió este verano en la Región de Valparaíso, que terminó con cientos de personas fallecidas, también derivó en la quema de palmares alrededor de poblaciones y tomas en los cerros y quebradas de Viña del Mar. Los palmares del Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar, de El Salto y de Rodelillo se quemaron muchísimos ejemplares de más de 500 años de edad. Este complejo escenario nos lleva a la urgencia de mejorar las políticas de conservación para esta especie”, explica Juan Ovalle.

“Si no hacemos nada, hay una altísima probabilidad de que en las próximas décadas las poblaciones de palma chilena de la Región de Valparaíso estén al borde de la extinción local. Debemos ser proactivos y darle urgencia a diferentes acciones de conservación, a nivel de paisaje, ecosistema y normativas. Las amenazas a estas especies son eminentemente causadas por el ser humano. Algunas de estas amenazas son los proyectos de cambio de uso de suelo, y la expansión de comunidades humanas en los territorios donde está la especie (tomas). Otro tema, es la cantidad de combustible que favorece los incendios, como el que aportan las especies invasoras que se encuentran en el área. Lo tercero tiene que ver con la extracción de la semilla, el coquito de palma”, señala Aníbal Pauchard, coautor de la carta y director del IEB.

palma chilena
Palma chilena. Créditos: Juan Ovalle.

Seis acciones claves

Respecto a las medidas, la primera sostiene que se requiere acelerar la promulgación de un proyecto de ley en curso sobre cambio de uso de suelo, que permita regular el equilibrio entre el desarrollo territorial y la protección de fragmentos de vegetación endémica y en peligro de extinción, ubicadas en la interfaz urbano-silvestre.

Un segundo punto busca establecer un marco regulatorio para reducir la abundancia de sustancias altamente inflamables y especies invasoras, como, por ejemplo, el eucaliptus, mitigando así la propagación de incendios a través del uso de “cortafuegos verdes”.

Palma Chilena quemada Viña del Mar
Palma Chilena quemada Viña del Mar. Créditos: Alexandra Pinto.

La tercera recomendación pretende fortalecer el marco regulatorio y la certificación relacionada con la cosecha y extracción de semillas con fines económicos, lo cual a juicio de Pauchard, “debe convertirse en una extracción sustentable”.

Otro punto fundamental es la aprobación del proyecto de ley propuesto en 2021 por el Diputado Andrés Celis, que declara a la palma chilena como “Patrimonio Natural”, una figura que permitiría aumentar su protección nacional e internacional e incrementar las penas por incendios que involucren a los palmares. “Necesitamos con urgencia reactivar este proyecto, ya que hasta el momento, todos los esfuerzos para declarar a la palma chilena como Patrimonio Natural han sido fallidos. Vamos a continuar trabajando para que se genere mayor convencimiento de otras bancadas y que la ley sea finalmente aprobada”, destaca Ovalle.

Y la sexta medida, es reclasificar a la especie de “En Peligro” a “En Peligro Crítico”, por parte del Ministerio de Medioambiente, un punto fundamental para ayudar a conservar la especie, según los investigadores. “El subir la protección a la especie, no importa donde esté, puede significar una mayor reasignación de recursos para el monitoreo, tal como como ocurre con especies como la araucaria o el pitao”, señala Aníbal Pauchard. 

El último punto, es promover la reevaluación de la palma chilena, para que sea incluida en la Lista Roja de la UICN, Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Proteger a esta planta emblemática, también es clave para la conservación de otras especies y el ecosistema del bosque esclerófilo en general, gravemente afectado por la megasequía y otras amenazas de origen humano. Ejemplo de ello es la estrecha y fundamental relación que existe entre la palma y el ratón “cola de pincel” o degu. “Cuando cortas el suministro de coquitos de palma, afectas a toda la cadena alimentaria. En primer lugar, a estos roedores que consumen los frutos y a los depredadores que se alimentan del degu. Por eso, si esta planta desaparece, se pueden generar cambios radicales en estas comunidades y en el ecosistema”, advierte Ramiro Bustamante, investigador asociado del IEB.

Actualmente, la palma chilena se distribuye entre la Región de Coquimbo y el Maule, pero sus poblaciones se concentran principalmente en la Región de Valparaíso – en Ocoa y Siete Hermanas-  y en la Región de O´Higgins -En Cocalán-, por lo que su conservación representa no sólo un aporte a la biodiversidad,  sino también, a nuestro patrimonio biocultural y bienestar humano. 

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