Viña orgánica Emiliana ya es empresa B y se une a las compañías líderes mundiales en sustentabilidad
Viña Emiliana logró la certificación de Empresa B, destacándose como la viña orgánica más grande del mundo con altos estándares de impacto social, medioambiental y económico. Sebastián Tramón, Gerente de sustentabilidad afirma que este reconocimiento valida el enfoque integral de la empresa hacia la sostenibilidad. Conoce más en esta nota de Viña Emiliana.
Viña Emiliana ha obtenido la Certificación de Empresa B. Esta certificación internacional destaca a la viña orgánica más grande del mundo como una compañía que cumple con altos estándares de impacto social, medioambiental y económico.
Sebastián Tramón, Gerente de Sustentabilidad de Viña Emiliana, resalta la importancia de este logro: «La Certificación de Empresa B es un hito que valida nuestro enfoque integral y nuestro esfuerzo por ser proactivos en la resolución de problemas sociales y ambientales. Es un compromiso que está arraigado en nuestra cultura y reflejado en los estatutos de la compañía».
La viña, conocida mundialmente por sus vinos orgánicos y biodinámicos de alta calidad, no solo mide su impacto a través de la Evaluación de Impacto B sino que también implementa mejoras continuas, actuando como un agente de cambio positivo en la economía.
Con esta nueva certificación, Viña Orgánica Emiliana reafirma su compromiso con la excelencia y la sostenibilidad, prometiendo liderar el camino hacia un futuro más sostenible para la industria vitivinícola y contribuir de manera significativa al bienestar del planeta.
La obtención de la Certificación Empresa B aporta ventajas concretas a Viña Emiliana, reforzando su compromiso de prácticas socialmente responsables. Tramón destaca: «Esta certificación no solo nos posiciona como líderes en nuestro sector sino que también nos establece como pioneros en prácticas empresariales que buscan desarrollar una economía más equitativa y regenerativa».
Viña Emiliana cumple 25 años desde que se realizara en 1998 una de las innovaciones más gravitantes para la industria vitivinícola chilena al convertir el 100% de las mil hectáreas a la agricultura orgánica.